lunes, 28 de febrero de 2011

EXORCISMO "CHAVECISTA" Y EL "PODER OBEDIENCIAL"

Algunos podrán pensar que uno exagera cuando se tocan temas como los del título de este escrito. Pero los hechos están allí al símil de los rayos del sol en cualquier día normal de la vida humana en Venezuela. ¿O ocaso los actos oficialistas para conmemorar el “Caracazo” no tuvieron esa connotación”? O por ejemplo, sí hacemos un esfuerzo de memoria, esa especie de práctica exorcista estuvo presente con el proceso de inhumación de los restos del Libertador en el Panteón Nacional, con participación de figuras importantes del “chavecismo oficialista”, incluyendo al mismo Esteban.

Se trata entonces, de que los autócratas para aferrarse al poder acuden a los más insólitos actos y procedimientos, en el contexto de direccionar estrategias cuidadosamente planificadas, que le garanticen estos objetivos de permanencia en el poder. Así tengan que recurrir a personajes al estilo de contenidos de películas como las de Harry Potter, donde la ficción se combina con la magia de excéntricos protagonistas que hacen de la vida un supuesto logro de equilibrio entre el bien y el mal, con el uso correcto de invocaciones a supuestas fuerzas supra-normales.

Lo anterior, también se presta para lo que algunos entendidos lo clasifican en el paradigma del “aprisionamiento histórico del ciudadano”, para que éste quede entrampado en el cerco montado por los oficialistas, que le impide discernir o romper con esa barrera del modelo autocrático vigente. Por cierto que esos episodios que son rememorados de la historia, se trata de hacer ver que el “chavecismo” fue protagonista, aún cuando realmente nunca estuvieron presentes, por ejemplo, en el “caracazo”. O a través de este suceso del pasado de centrar los ataques contra la oposición para descalificarla y los ciudadanos se distraigan en no visibilizar el presente hacia los responsables “chavecistas” de carne y hueso del desastre nacional. Un presente minado por las espinas de la incompetencia, corrupción, inseguridad, alto nivel inflacionario, desempleo y pésimos servicios públicos; de las prácticas entreguistas que violan la soberanía en áreas vitales de la seguridad nacional a países extranjeros (gobierno cubano, por ejemplo) o, en materia petrolera (con Rusia, China y EEUU); sólo para nombrar algunos.

En correspondencia con lo anterior, entra en juego el plan siniestro de Esteban de fortalecer lo que él denominó el “poder obediencial”, algo así como un poder que traspasaría los límites entre lo humano y lo divino, donde todos los poderes nacionales y la sociedad venezolana como un todo estarían obligados a rendir pleitesía al “Faraón criollo” y colocarse a merced de sus decisiones incuestionables sobre los grandes asuntos de la sociedad y el estado.

Pero Esteban, quizás tratando emular al Gadafi genocida de Libia, no pudo percibir el tsunami que se gestaría en el seno de los países árabes, que hoy por hoy derrumba los muros infranqueables de esas autocracias, con los gritos invencibles de libertad y democracia. Por cierto, tarde o temprano, el efecto dominó de esos acontecimientos históricos contribuirán para que acá, en esta Venezuela de génesis libertarias, brille el sol para siempre de la auténtica democracia.

jueves, 24 de febrero de 2011

GENOCIDIO EN LIBIA Y EL DISCURSO POLÍTICO SIN ÉTICA

Lo que está ocurriendo en el Medio Oriente, específicamente en la supuesta Libia “”revolucionaria” y “socialista” asombra al mundo. Verbigracia el mítico y excéntrico personaje que ha gobernado a ese país por espacio de 41 años, Gadhafi, quien en sus más recientes hazañas militares de neto corte nazi-fascista, al conjuro de las fuerzas de las armas, masacra sin contemplaciones a la población civil, especialmente si está integrada por jóvenes.

