viernes, 29 de abril de 2011

CAMPAÑA ELECTORERA ABUSIVA CON LOS DINEROS PÚBLICOS

Los actores políticos de la IV República se quedaron como niños de pecho ante la élite protagónica de la V República y; cuidado si no se rompe el record Guinness ante el descaro y cinismo sin límites en el uso abusivo de los recursos públicos de este país en campañas electoreras, en comparación con otros países de América Latina y del mundo.

Y no trata de criticar por criticar; sino de de que con esta conducta inapropiada de la élite gobernante “roja rojita”, se está irrespetando las reglas de juego de un proceso socio-político dizque democrático, donde todos los participantes se deben acoger a ciertas normas y disposiciones legales, que están establecidas en la Constitución Nacional, leyes y reglamentos electorales. No obstante, como es sabido por todos, el organismo electoral nacional, que debería ocuparse de esta materia y ejercer un control estricto, al contrario se muestra irresponsablemente e incondicionalmente sumiso a los dictámenes del autócrata de Miraflores.

De esta manera, una vez cumplida cierta fase de intervención y apropiación estatal de un sin número de medios de comunicación, especialmente de emisoras y televisoras, éstas sólo se ocupan de difundir contenidos de mensajes alusivos al proselitismo politiquero a favor del gobierno. Amén de una profusa propaganda gubernamental tarifada por aquellos medios privados que le son adversos. Es decir el ventajismo mediático raya en lo obsceno, al sumarle también los medios de comunicación que, por temor a represalias económicas y políticas, se vienen autocensurando. En cambio a los medio críticos, disidentes u opositores el gobierno, éste los acosa, persigue o chantajea con inimaginables argucias y procedimientos cuestionables.

La otra estrategia de cerco-cautivo a su base de apoyo electoral lo constituye la abultada nómina de personal en las instituciones públicas, empresas del estado, bancos, misiones sociales, cooperativas, consejos comunales, alcaldías y gobernaciones; que debe estar rondando la cifra cercana a los 3 millones de personas. Una porción de estos grupos sociales ya constituyen una población “electoral” móvil que, por imposición o terror, son los que asisten religiosamente a las marchas y actos públicos, so pena de despedirlos o regatearles sus derechos laborales. Allí está concentrado casi todo el voto duro del chavismo “obligado”. Pero, como es obvio, esta masa “cautiva” es pagada con los reales de las finanzas públicas.

“Debajo de la almohada del caudillo” o en la “caja chica” de PDVSA se encuentran las otras cifras gigantescas de petrodólares, pertenecientes a todos los venezolanos, que son utilizadas sin ningún rubor ético, para costear ese proselitismo electorero a favor del caudillo de Barinas, a través de las “ayudas económicas”, becas, materiales de construcción, donaciones de equipos electrodomésticos, contratos para tareas puntuales; y pare usted de contar.

Pese a lo anterior, los venezolanos han sabido “torear” a quienes emplean estos asquerosos procedimientos, que desdice mucho de la cacareada moral “revolucionaria” y “socialista”; mediante las expresiones concretas de movilizaciones de calles, huelgas de hambre y distintas formas de protesta social; para defender sus derechos constitucionales, como seres humanos libres y dignos. ¡La mayoría de los venezolanos ni se compran, ni se venden!.

miércoles, 27 de abril de 2011

CONFLICTIVIDAD LABORAL DESNUDA DISCURSO ENGAÑOSO

La masa trabajadora definitivamente despertó de los efectos de las “lumpias” que les hiciera fumar, al principio, el gran piache de Miraflores. Ya entendieron que el paraíso prometido se convirtió en el propio infierno de Dante. Y ahora reaccionan con contundencia ante las políticas y planes anti-trabajadores. Esa es la razón de la ola de conflictividad laboral que recorre al país. Ya entendieron claramente que no pueden dejarse lisonjear más por el discurso engañoso de una supuesta “revolución socialista”, que no aparece por ninguna parte y que por el contrario se ha vuelto contra ellos, su familia, la comunidad y el país en su conjunto.

La economía nacional se encuentra totalmente paralizada, sólo dependiendo del vaivén de las ventas del petróleo en el mercado mundial. Cantidades de empresas públicas y privadas han cerrado sus puertas, bien por las medidas intervencionistas, expropiaciones, carestía de insumos, equipos y tecnología; por problemas gerenciales, corrupción o simplemente por la falta de confianza para mantener inversiones en el país. Los trabajadores, por supuesto han sido los más afectados por la masificación de despidos, violación de la contratación colectiva, retraso en los pagos de salarios y demás beneficios y, la acumulación gigantesca de deudas laborales.

En ese mismo orden a los trabajadores públicos (caso emblemático: los enfermeros) se les somete a las peores humillaciones y despojos de sus derechos contractuales y de ley, como jamás en la historia de la república. Los mismos, para evitar, su extinción como seres sociales, han tenido que recurrir a recursos extremos –huelgas de hambre y hasta coserse la boca- para llamar la atención de la comunidad nacional e internacional y presionar para lograr respuestas a sus exigencias, por demás justas.

Paralelamente, la ola inflacionaria hace estragos en los menguados salarios reales de la masa laboral. La canasta alimentaria y menos la básica, ya sólo están quedando como un lejano recuerdo en aquél mar de las promesas incumplidas del Esteban de la “revolución bonita”. De esta manera en los mercados municipales, supermercados y abastos, ahora las ofertas promocionadas de precios son para aquellos productos de segunda y tercera categoría, porque la población laboral ya no tiene acceso a los productos de calidad, ni mucho menos en cantidad; a lo cual se suma la carestía de muchísimos rubros importantes de la vida familiar diaria.

El reciente anuncio presidencial de aumento pírrico del salario mínimo, a cancelar en dos partes, sólo representa una porción compensatoria del 47% para sufragar el costo total de la canasta alimentaria, que ronda por los 2500 bolívares mensuales. Amén de que se dejó por fuera al personal contratado, que son miles y miles en el ámbito nacional, al cual se le paga con remuneraciones atrasadas y por debajo del salario mínimo. En relación al supuesto “aumento” para el personal obrero y empleado calificado, tampoco se oyó a los trabajadores, negándoles los aumentos que en justicia les corresponden por años de antigüedad y estudios. Tampoco fue escuchada la propuesta de la cesta ticket para el personal jubilado y pensionado.

