lunes, 29 de noviembre de 2010

LA ÉLITE QUE GOBIERNA DESTRUYE DERECHOS Y CONQUISTAS DE LOS TRABAJADORES

Con este gobierno dizque “socialista” los derechos y conquistas laborales de la masa trabajadora va palo abajo, es decir que el camino al paraíso prometido, se desvió completamente hacia el camino del infierno. Lo cual demuestra que es una mentira del tamaño del cielo de que este es gobierno al servicio de los trabajadores, siendo todo lo contrario, éste mantiene una conducta sistemática de atentar diariamente en contra de los intereses de los trabajadores venezolanos del sector salud, educación, empresas básicas, alcaldías, gobernaciones, tribunales, del sector eléctrico, comunicaciones, etc; quienes jamás se han doblegado y luchan con pasión religiosa para no dejarse arrebatar los beneficios socio-económicos logrados históricamente a través leyes y convenciones colectivas.

De esta manera, a estos trabajadores públicos, ya ni se les cancelan sus sueldos y salarios, porque pasan meses sin poder cobrarlos; los despojaron del beneficio del HCM y de los servicios funerarios y las cláusulas relativas a distintas primas, bonos, pagos de medicinas, alimentación, bono vacacional, bonificación de fin de año, diferencias de salarios, utilidades y otros conceptos son totalmente desconocidas por el patrón-gobierno rojo-rojito. Los decretos presidenciales de aumentos salariales a los trabajadores son puras fábulas y cuentos de caminos, porque nunca se cumplen de hecho. Sólo una minoría de trabajadores públicos centralizados son los beneficiados, pero por ejemplo, los adscritos a las gobernaciones y alcaldías todavía a estas alturas esperan por la cancelación de los fulanos decretos. Y conste de qué estamos hablando de beneficios de las convenciones colectivas de los trabajadores públicos firmadas hace años, porque el caudillo de Miraflores, el supuesto adalid “revolucionario” de la clase obrera, prohibió la firma de nuevas contrataciones colectivas en el sector público.

En el sector privado, de igual manera, el tsunami destructor rojito hace de las suyas expropia, interviene o despoja arbitrariamente a empresas, bienes y servicios; cuyos propietarios en muchos de los casos, realizan actividades productivas en la agroindustria u sector industrial, pero por persecución política, son las principales víctimas de esto desafueros o peor aún; miles de trabajadores son echados a la calle, abultando las cifras rojas del desempleo, que son maquilladas con los nacionales del sector informal de la economía, en las engañifas de las estadísticas de proyección internacional.

Quizás por ello, en sucesivos artículos de prensa, el escritor y periodista de densas profundidades intelectuales críticas como Domingo Alberto Rangel, viene insistiendo en la tesis de la asimilación de las doctrinas fascistas por parte del partido de gobierno, en comparación con lo ocurrido en España y en la Alemania del ayer que, se abrigaron en los contenidos hermosos de las corrientes socialistas y nacionalistas en pro de los trabajadores y excluidos sociales, para hacer en la práctica todo lo contrario al pisotear, escamotear y desconocer los derechos y conquistas sociales, políticas y laborales de éstos, producto de muchísimos años de luchas. ¡Ya basta de engaños y manipulaciones a los trabajadores! ¡Respeto a sus derechos laborales y contractuales!

CAMBIOS EN CUBA Y REGRESIÓN EN VENEZUELA

¡Quien lo creería!, en Cuba, ante el colapso actual de su economía; Fidel Y Raúl, ejecutan con disciplina prusiana, un proceso de reformas estructurales en el ámbito socio-económico, donde el estado centralista y omnipotente ya es imposible que lo controle todo; y ahora se presta para dar paso a la “iniciativa privada” o al “trabajo por cuenta propia” como lo denominan ellos. De esta manera, en una primera etapa, el gobierno cubano despedirá a 500 mil trabajadores de la administración pública, para completar en una segunda etapa un total de un millón de cubanos, que serían excluidos de las nóminas abultadas estatales; es decir el 20% de su fuerza laboral, que a partir de esa decisión, se sujetaría a las reglas de la oferta y demanda del mercado laboral privado.

Además de esta medida, que a uno ya le huele a una copia del “socialismo de mercado chino”, serían complementadas con otras orientadas, según su versión, a la de suprimir “gratuidades y subsidios indebidos”; valga decir “descargar al estado” ante tantas y centralizadas funciones socio-económicas. En síntesis, la pregunta conclusiva en relación a lo dicho: ¿estaría transitando la Cuba de los Castros, de un “Socialismo de Estado” a un “Socialismo de Mercado; quebrando con ello la concepción leninista de la “Dictadura del Estado” sobre el conjunto de la sociedad?
Mientras lo anterior ocurre, en la legendaria Cuba Revolucionaria, en la Venezuela del “Chavecismo”, se hace todo lo contrario, cada día hay mayor concentración de poder político y económico en pro de un estado casi absolutista, que todo lo absorbe, anulando las “iniciativas privadas” y la economía productiva.

