lunes, 24 de septiembre de 2012

DOMINGO ALBERTO RANGEL Y EL FALSO “SOCIALISMO” DE CHÁVEZ

El fallecimiento de Domingo Alberto Rangel, sin duda, es una noticia lamentable para quienes tuvimos la dicha de conocerlo personalmente en múltiples batallas en la lucha por un mundo mejor, de nutrirnos de su abultada experiencia política, de los contenidos de sus enriquecedores decenas de libros e incontables artículos de opinión por la prensa escrita, que no dejaban duda de su firme convicción revolucionaria, añejada siempre por la irreverencia de sus posturas ideopolíticas, que jamás dieron cuartel, por ejemplo, a desnudar con su dialéctica, por su sólida formación marxista, a la farsa o gran estafa que representa hoy el modelo “socialista” de Chávez, al cual denominó sin cortapisa la de reunir las características de un cierto perfil de “fascismo militarista”.

Domingo Alberto, con su encendido verbo y prolija escritura, dejó sin la hoja de parra para que se tapara el pudor al huésped de Miraflores, a quien no tuvo consideración alguna de señalarlo como un peón más del juego de ajedrez geopolítico del capitalismo globalizado, representados por los imperios de EEUU, China y Rusia, que hoy por hoy, conformaban un sólo engranaje para repartirse el mundo, en correspondencia con sus intereses egoístas.

Solía decir que, salir el gobierno de Chávez de las garras de los gringos y entramparse en los tentáculos de rusos y chinos, era una nueva forma de dependencia al capitalismo imperial; de entrega absoluta de la soberanía nacional a estos países, a través de los grandes negocios petroleros “chimbos”, adquisición de chatarra militar y endeudamiento sin límite.

Igualmente, armado de esa inteligencia envidiable para el análisis, decía que todo régimen capitalista imperial o dependiente mantenía por su naturaleza social, un sistema de explotación, especialmente hacia la clase obrera. Y señalaba el ejemplo del imperio chino, donde el proletariado era obligado a laborar hasta más de 12 horas diarias o, el hecho del escamoteo descarado, por parte del régimen Capitalista de Estado Chavista, de los derechos de ley de los trabajadores públicos.

La integridad y ética de Domingo Rangel como intelectual, él mismo la puso a prueba, para el asombro de todos, en un país con escasez de estas virtudes; cuando afirmó que en la presente coyuntura del desarrollo del sistema capitalista y del socialista, éste último tenía las de perder, porque su dinamismo se estancó y porque el capitalismo ha logrado todo lo contrario, mostrando su absoluta superioridad. Me duele decirlo –llegó a afirmar hace algunos meses en uno de sus escritos por el Semanario “Quinto Día”- pero es así. Independientemente –remató- que mantenga mis convicciones revolucionarias.

¡El brillo intelectual de este insigne político, historiador y escritor seguirá siendo un faro inmortal para la decencia como valor socio-histórico de ésta y futuras generaciones de venezolanos!

domingo, 23 de septiembre de 2012

PARADOJA ENTRE CHÁCHARA Y REALIDAD

Sociólogos, Antropólogos y Psicólogos Sociales, entre otros profesionales estudiosos de la conducta social de los venezolanos; coinciden en señalar varios aspectos paradójicos de la autoimagen socio-histórica positiva y negativa de los nacionales que van desde la valoración positiva por la “generosidad”, el “coraje” y el “igualitarismo” hasta por la presencia de rasgos negativos por “incompetencia”, ser “emotivos” y con fuertes rasgos de “autoritarios”.

No obstante lo dicho, éstos no son suficientes argumentos que puedan justificar en modo alguno que, quienes hayan aceptado cargos de responsabilidad pública, después de 14 años en el poder, se aparezcan ahora con las tablas en la cabeza o una cara de que yo no fui, por el estruendo fracaso al frente de la cacareada gestión gubernamental “revolucionaria”; sin que nada pase ante los ojos de la luz pública, tribunales de justicia y los comicios electorales del próximo 7-0.