Al principio, en una de sus escasas apariciones ante los medios de comunicación, denunciaba al “imperialismo” como el gran responsable de estas insurgencias. Ahora, en el más reciente contacto con la prensa, señala como responsables a Bin Laden y Al Qaeda, porque supuestamente se han encargado de hacerle un “lavado de cerebro a los jóvenes”. Añadiendo con énfasis de futuro mártir que “moriría por la revolución” y por el “socialismo”. Con estas palabras - absolutamente contradictorias- y por los hechos a la luz del sol de los actos genocidas dirigidos por él, el deslave del discurso político-ideológico sin ética, entra en rodada hacia el “basurero de la historia”.

La condena mundial ante tanta crueldad criminal no se ha hecho esperar, salvo las excepciones por demás paradójicas, por compartir las mismas ideas del “socialismo revolucionario” del Gadhafi legendario: el Ortega de Nicaragua, el Fidel de Cuba y el Chávez de Venezuela. Mereciendo especial mención el hecho ¡insólito! de que hasta el propio Mahmud Ahmadinejad, Presidente de Irán (“panísima” de los anteriores) se sumara al repudio universal.

Es compartida la opinión de que el mundo árabe es muy complejo por sus particularidades históricas, culturales y religiosas. Así mismo, por los gobiernos que prevalecen en la región, que todos son de genuino corte autocrático. De personajes, que al símil de los faraones de tiempos ancestrales, han permanecido por largos años en el poder, ejerciendo un férreo control sobre el estado y la sociedad. Países donde las desigualdades sociales son escandalosas, las discriminaciones inaceptables hacia la mujer y los conceptos de democracia y libertad parecían como “demonios sueltos” que había que aplastar permanentemente, a través de los contenidos de los “discursos éticos” y en las ejecutorias de acción hacia la población de los referidos gobernantes.

Una lección que deberíamos aprender de estos procesos inéditos, comparables para algunos con la caída del Muro de Berlín es la vigencia intrínseca en el alma de las personas en relación a las necesidad de libertad, que como esos volcanes en erupción, es requerida para dar respuestas a derechos democráticos, justicia, igualdad, fraternidad, auto-realizaciones, progreso y bienestar integral. Y por supuesto, sin duda, se develó como nunca antes el discurso falso sobre la “ética” de algunos “socialistas y “revolucionarios”, quienes más bien deben ser señalados como personajes protagonistas de aquellos cuentos infantiles, donde la heroicidad mostrada nos emocionaba para hacernos más alegre la vida. ¡Continúa la rueda de la historia, no sabemos qué otras sorpresas nos depara!

martes, 22 de febrero de 2011

¡LOS JÓVENES ENTREGAN SUS VIDAS POR LOS CAMBIOS EN LIBERTAD

Al escuchar las informaciones por los distintos medios de comunicación de que multitudes de jóvenes de países pertenecientes al Medio Oriente marchaban desafiantes por calles y plazas de las grandes ciudades del continente africano o que, en Venezuela la juventud estudiosa, hastiados de no ser escuchados por la élite gobernante de turno, anunciaban abstenerse de ingerir alimentos, hasta tanto no hubiese respuestas ante las exigencias de respeto a la libertad y derechos humanos consagrados en la Constitución Nacional de ese país; un abanico de interrogantes debió colmar el cerebro de quienes se ocupan de hurgar el trasfondo de hechos y fenómenos sociales.

Con el transcurrir de los días fue que apareció el faro de luz hacia aquellos buscadores de respuestas a ese “algo” que estaba ocurriendo, que comenzaba a trascender más allá de las fronteras nacionales; en un ayer donde los pobladores de esas naciones se encontraban agobiados por sistemas de dominación coloniales y neocoloniales, que generaron a su vez, las más variadas formas de injusticias, discriminaciones y explotación, sin parangón en la historia de la humanidad.