Los testimonios está a la vista del mundo: expropiaciones a diestra y siniestra en la agroindustria, manufacturas y comercio; dejando a la “buena de Dios” a miles y miles de personas que son cesanteados u obligados a aceptar condiciones de trabajo y salariales indignas, violentado de esta manera derechos constitucionales y laborales. O como está ocurriendo en los actuales momentos, cuando se expropian Conjuntos Residenciales Monumentales pertenecientes al sector privado, para intentar tapar el fracaso estruendoso de una gestión gubernamental que en 12 años ha sido incapaz, de cumplir con plan básico en construcción de viviendas y que ha dejado en la orfandad a millones de venezolanos, que hoy por hoy, abultan las cifras de la pobreza en las barriadas populares de Venezuela.

La estrategia mediática y populista “Chavecista” es clara en este sentido, expropio viviendas y apartamentos al sector privado que están construidos y casi construidos; y luego los entregó a ciertos sectores populares y de la clase media en actos proselitistas, para aparentar que fue un beneficio obtenido gracias a la “revolución socialista”. Así se ha operado con empresas expropiadas del sector privado, de largos años productivas, y los productos son exhibidos mediáticamente como “hechos en socialismo”.

Es decir, que Hitler y Mussolini, son unos niños de pechos, ante el cinismo y la manipulación de estos neofascistas de la postmodernidad.
Pero, siguiendo el hilo del parangón con Cuba, en Venezuela muy al contrario de las Reformas Estructurales que se suscitan de esa histórica Isla; marchamos, por obra y gracia, del “Chavecismo” de un Capitalismo Neoliberal a un Capitalismo de Estado “salvaje” y “primitivo”.

EL "GORILISMO MILITAR" SE DISFRAZA DE "CAPERUCITA ROJA"

El “gorilismo militar” del ayer, desde las décadas de los 60 y 70, disfrazaba sus intenciones dictatoriales, con la lucha anticomunista; plegados sin duda, a los postulados del poder imperial gringo y sus planes neocoloniales en América Latina. ¿Quién no recuerda las barbaries de corte fascistas de los militares argentinos (Videla), paraguayos (Strossner), bolivianos (Banzer), peruanos (Fujimori) y chilenos (Pinochet)?.

Amparados en las fuerzas de las armas, concedidas para defender la soberanía, la constitución y las leyes de esos países hermanos; llegaron a utilizarlas para despojar a los civiles del poder, con los cuales no tuvieron miramiento alguno a la hora de quitarles la vida, torturarlos con los métodos más crueles, encarcelarlos o pisotearles los derechos humanos más elementales.
Los partidos políticos, los sindicatos, gremios u otras organizaciones de participación ciudadana fueron proscritos y despojados de sus derechos políticos y constitucionales. Todas las ramas de los poderes públicos fueron asaltadas y sus miembros encarcelados o perseguidos. A los trabajadores les arrebataron beneficios laborales, les redujeron los salarios y el desempleo corría por las ciudades y campos como las inundaciones en época de lluvia. Las constituciones nacionales de los países donde se sembró el “gorilismo militar”, fueron reducidas al uso como papel higiénico.

Quizás con el concurso del concepto literario de “Alquimia” de Paulo Coelho, con sus saltos históricos en esta América Latina de hoy, encuentre casos de un “gorilismo militar” con transformaciones importantes, pero sin perder su esencia; disfrazados de “caperucita roja”, como se proyecta en Venezuela ante los ojos de los nacionales y del campo internacional: “anticomunistas” no, “procomunistas; “proimperialistas” no, “anti-imperialistas”; “antidemocráticos” no, “democráticos”. Manipulaciones, engaños y mentiras; se dan pues de la mano en una alquimia perfecta que, en la “Metamorfosis” de Kafka, al “lobo feroz” disfrazada de “caperucita roja”, cuesta descubrirle sus verdaderas intenciones.

Pero, la verdadera naturaleza del “gorilismo militar” en Venezuela está ahí, al desnudo: despojando y marginando a los civiles del verdadero poder político e institucional; cercenando los derechos constitucionales de sindicatos, gremios, partidos políticos y asociaciones civiles; pisoteando los derechos laborales de los trabajadores; reduciendo a la población civil de los derechos sociales más elementales, donde los servicios públicos básicos colapsaron y la seguridad alimentaria y abastecimiento de productos recorre el camino del infierno.

Amén del desempleo que crece como la hierba ante los despidos masivos, producto del despojo de que son objeto las empresas productivas. Paralelo a ello, la delincuencia y la inseguridad desenfrenada, halla su lúgubre tierra abonada en el lumpemproletariado, como en la Francia de ayer, al ser utilizado desde las esferas del poder gubernamental, para la guerra sucia y perpetuación el poder de este “gorilismo” de nuevo cuño.