Los trabajadores han entendido, que ellos no pueden seguir siendo la “carne de cañón” para los gastos dispendiosos y la corrupción, que campea como arena en el desierto. Ni mucho menos para fortalecer la gestión de un gobierno “rojo-rojito” que marcha sin rumbo, pero a favor de las élites privilegiadas del Estado y la boliburguesía.

martes, 26 de abril de 2011

UN GOBIERNO SIN ALIADOS Y SIN RUMBO

Al parecer al Esteban de Miraflores se le está poniendo el “mundo chiquitico”, no sólo por lo que viene ocurriendo en el Medio Oriente por las caídas estrepitosas de todos sus amigos autócratas árabes, con los cuales se regodeaba a sus anchas como un “gran líder” del ámbito internacional, mediante la firma de acuerdos diversos que tenían un claro perfil en el contexto de la geopolítica de poder mundial, en sus sueños paranoicos de “acabar con el imperialismo”. La muestra más elocuente de lo dicho, es el cerco militar que ejecutan las grandes potencias imperiales agrupadas en el OTAN, en contra de su amigo incondicional y admirado héroe, al Gadafi genocida de la llamada “Revolución Verde” de Libia.

Mientras tanto sus otros aliados de poder, Rusia y China, andan en lo suyo, porque aparte de expresar los desacuerdos –diríamos que casi discrecional- por la intervención militar en Libia; sus prioridades geopolíticas y a lo interno de sus países los coloca a establecer límites y alcances, que no necesariamente entran en consonancia con la pasión retórica antiimperialista del innombrado venezolano de Barinas. Además, los gobiernos de esto países ya lograron lo suyo con el caudillo manirroto nacional: convenios onerosos en equipamiento bélico militar, por la explotación y venta de petróleo a futuro a precios de “gallina flaca” y por los préstamos financieros con intereses leoninos.

Pero lo que está ocurriendo en Cuba, es para que el caudillo venezolano sufra de insomnio por un buen tiempo, porque él se copió o mal copió de ese paradigma. Pues resulta que está en revisión profunda, sí nos atenemos a los anuncios del recién celebrado Congreso del Partido Comunista de la isla, lo cual es un indiscutible indicador del fracaso del “socialismo de estado”, por su carácter centralizador del poder (ahora descentralización), clientelismo partidista parasitario e improductivo (ahora permisividad para la iniciativa privada, o tener la posibilidad de convertirse en propietarios de viviendas y vehículos y, eliminación de las libretas de abastecimiento alimentario) y, lo crucial: límites de tiempo para los cargos públicos (¿para evitar otro Fidel con 52 años en el ejercicio absoluto del poder, de reelección en reelección?).

Pero el quid para un escenario de patología crónica del “héroe de Sabaneta”, es por lo que se observa a lo interno del país: un cuadro de conflictividad como nunca antes y un Estado “rojo-rojito” incapaz de para hacer frente a las demandas de la población. Una situación dramática por la inseguridad reinante, apagones de luz a cada instante, el alto costo de la vida desbocado, vialidad destruida y los programas de construcción de viviendas con retrasos de varios años. Un sector salud paralizado ante la aparición de enfermedades emergentes y reemergentes o, porque éste hace caso omiso a las peticiones reivindicativas de los trabajadores, los cuales se ven obligados a huelgas de hambre o coserse la boca para ejercer presión y los escuchen. Amén el sector educativo y universidades que, ante el “descuido” de la élite que gobierna, no cuentan con los presupuestos idóneos para la docencia, investigación y bienestar estudiantil. Las empresas expropiadas o del Estado paralizadas por falta de gerencia, inversiones y mantenimiento. O la corrupción que galopa en “sabana abierta”.

La lista es pues muy larga y grave, pero obviamente señala el camino de un gobierno que conduce al país, pero hacia el despeñadero. La obligación de todos los venezolanos es hacer frente a estas gravísimas dificultades y ello pasa por construir un Proyecto de País Alternativo, radicalmente diferente al modelo autocrático reinante, que coloque por delante las banderas universales de la libertad, la democracia, la igualdad, la justicia y un estado auténtico de derechos. Y por supuesto, debe plantearse la sustitución por vía democrática, de la actual élite que nos desgobierna. ¡Hacia allá hay que ir sin miedo y absolutamente convencidos!

lunes, 25 de abril de 2011

LA AGONÍA DE LOS ANTICRISTOS O "SALVADORES DEL MUNDO"

Cristo el redentor, el de las sabias enseñanzas hacia la fe y el amor al prójimo, el “salvador de almas” ante la prédicas del mal, el ejemplo testimonial en pro de la paz, armonía y convivencia entre los seres humanos; se ha tenido que enfrentar históricamente, a través de quienes han asumido sus postulados religiosos, a los falsos profetas o a los supuestos “salvadores del mundo”.

No se trata tampoco de ir, con el contenido de este escrito, contra aquellos personajes que registran en la historia un expediente pródigo en hechos demostrables y trascendentes, a favor de los procesos independentistas, bienestar y progreso de naciones y pueblos del mundo. Pero sí dejar al desnudo las ejecutorias de aquellos que han hecho lo contrario, los cuales incluso, han tejido un discurso de aparente amor por sus países o por los pobres; siendo los resultados de sus posturas y gestiones en el poder la de una mayor pobreza, ruina, guerra, conflictos, divisiones, odio y desamor entre naciones y poblaciones mayoritarias, que cándidamente fueron arrastradas más bien hacia los brazos del Lucifer de los infiernos.

En ese devenir de la rueda de la historia nos encontramos con este presente, en esta época que algunos llaman de la postmodernidad, en pleno corazón de las tierras árabes, que permitieron que de sus entrañas, naciera el hijo de Dios; pero que también los hombres de poder de ese período, los de aferrarse a éste a como diera lugar, se encargaron de conducir a ese mismo hijo de Dios a la cruz de la agonía y la muerte, utilizando los métodos más crueles y bárbaros que en esos tiempos se pudiese conocer. Por eso la “Semana Santa”, donde se recuerda ese atroz episodio, pero cuya lección es amalgama de las almas de los hombres en procura del reencuentro con el amor, la fe y la felicidad eterna.

Quizás por ello personajes de ese mundo donde el hijo de Dios cumplió con los extremos de la vida: nacimiento y muerte; los falsos profetas, ciertos dueños del poder, autócratas por definición; son acosados por los Pueblos de Dios en Marcha para que den paso a nuevo amanecer, donde las banderas y postulados de justicia, igualdad, fraternidad, libertad y democracia encuentren el terreno abonado para construir civilizaciones, donde se arraigue el sentimiento del amor verdadero prodigado por Dios.