Pero después, ayudados por los gritos de libertad, surgieron esas Naciones con paradigmas de haber logrado la independencia nacional, que luego, por los juegos de los trapecios de la historia presente, aparentaba la consolidación de autocracias de distintos signos y complejidades; con castas de gobernantes que han hecho del tiempo ilimitado en el poder su mejor aliado. Así, en el denominado “Club de los Dictadores”, Gaddafi, el gobernante cuestionado y genocida de Libia, se lleva el record con más de 41 años en el poder y en el otro extremo, lejano; pero esperanzado en tumbar esa cifra, está Chávez de Venezuela, con 12 años en el ejercicio absoluto con los hilos de la red de los poderes nacionales.

Nadie sabe, a estas alturas de estas Rebeliones de las Masas Populares contra los regímenes autocráticos del Medio Oriente, cuántas personas han sido masacradas por los fusiles, ametralladoras, tanques y hasta aviones de combates, puestos al servicio de estos cobardes y monstruosos actos genocidas. Pero está claro que han sido centenares y centenares las víctimas, especialmente de jóvenes, que esperanzados por las banderas de libertad, democracia, derechos humanos, bienestar y progreso para sus países; entregaron incondicionalmente sus vidas y sus sueños.

En Venezuela, gracias a Dios y al debate interno de Chávez de “ser o no ser” o mejor, agobiado por las miradas cuestionadoras de los nacionales y en la esfera internacional, por sus coqueteos fuertes con el Gaddafi genocida, e incluso, por haberle entregado -para vergüenza nuestra- una réplica de la espada del Libertador; mostró “sabiduría estratégica” y concedió gran parte de las exigencias a los jóvenes que mantenían una Huelga de Hambre en ocho estados del país.

En fin, esta simbiosis de los jóvenes con la libertad y la democracia debe augurar un proceso inédito de transformaciones sociales que no sólo harán temblar a los miembros del “Club de los Dictadores”, sino a todos los demás países. Por eso tomemos prestadas estas palabras del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa: “Masas desinformadas, discriminadas y explotadas pueden también, por caminos tortuosos a menudo, descubrir que la libertad no es un ente teórico desprovisto de sustancia, sino una llave maestra muy concreta para salir del horror”.

domingo, 20 de febrero de 2011

¡LA REBELIÓN DE LAS MASAS POPULARES CONTRA LAS DICTADURAS!

Para un ciudadano común, que resida en cualquier rincón de la tierra, le era difícil pensar lo que está ocurriendo en pleno corazón de los países árabes, cuyas particularidades culturales y religiosas, todavía forman parte de esa especie de manto de misterio, desde la óptica del mundo occidental. Resulta que, una oleada de insurrecciones populares, sacude los cimientos de esas civilizaciones, cuyos gobiernos son de neto corte autocráticos, que acuden sin miramiento alguno a las represiones más brutales y sangrientas para sofocar –en este caso- las exigencias colectivas de instaurar modelos democráticos, donde se enarbolen banderas de libertad y bienestar en todos los órdenes de la vida.

Túnez fue el primer escenario de estas rebeliones populares, que tomaron plazas y calles y, no cesaron jamás de persistir en sus pedimentos libertarios, hasta que el sátrapa de ocasión no dejara el poder. Luego, como esos huracanes gigantescos, que rompen las barreras fronterizas, en Egipto el sacudón dejó sin el aire de la vida a la autocracia del Mubarak de las tres décadas, cuya pretensión era gobernar hasta morir y dejar como legado en el poder de la nación a la familia.

Pero este fenómeno expansivo continúo arrasando con los cimientos de aquellos cuentos universales de los incólumes faraones; y otros países de ese mundo árabe (Arabia Saudita, Libia, Siria; entre otros) son sacudidos sin cesar por las masas populares, que en rebelión inaudita, no les importa dejar la sangre regada ante el acoso brutal de esas dictaduras “militaristas”, cuyas balas asesinas dejan cifras incontables de víctimas en las calles y plazas, convertidas hoy en los campos de batallas entre la barbarie y el resplandor de un nuevo amanecer civilizatorio.