Por lo analizado, a los venezolanos y a la opinión pública, no debería impactarnos las declaraciones desde lo más alto de la cúspide militar: “Nos casamos con este Proyecto”.

AUTONOMÌA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Luchar por la autonomía de los movimientos sociales (trabajadores, comunidades, estudiantes, profesionales y técnicos; campesinos) no ha sido, ni es una tarea fácil. Porque algunos partidos políticos en Venezuela mantienen la tesis de utilizarlos y colocarlos al servicio de sus intereses. Una vez consumado parte de sus propósitos los convierten en comités de base de esas organizaciones; y peor aún en instancias clientelares, increíblemente domesticadas que medran del presupuesto de la nación; máxime si el partido en cuestión le es asignada la tarea, por los factores de poder, de ocupar todos los espacios del supra poder estatal.

En esencia, lo de la ideología es lo de menos, porque el pragmatismo se transforma en el motor y alma de los conmilitones incondicionales que, como el “ratón al queso”, sienten abonado el terreno para el “resuelve” de vida por muchos años. Quizás allí esté la explicación el por qué los Castros y Chávez sienten que se le está moviendo el piso a sus paradigmas del “socialismo de estado” y del “capitalismo de estado” respectivamente; los cuales lucen el perfil del fracaso más rotundo por el colapso de las economías, la crisis social, la ineficiencia en la gestión pública y, sobre todo el deterioro de la ética y la moral. De esta manera los Castros van de vuelta al modelo de mercado e incentivo a la iniciativa privada buscando desesperadamente el oxigeno político perdido. Y Chávez con una obstinación sin precedentes insiste en el viejo modelo de la concentración de todo el poder en el estado, especialmente en torno a su figura y por el manejo que hace a su antojo de la renta petrolera venezolana.

No obstante, al decir de los corrillos populares “la procesión va por dentro”, como los volcanes en espera del ciclo de erupciones, donde la lava represada explosionaría en cualquier momento llevándose todo lo que encuentra a su paso. De este modo, guardando las distancias, así actúa el descontento popular. En Cuba, por ejemplo, aún cuando lucen casi castrados los movimientos sociales, la lava social la simbolizan “las madres de las vestimentas blancas”, quienes luchan sin descanso por la libertad de los presos políticos o disidentes de toda laya. En Venezuela la cuestión es distinta, porque aún cuando una porción de los movimientos sociales continúan secuestrados por el “chavecismo”, otro contingente –ya de plano mayoritario- se vienen expresando abiertamente en la calle - y pese a la represión y al hostigamiento- denuncian organizadamente los atropellos y abusos de poder; la violación sistemática de derechos políticos, sociales y laborales.

En ese contexto -organizaciones políticas y sociales en el país- encuentran el punto común y de unión en la defensa de los principios y todo el legado de derechos consagrados en el vigente texto constitucional, cuyas expresiones concretas de violaciones están contenidos en los sistemáticos ataques a los medios de comunicación social, la represión desmedida a dirigentes y ciudadanos por sólo protestar, el desconocimiento de las organizaciones sindicales y derechos contractuales de los trabajadores, expropiaciones por doquier; entre otros.

De esta manera, luchar por la autonomía y beligerancia de los movimientos sociales se constituye en una tarea de primer orden; si se anhela realmente un país democrático, participativo, plural, de paz, libertad, progreso y justicia para todos los venezolanos.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

A propósito de que a nivel internacional se toma un día para dedicarlo a la “No Violencia Contra la Mujeres”, hay un mutis oficial en relación a las cifras rojas por hechos de violencia contra este género en Venezuela. No obstante, en las páginas de sucesos de cualquier periódico nacional o regional dan cuentan diariamente de situaciones de violencia social, en sus diferentes matices, donde las principales víctimas son mujeres, especialmente las más jóvenes.

No sólo se trata de los diversos maltratos de toda índole que sufren muchas mujeres en su relación de pareja; sino que al parecer toda forma de dominación machista, desde lo más encumbrado del poder estatal, poder médico o hasta los encargados de brindar seguridad policial en cualquier sector de una ciudad o pueblo, se ensaña contra las féminas.

Por esa razón, no es gratuito el ensañamiento del Presidente Chávez contra la Jueza María Lourdes Afiuni, a quien juzgó públicamente y solicitó la máxima pena en prisión, por un supuesto delito en el ejercicio de sus funciones. A esta mujer se le han negado todos derechos a la defensa y en el Instituto de Orientación Femenina de los Teques donde está encarcelada y es sometida a torturas psicológicas, la requisan permanentemente y la mantienen aislada en una celda extremadamente pequeña. Incluso hay una resolución de la ONU en relación a este caso de exigencia de respeto a sus derechos humanos. Pero debido a la incondicionalidad y sumisión del resto de los poderes públicos al poder presidencial “machista”, se viene ejerciendo descaradamente una serie de acciones de violencia institucional en contra de esta valiente defensora del género.