De este modo ya no sólo es en Túnez, Egipto, Yemen, Siria, Arabia Saudita, Argelia y Libia u otros de ese mundo de la complejidad cultural, histórica y religiosa del mundo árabe, donde se sienten esos tsunamis y terremotos sociopolíticos; sino como un efecto dominó, al parecer, se extenderá por todos los continentes; donde en América Latina los vientos de cambios se aferran a la causa universal del hijo de Dios, dejando en el camino a los falsos profetas o anticristos.

domingo, 24 de abril de 2011

EL ÚLTIMO PATRIARCA DE LOS CAMPESINOS SUCRENSES

Quedó para la historia esa Venezuela de las grandes producciones de café y cacao, que nos convirtió a los venezolanos en una época, en importantes exportadores de estos productos hacia otros países del mundo. En las manos de los campesinos que trabajaban con tesón la madre tierra se tejió con amor la cultura del trabajo, la disciplina, el respeto por los valores, la palabra empeñada, la solidaridad y la ética ciudadana.

En el contexto de esa generación se formó Ricardo Montes, ese viejo roble fundador de caseríos en la entrañas de las cimas de las montañas sucrenses, como La Loma de Sanguijuela, allí donde el frío intenso y el fragor de los vientos sacuden con pasión a los árboles de distintos tamaños; unos sembrados por los mismos hombres para darle vida a la vida u otros de origen silvestre, donde la sabiduría de la naturaleza convidaba a los campesinos al abrazo eterno, en esa simbiosis envidiable constructora de civilizaciones.

Alrededor de este Patriarca campesino, acudían con la frecuencia a los meses correspondientes a los cambios climáticos y a los años de prosperidad en la producción agrícola del café y el maíz; los habitantes de otros caseríos como Areo, Buena Vista, Hueso de Mula, Periquillo y la Llanada; para la solicitud de la ayuda económica, que les permitiera trabajar los sembradíos sin las penurias de la extrema pobreza a cuestas, para que al final del año, se repartieran las utilidades como producto de las ventas de las fanegas de los rubros agrícolas señalados.

Los campesinos que lo conocieron y luego transmitidos la información de generación en generación, jamás lo sintieron como campesino potentado y explotador, sino como el hermano que expresaba la solidaridad a quien la requería no sólo con los recursos necesarios para la siembra y la producción agrícola; sino también para aquél que necesitaba construir su casita, atención médica o los tablones para el ataúd del familiar que moría por causas naturales, accidente o por alguna enfermedad.

“Don Ricardo”, como lo llamaban los lugareños de estos caseríos, vio pasar la etapa de la prosperidad de la agricultura sucrense, el abandono al campo por las migraciones de los jóvenes a las ciudades y también la pérdida del amor por la cultura y ética de trabajo productivo. Con 99 años cumplidos, apenas hace algunos días, sus ojos se cerraron para siempre; pero en sus cavilaciones antes de sus muerte, quizás sintió la esperanza de que algunos de sus descendientes de los 7 hijos, 30 nietos, 44 bisnietos o de las decenas de habitantes de esos caseríos; desde el cielo él pudiese verlos entremezclados con las más hermosas siembras de café y maíz que se haya conocido jamás, acumulando un sinfín de fanegas de esos productos agrícolas, para que nunca más la pobreza fuese la espada de Damocles en las condiciones y calidad de vida de sus hermanos campesinos de siempre.

lunes, 18 de abril de 2011

CAMBIOS EN CUBA HACIA EL CAPITALISMO Y EL DESCONCIERTO DE ESTEBAN

Al parecer los recientes anuncios de Raúl Castro, a propósito de la culminación del VI Congreso del Partido Comunista en Cuba, dan señales de transformaciones profundas en el modelo socio-económico y político que impera desde hace 50 años en esta isla simbólica del Caribe. Porque independientemente de las consignas de mantener el paradigma del “socialismo”, los cambios apuntan hacia insertar componentes claves del odiado capitalismo, con lo cual se sumarían –dice uno- a los actuales modelos de transición hacia el capitalismo de los rusos y chinos. O mejor como dicen algunos estudiosos y analistas del tema en estos países, predomina una especie de “socialismo de mercado”.

En ese sentido, uno se imagina el desconcierto que debe predominar en el Esteban de Miraflores y en la élite que lo acompaña, el anuncio del Castro cubano de impulsar la “descentralización político-institucional”, como una manera de ir rompiendo con la excesiva concentración de poder y la ineficiencia del Estado centralista. O el hecho de permitir que los cubanos puedan ser propietarios de vehículos y viviendas; sometiéndolos al libre juego de la oferta y la demanda, como cualquier transacción rutinaria propia de las sociedades capitalistas.

Peor aún “con el grito al cielo” que deben estar vociferando los fundamentalistas de la cúpula roja-rojita venezolana, al escuchar el otro anuncio del Presidente Cubano de eliminar el “racionamiento alimentario” a la población, mediante las famosas “Libretas de Abastecimiento” que daban acceso a una modalidad de “canasta alimentaria”, por considerar insostenible los gastos del Estado por este concepto y por supuesto dado a la actual crisis económica del “Socialismo de Estado Cubano”. Así mismo, por las abultadas nóminas de personal o mejor dicho del “ejército clientelar del régimen autocrático cubano”, que hace meses lo obligó a despedir a miles y miles de trabajadores dependientes del aparato institucional.

Con la cacareada autocrítica, daban cuenta de un “exceso de igualitarismo” que impedía el desarrollo productivo de ese país o que; el “ocio improductivo” de una porción de la población estaba generando vicios y perversiones inaguantables para la economía nacional de la isla. Esteban, por cierto, se afinca en ese modelo cuestionado por la dirigencia cubana, al abultar cada día más las nóminas de personal del Estado, que no es otra cosa que desarrollar a más no poder el “clientelismo partidista”, convirtiéndose éste en una rémora cancerígena en el cuerpo social venezolano.