Factores múltiples se podrán analizar para dejar al desnudo la causalidad y motivaciones de esas rebeliones populares desde las desigualdades sociales, discriminaciones de género e injusticias ancestrales, hasta los intereses en juego de la geopolítica mundial por las codiciadas reservas y riqueza petrolera que subyace en los suelos de los faraones ancestrales. Pero, un factor decisivo en están confrontaciones, fue el hastío de los ciudadanos árabes ante la concepción y métodos del “garrote vil” dictatorial para dirimir los conflictos en el seno de estas sociedades contemporáneas. De allí que los símbolos de la lucha por conquistar “democracia” y “libertad”, jamás han dejado de estar presentes en las gargantas de estas rebeliones colectivas.

Guardando las distancias socio-culturales e históricas, en Venezuela, los jóvenes casi en paralelo de las insurgencias populares en el mundo árabe, se levantan en rebeldía, mediante el recurso extremo de “huelgas de hambre”, en el escenario de la sede de la OEA y varias embajadas; para exigir al gobierno autocrático de Chávez “libertad para los presos políticos” y el “respeto de los derechos constitucionales y humanos de los venezolanos”.

Quizás para vergüenza nuestra y así hay que denunciarlo al mundo, el Presidente venezolano, obsequió a varios de estos sátrapas dictatoriales árabes una réplica de la espada del Libertador, mancillando con ello el valor histórico de la lucha por la independencia y libertad de todos los nacionales. Por fortuna, los pueblos son sabios y armados de su coraje y valentía, enfrentarán siempre, por todos los medios a su alcance, el silencio que quieren imponer las botas nefastas de las autocracias en cualquier lugar del mundo. ¡Viva la lucha de los pueblos árabes! ¡Viva la lucha de los jóvenes venezolanos por la democracia y la libertad!

domingo, 13 de febrero de 2011

LOS EXTREMOS DEL ODIO

Bastaría revisar los contenidos de muchísimos mensajes transmitidos públicamente por figuras políticos, intelectuales, comunicadores sociales y twitteros, por ejemplo, para darnos cuenta que estamos muy lejos de construir una sociedad de incluidos o donde quepamos todos. Al parecer, hay personas que presentan serias dificultades para superar lo que algunos analistas llaman el “pensamiento dicotómico”, es decir la tendencia a clasificar, mediante categorías preestablecidas en su propio pensamiento a los seres humanos en “buenos” y “malos”, “patriotas” y “antipatriotas”, “proimperialistas” y “antimperialistas”, “civilizados” y “bárbaros”, “chavistas” y antichavistas”, “estás conmigo” o “estás contra mí”, “amigo” y “enemigo”, “comunistas” y “anticomunistas”.

Para algunos estudiosos del tema se trata de una enfermedad del pensamiento, donde ciertos individuos tienen esa tendencia irrefrenable de dividir todas las cosas del mundo y a las personas en categorías bien definidas y rígidas y las defienden cueste lo que cueste Y agregan que algunos enfermos del pensamiento dicotómico son aquellos que desarrollan “conductas totalitarias”, porque la naturaleza de su pensamiento es totalitario.

Así mismo añaden, que los individuos que tienen esa enfermedad del pensamiento, piensan menos, porque todas las situaciones que ocurren en la realidad, las encierran en las categorías que ya tienen preestablecidas. Por lo tanto en el fondo son antidialógicos –dicen escuchar- pero no escuchan a nadie-. Personajes, que son fácilmente identificables con este “pensamiento dicotómico y totalitario”, son los principales causantes de divisiones entre los miembros de una sociedad dada, generados de conflictos innecesarios y hasta de guerras intestinas o entre países. ¿Le encuentra usted algún parecido con la realidad venezolana o es una simple coincidencia?