Lo dicho es una expresión concreta del grado de descomposición social de la sociedad venezolana y del estado, donde la pobreza con nombre de mujer, reina con sus raíces estructurales: niños y mujeres abandonadas al azar de la vida; muchas de ellas sumergidas en el infierno de las drogas y prostitución; o formando parte de las estadísticas del desempleo femenino galopante. Mujeres “cabezas de hogar” sin viviendas adecuadas o sometidas a niveles de hacinamiento inaceptables con un cuadro de hijos a cuesta. Mujeres víctimas de las escuelas del delito en cualquier barriada del país o, en una cárcel purgando una condena en una prisión venezolana. Amén de las mujeres sometidas a cuadros depresivos por la dificultad de llevar el pan a sus hijos o porque los míseros salarios que recibe, apenas le alcanza para malnutrirlos.

Paralelo a lo anterior, continúa campeando un modelo de poder médico que maltrata a las mujeres, con una variante de violencia denominada obstétrica, donde a su cuerpo se le impone el parto horizontal en contra del parto natural vertical; se le descalifica con insultos o vejámenes en el momento de parir; se le proporciona fármacos para aligerar el parto o se le somete a procedimientos “médicos- rutinarios” de una manera desproporcionada, durante ese acto hermoso de generar vidas.

Los retos y desafíos contra estas manifestaciones de violencia contra la mujer; necesariamente debe pasar por una lucha sin cuartel, no solo contra la tara cultural del “machismo”; sino por lograr una victoria final contra distintas formas de dominación, que son un impedimento para arribar a un futuro de suprema felicidad humana, donde el amor ocupa el mayor de los espacios.

EL DENGUE EPIDEMIA Y EL CÓLERA AMENAZA

No sólo los cambios climáticos vienen afectando la salud de los venezolanos, con la presencia de las denominadas enfermedades emergentes y re-emergentes (dengue, malaria, mal de chagas, tuberculosis y otras); sino –en gran medida- la falta de políticas sanitarias específicas y la debilidad de las medidas de vigilancia y control epidemiológico en cada rincón del país. Verbigracia la disminución evidente de la participación comunitaria en los programas preventivos, promoción y de educación para la salud.

Quizás lo anterior se deba a que, por cierto tiempo, el amo del poder de Miraflores designó Ministros de Salud militares, que no tenían la más mínima noción de la complejidad de la problemática de salud en el territorio nacional y mucho menos los conocimientos académicos que les hubiese permitido una idea más o menos clara de cómo abordarlos, una vez conocida su causalidad. Con la improvisación, pues, se ha venido “atendiendo” la salud de los venezolanos. La actual Ministra Sader, quien si tiene experiencia y conoce la materia, tiene entre sus manos un “tizón caliente”, por lo antesdicho.

Una de las críticas más severas a las gestiones en salud, es el ocultamiento de las cifras en materia de morbi-mortalidad y su causalidad patológica, que permite orientar las prioridades y esfuerzos de la gestión en salud en todas las esferas del sistema sanitario, para poder garantizar el derecho constitucional a la vida y salud de los nacionales. No obstante, es evidente a los ojos de todos, la grave epidemia de dengue que padece la población venezolana, donde los esfuerzos realizados palidecen ante la multiplicación de los casos, que no encontraron muro de contención, con suficiente antelación, en sistemas efectivos de vigilancia y control sanitario institucional y comunitario.

Paralelo a lo anterior, es harto conocido la situación por la cual atraviesan los trabajadores de la salud en sus distintos estratos de la estructura de personal (médicos, enfermeras, bioanalistas, odontólogos; empleados administrativos y obreros), que prácticamente tienen tomadas las calles del país reclamando deudas y pagos laborales. E incluso los trabajadores de la simbólica “Misión Adentro” también se sumaron a estas protestas laborales, por las mismas razones señaladas.

En ese contexto, desde Haití, con centenares de casos de una grave epidemia de cólera, el país siente, como la espada de Damocles, la amenaza seria de ser invadida por esta enfermedad, que como sabemos llegó el primer caso, nada más y nada menos que en EEUU, en el estado de Florida.

De manera que, en cualquiera de la peroratas mediáticas que nos tiene acostumbrados el “Gran Timonel de Miraflores” –dirá- en un mea culpa de ocasión, que fue por “descuido” la situación crítica que presenta el añorado Sistema Público Nacional de Salud o, se irá al otro extremo de la retórica repetitiva y de justificación: “la culpa la tiene el imperialismo y los apátridas”. ¡Que Dios nos agarre confesados!