Sólo se han tocado algunos aspectos simbólicos de lo que está ocurriendo en la Cuba del régimen autocrático, porque todavía habría mucha tela que cortar, pero lo cierto es que el caudillo venezolano debe estar sumamente preocupado, porque como corolario de lo analizado, se limitarán los períodos de permanencia en el poder de los funcionarios públicos -se imagina uno- para que no se repita la experiencia de otro Fidel Castro de los 52 años en el poder o; por efecto dominó de un Esteban con 12 años en el poder, que no quiere dar su brazo a torcer de intentar superar ese record en América Latina.

viernes, 15 de abril de 2011

ENFERMEROS SIN SALUD Y DERECHOS LABORALES

Lo que está ocurriendo con el personal de enfermería adscrito a las nóminas del Estado venezolano debería constituirse en una vergüenza para Esteban y la élite que lo acompaña en el poder, porque él mismo se ufana en cada perorata en “cadena nacional” de representar los genuinos intereses de los trabajadores y de los excluidos socialmente, pero como dice el refrán “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Porque la realidad verdadera es que sucede todo lo contrario: este es un gobierno que, desde hace mucho tiempo, le dio la espalda a los sectores populares y a los trabajadores. Su preocupación es el poder por el poder mismo, para usufructuar de los privilegios que esta encierra y potencia, máxime si hablamos de una nación que cuenta con la bendición de la naturaleza por las riquezas minerales anidado en su subsuelo, especialmente del “oro negro”.

De esta manera estos trabajadores de la salud, que lo único que han hecho es contribuir a garantizar el derecho a la salud de los venezolanos; una porción representativa de éstos han tenido que acudir a medidas extremas, de las tantas formas de lucha social, a través de una la “huelga” de hambre nacional”, “sacarse la sangre” y hasta “coserse la boca” para lograr que los escuchen y concedan exigencias laborales que, por años, se les ha estado negando: un aumento salarial en correspondencia con sus méritos de estudios y antigüedad en el ámbito institucional del sistema sanitario en Venezuela. Así con un salario básico mísero que ronda un poco más de los mil cuatrocientos bolívares fuertes, muy lejos por cierto del promedio de costo mensual de la canasta básica, tenía que llevarlos a tomar las calles y adoptar los métodos de lucha pacíficos más convenientes para el logro de sus objetivos socio-laborales.

Y por el lado la contraparte, la representación del “Estado Rojito Patronal”, hasta ahora su actitud ha sido prácticamente de mantener el mutis, con una u otra reunión o entrevistas entre las partes, pero sin la decisión definitiva desde el más alto nivel, que es sin duda, la del supremo monarca de Miraflores, el cual no afloja la firma para una solución negociada del conflicto. Pero como es sabido por todos actúa, sin ton ni son, cuando se trata de regalar a diestra y siniestra una porción del patrimonio nacional a otros países, con donaciones en miles de dólares a instituciones públicas o a grupos sociales; condonaciones de deudas o aceptación de pagos por este mismo concepto a largo plazo y en condiciones desventajosas para la nación.

Aún cuando se han sentido múltiples expresiones de solidaridad hacia estos trabajadores abnegados de la salud pública, en relación al dilema crucial de todos los seres humanos entre la vida y la muerte; siempre los encontramos en las cabeceras de cualquiera habitación de un hospital o ambulatorio, dándonos la medicina o una palabra de aliento. Ellos requieren -ahora- de nosotros un mayor acompañamiento organizado, especialmente en estos días de asueto de “Semana Santa”, porque ante este gobierno insensible y anti-trabajador se puede esperar cualquier cosa.

miércoles, 13 de abril de 2011

RACIONADA CALIDAD DE VIDA DE CUBANOS Y VENEZOLANOS

Aunque Esteban y sus incondicionales se molestan cuando se hacen comparaciones con el actual modelo socio-político cubano y la supuesta “etapa de transición” por la cual atraviesa el paradigma venezolano. Sin duda que hay elementos sustanciales que expresan similitudes, sí guardamos las distancias; pero en ambos países es el Estado el que asume un rol protagónico, pero inserto todavía -en el caso venezolano- en el entramado tejido del Capitalismo de Estado “salvaje”. Observemos:

Deterioro del sistema eléctrico y apagones: tanto en Cuba como en Venezuela ya este problema es de carácter estructural. Los ciudadanos de ambos países se encuentran sometidos a programas de racionamientos programados y no programados permanentes, todos los días y a cualquier por hora. Los gobiernos de Fidel y Chávez no les ha parecido esto una prioridad al no haber considerado al recurso de la energía eléctrica como vital para el funcionamiento no sólo de la iluminación de los hogares; sino también de todos los equipos electrodomésticos, computadoras, teléfonos, etcétera. En el caso venezolano es mucho más grave, porque se encuentra entre los 10 países del mundo productores de petróleo para generar toda la energía que se requiere. Amén de que el gobierno venezolano ha suministrado a precios preferenciales el petróleo demandado por Cuba, e incluso, se ha dado el lujo de donar al gobierno cubano plantas generadoras de electricidad. Y paralelamente lograron acuerdos para instalar una refinería, cuyo capital mayor de inversión lo coloca Venezuela.

Alzas en los precios de productos básicos, servicios y el desabastecimiento: por las informaciones provenientes de la isla o por los medios de comunicación dan cuenta de los graves problemas que padece la población cubana por la dificultad para adquirir los productos de la cesta básica y tener acceso a servicios públicos decentes. Las largas colas para el racionamiento programado de los alimentos es ya algo crónico en esta isla del Caribe desde hace varias décadas. Verbigracia que no cuentan con productos y servicios de calidad. En el caso de Venezuela es más vergonzoso, porque no produce casi nada y todo lo importa. Los servicios públicos, además, se han venido deteriorando. Aparte que el desabastecimiento y altos precios de los alimentos vuelan como los pájaros en cualquier época del año. La cifra del índice inflacionario raya en un acumulado cercano al 30% durante el presente lapso. Las colas para adquirir los productos, especialmente los alimentos en Venezuela, ya son similares a las de la Cuba de Fidel.

Clientelismo y desempleo: En ambos países fue transformado el estado en el principal empleador. Las nóminas de personal se encuentran abultadas, donde una gran porción de estos trabajadores son fichas clientelares de los partidos de gobierno. No obstante, en Cuba muy recientemente, por ejemplo, se comenzó a despedir en masa a miles y miles de trabajadores, porque el Estado cubano se le está haciendo difícil mantenerlos a todos y por las graves dificultades por la cual atraviesa la economía “socialista” de ese país. En cambio en Venezuela, el gobierno de Esteban absorbe y absorbe más personal, en un proceso de voracidad burocrática vertiginosa. Pero ya comienzan a tener serias problemas para mantener esas nóminas y el país arde en conflictos laborales por toda su geografía. Se le está haciendo insostenible cancelar hasta los sueldos y salarios de casi 3 millones de personas, menos aún responder a reivindicaciones y cumplimiento de las contrataciones colectivas. Así mismo las expropiaciones y confiscaciones de empresas de la ciudad y el campo, se han constituido en brasas que le están quemando las manos del gobierno, porque han despedido a diestra y siniestra, generando una masa importante de desempleados.