Sin duda, la prevalencia del pensamiento “dicotómico-totalitario” ha conducido a que florezca un sentimiento de odio entre importantes sectores de la sociedad venezolana, que se expresa en el rechazo cotidiano entre unos y otros por el sólo hecho de mantener posiciones ideo-políticas diferentes. Pero que, para ciertos analistas, responde a un contexto histórico que se remonta a la época colonial por el régimen de explotación que prevaleció en la época y dividió a la sociedad en clase sociales, con intereses distintos y luego esto se extrapoló hasta los tiempos actuales en la lucha entre “capitalistas” y los “anticapitalistas”.

Para otros es posible la convivencia y el diálogo social, mediante acuerdos en enfrentar problemas comunes que afectan a la sociedad como un todo, independientemente de la clase social o posiciones políticas a la cuales estén adscritos los ciudadanos ej. Los problemas de inseguridad y violencia, desempleo, inflación, desabastecimiento, colapso del aparato productivo nacional, decrecimiento económico, ineficiencia burocrática, corrupción y servicios públicos deficientes; entre otros.

En la actualidad, se siente un cansancio enorme en el seno de la sociedad venezolana por las peleas intestinas, la extremada “ideologización” cotidiana, la centralización del poder, el lenguaje y pensamiento dicotómico-totalitario y la falta de respuestas ante la creciente demanda de problemas sociales sin respuestas.

En consecuencia, urge un proceso de reflexión y cambios de actitudes entre uno y otro bando. Hay señales importantes, pero que no terminan de concretarse, en el marco de la identidad con los principios democráticos, la tolerancia, estado de derecho, la justicia y la lucha por la paz de la república. ¿Quiénes le ponen el cascabel al gato?

sábado, 12 de febrero de 2011

¿DEL "MAL VIVIR" AL "BUEN VIVIR?

Hace algunas semanas, en una de esas tantas peroratas que nos tiene acostumbrado el Faraón de Barinas, lanzó a sus conmilitones la propuesta de fortalecer la organización de las comunidades, a través de lo que él denominó los “comités del buen vivir”. Y casi como una reacción automática a tal despropósito, sus partidarios asistentes al acto, se retorcieron en las sillas y algunos sin poder cumplir con un poco de recato; se vieron las caras, en un gesto compartido y silencioso de desaprobación de tal locura.

Uno se imagina que sí a ese nivel –por lo observado- no contaba con el apoyo ni siquiera primario, mucho menos tendría el éxito deseado ante el colectivo nacional, aún cuando al símil del estilo de un Murabat cualquiera, insistiera en obligar –a los incondicionales- a aceptar tan descabellada propuesta; que a todas luces nos muestra a un innombrado personaje descontextualizado de la realidad del país; que al parecer, ante los ojos críticos de un avisado mortal; sólo espera, como los egipcios convertidos en multitudes ante Murabat, el puntilloso final del ¡ya basta!

Pero es que la realidad y la lógica van siempre juntas, sí comprendemos que ya este Murabat latino lleva 12 años en el poder y que pese a los malabarismos de las cifras estadísticas para mostrarnos que vivimos en el paraíso de los cuentos infantiles; la violencia y la inseguridad cogestionan las morgues de las distintas regiones del país todas las semanas; que el desabastecimiento y la inflación galopante mantienen extraordinariamente angustiados a los hogares venezolanos; que el desempleo obliga a muchos jóvenes talentosos a migrar a otros países en la búsqueda de mejores condiciones de vida; que los servicios públicos básicos (agua, electricidad, cloacas, aseo urbano, transporte, vialidad e infraestructura) se encuentran en pésimo estado y son el caldo de cultivo de las protestas sociales diarias en cualquier rincón de Venezuela; que los servicios de salud y educación han perdido aceleradamente la calidad; que el sistema de justicia luce ineficaz por su parcialización partidista o por la impunidad reinante; que las cárceles nacionales son verdaderas fábricas de los delitos que se cometen a diario en el contexto nacional; que las industrias básicas y empresas intervenidas por el estado están quebradas; que casi el 100% de los alimentos, servicios y tecnología son importados; que los planes de viviendas han sido un gran fracaso y como símbolo de atenuar la crisis, ante las lluvias que caen todos los años, son los improvisados refugios de la pobreza o cualquier institución del estado; que la corrupción, el despilfarro y la ineficiencia burocrática minan las instituciones del estado: y pare usted de contar.