De esta manera el Socialismo de Estado a la Cubana y el Capitalismo de Estado “salvaje” venezolano, se dan de la mano para hundir más aún a los excluidos sociales de siempre en un mar de desesperanza en pro de la justicia, bienestar y calidad de vida. ¡Lo más grave para todos es quedarnos de brazos cruzados y no luchar! ¡La lucha por la vida y la dignidad ciudadana no puede ser abandonada jamás!

lunes, 11 de abril de 2011

¿LA AGONÌA DE LA VERDAD EN VENEZUELA?

Hay la pretensión de crear una especie de religión “chavecista” en Venezuela, donde el Chávez de Miraflores se quiere erigir en el Dios Supremo, a quien los nacionales deben rendirle culto incondicional a su modelo socio-ideológico y a su supuesta “praxis revolucionaria”. Y como dogma de fe, consagrado por las religiones, nadie debe osar hacerle críticas o cuestionarle, porque estaría convirtiéndose en una especie de hereje, a los cuales al símil de la época medieval se es perseguido, encarcelado y remitido a las hogueras del fuego terrenal: las famosas “cacerías de brujas”, pues.

El Estado es transformado en una masa homogénea, donde son fusionadas todas las ramas de los poderes públicos, operando como el instrumento coercitivo para someter a los ciudadanos a los designios del omnipotente, que hoy por hoy, ya no sólo es el “Estado soy yo”, sino la sociedad, la cultura y el nuevo dogma de fe del paradigma que propaga, el cacareado “Socialismo del Siglo XXI”.

Por eso no son casuales los ritos públicos o esa especie de conjuro con la tumba del Libertador, porque subyace el mensaje a los “súbditos” de lo que es capaz, hurgar no sólo en los secretos terrenales, sino también en aquellos que están más allá de esas fronteras. En consecuencia, los ataques frontales a la Iglesia Católica y a sus máximos jerarcas, deben ser vistos como algo absolutamente secundario, doméstico, trivial, que sólo está dado para los seres excepcionales, que poseen ese “don divino” de estar por encima del bien y del mal.

De esa manera, la verdad de las cosas, no está en lo que dicen los súbditos, ni mucho menos en lo que dicen los herejes; la verdad está en mí, porque yo soy la verdad, la única y absoluta verdad. Tampoco está en la realidad cotidiana de los seres sociales terrenales, porque sencillamente son cosas intrascendentes, por ejemplo, que los trabajadores y los ciudadanos se quejen de la inseguridad, el costo de la vida, salarios miserables o de los pésimos servicios públicos, como los apagones en el sistema eléctrico nacional, la falta del servicio de agua, drenaje; la vivienda, la corrupción, el despilfarro o la ineficiencia gubernamental.

Por mí –dirá para sus adentros- me importa un bledo que hagan huelgas de hambre, se cosan la boca o manifiesten en las calles todos los días. Ya les tengo preparado las múltiples formas para hacerle entender a quién le deben “obediencia divina”; para eso el “adoctrinamiento ideológico” de los hijos en las escuelas o, las “milicias verde oliva”, para que cuando no funcionen los mecanismos sancionatorios normales, se impondría entonces, las “fuerzas de las armas”.

No entender en su exacto sentido los que está ocurriendo o, analizar la realidad de una manera incorrecta, con los parámetros típicos de una coyuntura convencional en la lucha por una supuesta “alternabilidad democrática” por los espacios de poder, mediante los mecanismos de las consabidas elecciones; sería dar la espalda a la verdad de una realidad que muestra su crudeza en este modelo holístico, de esta especie de “nueva religión chavecista”.

La experiencia social de los pueblos señala que sí hay salidas y esperanzas, ante estos paradigmas impuestos por mesías falsos y, que al final del túnel debemos encontrar juntos los albores en pro de ciudadanos auténticamente libres y consustanciados con procesos diferentes de bienestar y progreso.

sábado, 9 de abril de 2011

"ANTIIMPERIALISMO" - "PROIMPERIALISMO" O EL GRAN NEGOCIO CON EL "EXCREMENTO DEL DIABLO"

Ante un mundo que no puede funcionar sin la energía proveniente del petróleo, es lógico suponer las ansias y voracidad de los países del llamado primer mundo para apoderarse de este vital recurso; porque lo otro sería correr el riesgo de la paralización de sus grandes emporios industriales, eléctricos, bélicos, nucleares, automotriz, cibernéticos, farmacéuticos, comunicacionales y culturales.

Las grandes potencias, utilizan entonces, dos grandes directrices estratégicas para garantizar el suministro permanente del “oro negro” o el “excremento del diablo”, como lo llamó el padre de la OPEP, el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo: la negociación con los países productores de este recurso no renovable o la aplicación del arte de la guerra, sin importarles las consecuencias en pérdidas de vidas humanas, materiales y ambientales.

En consecuencia, querámoslo o no, todos los países que cuentan con esa riqueza envidiable en sus subsuelos, tendrán la espada de Damocles apuntándoles siempre en su corazón, con el dilema presente de la vida o la muerte. Y con ello entran en juego también los simbolismos culturales, valores y principios de cada país. O los que son acogidos, mediante leyes y convenios, en el concierto internacional; los cuales deben ser respetados.

De esta manera, por ejemplo, los países miembros de la OPEP, han inclinado la balanza hacia la negociación, en un manejo inteligente y equilibrado de la producción y precios del petróleo; garantizando de esta forma el mayor bienestar y desarrollo posible para los ciudadanos de esas naciones.

Quizás por ello, la ideologización o prédica excesiva a nombre de un supuesto “antiimperialismo” suena cacofónico, habida cuenta de los negocios subterráneos entre algunos países miembros de la OPEP y las grandes potencias. Así, en la Libia del llamado adalid de la “Revolución Verde”, Gadafi, éste ha firmado suculentos convenios con las transnacionales petroleras; siendo los contenidos de éstos, las principales fuentes de privilegios del modelo autocrático que lo ha mantenido en el poder por más de 42 años, aún cuando en la retórica de ocasión ante los nacionales y el mundo, sea un contumaz antiimperialista.

Otro personaje que debe haber superado el record Guinness con el uso desmedido de la retórica antiimperialista, es el Chávez de Venezuela; pero, en contrasentido, firmó una serie de convenios leoninos en materia petrolera con las transnacionales, cuyos contenidos son pocos conocidos. Pero lo que sí se sabe es que las menores ganancias son para la nación y la mayor tajada para las compañías petroleras; a cambio Chávez ya lleva 12 años en el poder, yendo de reelección en reelección, con la esperanza no disimulada de tratar de arrebatarle el histórico primer lugar al Fidel de Cuba, quien ha permanecido 52 años gobernando.

En síntesis: el ropaje antiimperialista, “de la boca hacia afuera”, da sus dividendos políticos y; “hacia adentro”, el “proimperialismo”, abulta los bolsillos de la élite involucrada. ¡Que “negoción”!

viernes, 8 de abril de 2011

¿MACROECONOMÍA CONTRA CALIDAD DE VIDA?

Con “bombos y platillos” los Ministros de la Economía del Gabinete de Esteban anunciaron que Venezuela ya está en el umbral del despegue económico, pronosticando que el fulano Producto Interno Bruto (PIB) crecerá este año entre un 3 y 4%. Explicaron que ese impulso se debe a la manufactura, al comercio y a la construcción. A este último indicador, por cierto lo “adelantaron” porque estaría arrojando cifras en pro del empleo, a propósito de los anuncios presidenciales de un esfuerzo extraordinario del Estado para paliar la crisis de la construcción en materia de viviendas.

También señalaron, de una manera muy especial, que dicho crecimiento se debía a las grandes inversiones del ente estatal a favor de las políticas y programas sociales por un monto de 330 mil millones de dólares. Y para no quedarse cortos afirmaron que en materia de inflación, ésta tendería a reducirse y alcanzar un techo entre un 23% a 25% al culminar este año 2011.

Antes estos anuncios oficiales, a uno comienza a generársele un cúmulo de dudas, porque una cosa son las estadísticas y cifras frías y, otra cosa es la dramática realidad en que viven los venezolanos hoy. Porque, incluso, la rueda de prensa de los referidos Ministros se dio en un ambiente nacional de intensa conflictividad social: huelga de hambre y con la boca cosida de los trabajadores de la salud para exigir derechos laborales denegados. Protestas de múltiples comunidades por seguridad, servicio de agua, drenajes, vivienda, vialidad y alumbrado. O en medio de una obscurana del país por los apagones programados y no programados ante el colapso del sistema eléctrico nacional.

O las protestas generalizadas en toda la geografía nacional de los trabajadores públicos, empresas básicas de Guayana y Pdvsa, por la exigencia de cancelación de prestaciones sociales, cláusulas contractuales y demás beneficios de ley. Amén de las protestas casi a diarios de los docentes, estudiantes y trabajadores universitarios ante las insuficiencias presupuestarias; se ponga fin al no cumplimiento de las obligaciones laborales y que se facilite con recursos las inversiones requeridas en investigación, docencia y extensión.

A los venezolanos los Ministros de la Economía no podrán engañarlos o manipularlos con los números macroeconómicos de la conveniencia política o para venderle la ilusión de la felicidad futura, porque cuando éstos van al mercado, la farmacia, tiendas de calzado y vestido o pagar las facturas de electricidad, agua y teléfono; los precios de los productos y servicios aparecen modificados constantemente con cifras hacia arriba, sin los anuncios públicos respectivos o posibilidad de reclamo justo.

De esta manera, en el seno de las multitudes la gente sentencia públicamente: ¡si esto es el “socialismo”, que fraude Dios mío!

¿SOBERANÍA, DESPRECIANDO A LOS NACIONALES?

Con la crisis crónica de los servicios públicos (electricidad, agua, transporte, aseo urbano, drenaje y vialidad) y, por supuesto, de aquellos servicios considerados básicos (salud y educación, cultura y deporte); seguridad y defensa (lo militar, servicios secretos); pone en evidencia de que algo de fondo está podrido en Dinamarca o, más bien hay que hurgar en el contenido de las convicciones de la élite que gobierna a Venezuela, especialmente del huésped de Miraflores, en relación a considerar a los venezolanos de “incapaces” y a los cubanos, chinos, rusos e iraníes como los “cerebros” por su supuesta sólida formación técnica, gerencial, experiencial y hasta en lo “ideo-político”.

Alguien podría pensar que lo dicho es una mera especulación y porque hasta a uno mismo se le presentaban ciertas dudas, especialmente por el fuerte contenido “nacionalista” y de “defensa a ultranza de la soberanía nacional” que afloran en los discursos frecuentes de los actores del protagonismo socio-político del poder absoluto en la estructura del Estado, no de una Venezuela que se desarrolla integralmente y avanza en el concierto internacional; sino más bien de un país que uno observa va directo al “barranco”, como suelen decir los venezolanos de a pie.

Una prueba irrefutable de ese desprecio por los recursos humanos venezolanos, es el hecho de que progresiva y sostenidamente en las áreas claves señaladas, los nacionales han venido siendo desplazados, obedeciendo a un plan estratégico bien calculado, por aquel personal proveniente de las nacionalidades antes dichas, especialmente del componente cubano. Por eso, se les observa tomando decisiones y generando sus propios planes en los espacios institucionales que han venido ocupando, con la venia complaciente del amo del poder en el país.

Esta afirmación anterior, encuentra también asidero, en la concepción del manejo del poder de Esteban, quién calcula que sea hasta que el reloj biológico se apague y venga en sustitución de él otro miembro del clan familiar. Por lo cual el “poder obediencial” es mejor cultivarlo con recursos humanos prestados de otras nacionalidades; y no así con los espíritus rebeldes de los venezolanos, cuya herencia histórica de los próceres, con el mismo Libertador Simón Bolívar a la cabeza, es del ser nacional “crítico”, “autónomo”, “independiente”; y no servil e incondicional, mucho menos a causas en pro de un entreguismo solapado de la república.