Lo descrito es el cuadro dantesco de la realidad venezolana, es en esencia el modelo dizque “socialista y revolucionario” del “mal vivir” en que nos encontramos en el presente los nacionales. Por esa razón el creciente rechazó a ese paradigma, no por la naturaleza teórica de sus precursores en materia de justicia, igualdad y la fraternidad, sino por quienes apoyados en sus banderas han hecho todo lo contrario. Y esta es la razón del por qué causa risa la propuesta del “buen vivir” del caudillo de Miraflores o del Mubarat Venezolano.

viernes, 11 de febrero de 2011

¿LA ÉLITE AUTOCRÁTICA RINDE CUENTAS?

La rendición de cuentas del Presidente de la República o de los Ministros ante el Parlamento Nacional que debe ser considerado como un acto normal en cualquier democracia del mundo, en la Venezuela de hoy, dado al régimen autocrático que impera, es visto a lo interno y más allá de nuestras fronteras como algo excepcional en el contexto político e institucional.

De esta manera, en la ocasión de la presentación formal de los ministros para la referida rendición, aparte de la ejecución, al pie de la letra, de una estrategia gubernamental de corte mediático para hablarle al colectivo nacional e internacional sobre los supuestos avances de la “revolución bonita” en materia económica y social; se pretendió “visibilizar” la imagen de un proceso fortalecido e indetenible del paradigma “socialista” que estaría derrotando a la corriente capitalista y neoliberal, representada por la “oposición derechista” en el seno del Parlamento. Verbigracia el claro intento de proyectar la imagen de la existencia y respeto por las reglas democráticas. Acompañado lo anterior, con la intencionalidad política solapada de reforzar el esquema de la polarización con miras a las elecciones presidenciales del 2012.

En este orden, a los Ministros, no les faltaron las acciones de malabarismo en el manejo de las cifras estadísticas que, como los celos de los beatos para esconder los misterios religiosos, es casi una misión imposible el acceso a las informaciones oficiales, que con toda seguridad reflejarían la preocupación y porque no las acciones sancionatorias contra quienes les corresponde administrar y velar por el manejo ético de los recursos de la nación. Los ejemplos en las desviaciones o mal uso de los recursos estatales sobran, sólo nos bastaría recordar lo ocurrido con los millones de toneladas de alimentos podridos hallados en los contenedores de Pdval o lo más reciente con los “desastres” encontrados en el Estado Apure, denunciado públicamente por el propio Presidente de la República y que culminó con la salida del cargo –“por razones de salud”- del gobernador “rojo-rojito” de ese Estado llanero.

Así mismo, ¿cómo explicar con cifras chimbas los desastres, mucho más grave, del colapso de las industrias básicas de Guayana o varias de las empresas o comercios arrebatados al sector privado que ahora son administrados por el Estado?. ¿O de qué malabarismo se podrían valer para argumentar los desastres en materia del caos en la agroindustria, seguridad ciudadana, desempleo, inflación y desabastecimiento; servicios públicos, viviendas, vialidad e infraestructura o el deterioro creciente de la calidad en materia de salud, educación y cultura?

El problema de los modelos autocráticos es que en verdad no rinden cuentas, sólo presentan informaciones parciales a su conveniencia, para que nunca se sepa de las desviaciones, corruptelas y del despilfarro de los dineros administrados por el sacrosanto centralismo estatal, que en el caso de Venezuela se arropa con el manto “militarista”, “populista” y la verborrea mediática. Por eso la lucha por la vigencia de los principios democráticos y de un verdadero estado de derecho, como lo establece la vigente Constitución Nacional es una tarea impostergable para todos los venezolanos.