Ese desprecio a los nacionales está allí a flor de piel, cuando éstos se ven obligados a utilizar los recursos más extremos en las formas de luchas para que le sean reconocidos sus derechos de ley, o cuando se intenta asfixiar económicamente a las universidades autónomas, porque como es sabido por todos, de su seno han salido lo mejor de la inteligencia nacional, esa que ha brindado a la nación tiempos de gloria en la investigación científica, académica, intelectual y, en los saberes acumulados para contribuir resolver los problemas neurálgicos que agobian a los venezolanos provenientes de las distintos estratos sociales y formas plurales de pensar.

miércoles, 6 de abril de 2011

AL MERCADO SIN LA CESTA

Uno forma parte de esos incontables venezolanos que le corresponde ir al mercado con la frecuencia del ritmo de la vida actual o, mejor cuando el pote de los ingresos familiares se lo permite. Habida cuenta de pertenecer a un modesto hogar de clase media, que se debate en romper el filo de la navaja, no hacia otro escalafón hacia arriba en el seno de la estructura socio-económica de la sociedad venezolana; sino más bien inclinando el rumbo hacia abajo, a la cacareada “proletarización”; que en fin de cuentas es uno de los propósitos anhelados del máximo jerarca de Miraflores de “igualarnos” a todos los nacionales, para que formemos parte de esta última categoría, que todavía conserva el olor anacrónico del barbudo y polémico Marx.

En consecuencia, uno no forma parte de la legión de los “echa cuentos”, como sí lo está el Esteban de Barinas o cualquiera de los Ministros que componen su ilustre gabinete, porque ellos –además- cuentan con un personal pagado para esos menesteres, con recursos propios del estado venezolano. La diferencia, entonces, entre la realidad del que va al mercado de compras por obligación y el contenido de los “cuenta cuentos mediáticos”, es abismal.

De tal manera que los modestos trabajadores que acudimos a cualquier mercado del país para adquirir los productos de la denominada “cesta básica”, ya llevamos un “tiro en el ala” como se expresa en el argot popular, porque tenemos años sin recibir los beneficios de una nueva contratación colectiva o en el peor de los casos, los vigentes convenios laborales, son violados sistemáticamente, cuando es el mismo Estado que se encarga de no reconocer los derechos consagrados en éstos. A tal punto, como se ha puesto en evidencia en estos días, que los trabajadores con acciones extremas (huelgas de hambre y coserse la boca) han obligado a la élite del poder en Venezuela, a firmar acuerdos de compromisos para reconocer lo que la misma ley y contratos colectivos establecen.

Así, aún cuando usted lleve el listado de los productos que integran la “cesta básica”, se ve obligado a reducirlo a lo estrictamente necesario, porque la inflación galopa como esos caballos silvestres en las sabanas de Apure, con un índice acumulado cercano al 30%, según las estadísticas del BCV. No obstante, en cada visita al mercado, uno se da cuenta de que estas cifras se quedan cortas, cuando en cada semana hay aumentos en las carnes, hortalizas, frutas y verduras. Amén de la escasez de leche, aceite, toallas sanitarias, café y otros. Y el gobierno, haciendo gala de su capacidad para el engaño, también aumenta solapadamente las tarifas de la electricidad, agua y teléfono. O se hace el loco con el alza en otros renglones (salud, educación, vestido y calzado, alquileres, transporte y otros rubros).

La situación planteada, señala como una tremenda falacia que marchamos hacia el mundo de una supuesta felicidad “revolucionaria” y “socialista”; al contrario el empobrecimiento mayor de la población está llevando a ésta a movilizarse, organizarse y a utilizar las más inéditas formas de lucha para enfrentar a estas políticas que, en nada se les debe envidiar a las utilizadas por aquellos regímenes socio-políticos, cuya naturaleza es propia del más rancio paradigma y odioso Capitalismo de Estado “salvaje”.

martes, 5 de abril de 2011

"APAGONES" DE LA DESESPERANZA

Pasados 12 años de gestión gubernamental de la élite que tiene en sus manos la rienda absoluta del poder en Venezuela; se considera que ha transcurrido el tiempo suficiente para evaluar los resultados de ésta, por ejemplo, del por qué el fracaso en materia de electricidad y por qué no son inventos de los “opositores” o inyecciones de supuesto veneno en la mente de los ciudadanos el hecho de que, los medios denuncien e informen en relación al tema, como solapadamente lo afirmó, el Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica, Alí Rodríguez. Acuñando -además- que la intencionalidad de los adversarios del gobierno era la de generar “desesperanza” en la población.

Así mismo, días antes el Ministro Alí, expresó que la crisis estaba íntimamente ligada al consumo de electricidad en el país, que la demanda superaba la oferta en esta materia. Es decir, claramente estaba diciendo que el gran culpable de los “apagones” en cualquier rincón de la geografía nacional era la misma población, por sus excesos. De esta manera uno puede predecir, que la matriz de opinión, que cultivará el gobierno hasta más no poder es esa. Y en consecuencia, éste nada tiene que ver con la crisis; se lava las manos como Pilatos.

También, sin duda, aflorarán las repetitivas y cansonas denuncias de supuestos “saboteos” y “planes desestabilizadores”, donde a la oposición y críticos les caería el mayor peso de los señalamientos de “culpabilidad” o, como siempre hará su aparición el inefable “imperialismo gringo”. Habrá que prepararse, de igual modo - me refiero a los oídos y la capacidad de resistencia- ante la ofensiva mediática en “cadenas nacionales” por la andanada de descalificaciones, groserías e insultos hacia los actores señalados. ¡Culpables! ¡A la cárcel! ¡Apátridas, pitiyanquis!; y pare usted de contar.

Es imposible que la élite que gobierna pueda evadir su responsabilidad, por ejemplo, en el ámbito de mantenimiento del sistema nacional de electricidad, las inversiones en nuevas plantas, equipos, cableado y tecnología moderna que nunca se hicieron; o por la falta de planes y programas que jamás se ejecutaron en concordancia con el crecimiento y demanda de la población nacional. Así una muestra: en Anzoátegui, concretamente en Puerto La Cruz, se comenzó a construir, hace años, una Planta termoeléctrica para 300 megavatios y debió ser entregada en el 2OO7; pero hasta la fecha eso no ha ocurrido, teniendo un avance de apenas el 50% (Diario Región 5/4/11). Este testimonio es extrapolable a todo el país.

Esteban, entonces, ya no podrá responsabilizar tampoco al “fenómeno del niño” o a la crisis de almacenamiento de agua del Guri por la sequía. La verdad, como ese sol que brilla en la época de Semana Santa, se encargará de enrostrarle que, con las mentiras y falsedades, mirando el horizonte de la culminación de su gestión; ésta no tiene esperanza de volver a repetirse. El pueblo se está curando en salud. ¡Jamás podrá ser nuevamente engañado!

lunes, 4 de abril de 2011

DERROCHE, CORRUPCIÓN Y DERECHOS CIUDADANOS

Quien haya tenido la oportunidad de viajar a otros países, especialmente de América Latina, se habrá podido dar cuenta de que el Estado venezolano proyecta la imagen de ser un ente derrochador con los petrodólares provenientes del “oro negó”. Así fue en la IV República y, ahora en la V República esa conducta supera los límites de cualquier racionalidad administrativa. De esta forma, al benemérito actual de Miraflores lo llaman “Don Regalón”, porque con las chequeras en el bolsillo, al símil de los “príncipes de los cuentos de hadas”, reparte dólares y más dólares a cuanto proyecto socio-económico necesario o no, se le atraviese por el camino.

De esta manera en el ayer, Carlos Andrés Pérez, el entonces Presidente de Venezuela, regaló un barco a Bolivia, aún cuando ese país hermano carecía y carece de salida al mar; pero se trataba de apuntalar el liderazgo internacional del “hombre que camina”, como rezaba su principal consigna populista. Hoy el Esteban de Barinas, con un perfil genuinamente autocrático y unas ansias desproporcionadas de ocupar un sitial en la historia universal regala de todo; a tal punto que hasta la réplica de la espada sagrada del Libertador Simón Bolívar, le obsequió al déspota y genocida Gadafi. Amén de que acaba de donar 10 millones de dólares a un Hospital Universitario de Uruguay y 250 millones de dólares a Chile por ayuda humanitaria. O aquello de continuar concediéndole combustible, a precio barato, a los “pobres” de la primera potencia del mundo, los EEUU. ¡Derroche y más derroche pareciera ser la consigna en estos 12 años de ejercicio en el poder!

Así mismo, la madeja de la corrupción en el país sigue sin cesar tejiendo escándalos tras escándalos, donde funcionarios de alto nivel en el seno del Estado, en estrecha alianza con sectores privados “rojitos” que se les denomina “boliburgueses”; han amasado grandes fortunas, a través de la ejecución de grandes negocios en materia de seguridad alimentaria, petróleo y derivados; bancos y servicios públicos; entre otros (alimentos podridos de Pdval, Fondo de pensiones de jubilados y pensionados de Pdvsa).

De sumar las cifras de lo que ha perdido la nación por las conductas derrochadoras y corruptas de la élite que ejerce el poder; ya estuviésemos hace tiempo coronándonos de éxito en el cumplimiento de las metas del milenio para reducir la pobreza, establecidas por la ONU. O los estudiantes y profesores de las universidades venezolanas; trabajadores de las industrias básicas de Guayana, petroleros y salud; no estuviesen que recurrir a la huelga de hambre o coserse la boca para conquistar reivindicaciones socio-económicas o para exigir respeto a derechos consagrados en la Constitución Nacional y leyes de la república.

Es decir, al estilo “bizarro”, el gobierno actual dizque “socialista” y “revolucionario”, se muestra muy dado a las conductas del despilfarro y la corrupción; pero soberbio, prepotente y pichirre para con el pueblo y los trabajadores. La lucha, sin tregua, por un mejor país luce indetenible y con un gran futuro promisorio de bienestar en democracia.

sábado, 2 de abril de 2011

PODER DEL ESTADO CENTRALISTA CONTRA LOS CIUDADANOS

La utopía “revolucionaria” y “socialista” de los teóricos marxistas de crear un nuevo modelo de estado y sociedad; ha quedado reducido a las cenizas de la Libia de Gadafi, la Cuba de Fidel y a la Venezuela de Chávez. Porque China y Vietnam, por ejemplo, desde hace tiempo andan abrazados al llamado modelo socio-político del “socialismo de mercado¨ (mitad socialista, mitad capitalista).

Cada paradigma, con cada una de sus particularidades y explicaciones acomodaticias del por qué han echado a un lado al proletariado, campesinado, indígenas y a los demás excluidos de siempre; lo que ha permitido es la prevalencia de una élite autocrática, “pequeña burguesa”, privilegiada, burocratizada, corrupta e inepta; bajo una dirección política unipersonal, absolutista y caprichosa de un caudillo “militarista”, con varios años en el ejercicio del poder central del Estado.

Las consignas comunes de revoluciones “populares, democráticas y antiimperialistas” quedaron para la retórica de los discursos de ocasión, porque su praxis política refleja todo lo contrario. Y es imposible que puedan esconderse a estas alturas, los fracasos estruendosos en materia económica, social, democracia directa y participativa; derechos humanos, libertades públicas, moral y ética. Amén de la pobreza estructural que, como látigo en los rostros, deja al desnudo las desigualdades sociales, injusticias, carencias y graves entuertos en las condiciones materiales y calidad de vida de los ciudadanos que habitan en esos países.

La participación social, en el caso de Venezuela, se restringió a la presencia impositiva de grupos de la población a los actos oficiales o para la alabanza obligatoria al autócrata que ejerce el poder absoluto y; los ciudadanos no tienen una real participación en la toma de decisiones y control de la gestión pública.
Así en el ámbito socio-económico, en la fase de transición hacia el supuesto modelo “socialista”, donde a las mayorías se le ofrece “seguridad alimentaria”; en los mercados, abastos y supermercados lo que reina es la escasez de productos básicos, altos precios, la especulación y la anomia. Verbigracia las serias limitaciones en cantidad y calidad de aquellos productos que se logran conseguir.

Con las políticas de intervenciones estatales, expropiaciones y nacionalizaciones para supuestamente poner a la economía y seguridad social al servicio de las mayorías; los efectos han sido inversos, por ejemplo, en las industrias básicas de Guayana, empresas y fincas productivas; lo que campea son los despidos, la improductividad, la corrupción, el despilfarro y la desesperanza de mejoras en las condiciones de vida de las mayorías nacionales, clase media y trabajadores.

No obstante, las expresiones de protesta social que hemos observado en toda la geografía nacional, son las respuestas rebeldes, pero conscientes y voluntarias de los excluidos (trabajadores, estudiantes y comunidades) de no permitir que le sigan pisoteando sus derechos ciudadanos. Un nuevo amanecer se vislumbra en el horizonte, donde por cierto el estado todopoderoso, con su élite incondicional y caudillo; por la fuerza de la razón y derechos constitucionales, se verán obligados a ceder el espacio a un proceso inédito de mayor democracia, participación, justicia, igualdad, libertades públicas, economía productiva y ética.