Porque como asevera John Ruskin, “lo que creamos o lo que pensemos, al final no tiene mayor importancia. Lo único que realmente importa es lo que hacemos”. Y en el caso que nos ocupa, el único foco de atención del huésped de Miraflores ha sido la retórica abundante ideopolítica, estimular el culto a la personalidad, los cuentos mediáticos interminables y la de atornillarse en el poder cueste lo que cueste.

La mayoría de los diagnósticos sobre la realidad social venezolana, las protestas de todos los días de trabajadores y sectores comunitarios y, esos recorridos profusos de Capriles pueblo por pueblo, dan cuenta inequívoca de que una cosa son los teatros dicharacheros mediáticos de Chávez, donde idealiza a una Venezuela que no existe y, otra cosa es la crudeza infernal de una realidad de calamidades socio-económicas cotidianas, que explota en los rostros impávidos de los dizque “revolucionarios” de aire acondicionado, buenos sueldos y privilegiadas comodidades.

Pero la gran paradoja entre lo viejo del pasado autocrático representado por Chávez y lo nuevo de progreso y bienestar que representa Capriles, están allí plasmados en sus ofertas electorales, con sus Programas de Gobierno. El primero, como siempre, se queda en las nubes con la propuesta de construir un “socialismo” que salve al planeta y blablablá. Y el segundo, que no perdió la oportunidad de presentar un conjunto de propuestas realistas, factibles y creíbles –planteadas por las mayorías nacionales- que anhelan un cambio radical del rumbo del país en materia de seguridad, empleo, educación, salud, seguridad social y laboral; servicios públicos, infraestructura y vialidad y, que resuelva de una vez por todas, el grave problema de los apagones o crisis eléctrica nacional, entre otras.

¡La suerte está echada y dependerá de nuestra firme decisión de conquistar un futuro en democracia, libertad, justicia, bienestar y progreso!








jueves, 20 de septiembre de 2012

PROGRAMA DE CHÁVEZ O CHÁCHARA REPETITIVA

Sin duda, leer y analizar el Programa de Gobierno de Chávez, es pasearnos por los 14 años de desgobierno dizque “socialista y revolucionario”. No hay nada novedoso en su contenido. Más aún ni siquiera cuidaron la forma de la presentación, que se reduce a la misma fraseología panfletaria repetitiva de siempre que, al contrastarla con la trágica realidad del país en todos los ámbitos, uno llega a la nostálgica conclusión de que fueron años perdidos con el “chavecismo”, que costará a todos los venezolanos “Dios y su ayuda” recuperarlos, para generar bienestar y progreso.

De esta manera, se repite lo que hemos escuchado siempre: “cambiar las relaciones se producción capitalista por las socialistas”. Y ya sabemos que Chávez, por el contrario, no ha cambiado el modelo socio-económico, porque el paradigma sigue siendo capitalista (por cierto del más salvaje) al no reconocer siquiera los derechos de la masa laboral y de los pobres del país que claman por justicia social.. Con el añadido de poner todo el Estado a su incondicional servicio, valiéndose de los recursos de la renta petrolera. Al igual que en Cuba, el trasfondo del programa es la de avanzar con más fuerza hacia una economía improductiva, paternalista y excluyente de una mayoría de la población que no se pone la “camisa roja”.

El concepto y principios de la “democracia participativa y protagónica” hace tiempo que fue sustituida por el concepto de obediencia servil al caudillo y a todo él ordena y diga que deba hacerse. En consecuencia es una mentira de Chávez la propuesta programática de una “democracia directa y la de un nuevo Estado”. El “Estado de derecho y de justicia” lo concibe asociado a los mandatos y caprichos de él; ¿o no?

Luego plantea reforzar la “soberanía nacional”, a través del “Petróleo y la producción de alimentos”. Pero sí la riqueza petrolera la ha dilapidado en estos años de desgobierno. Y expropió y quebró a los productores del campo. No existe tal “soberanía” ni se vislumbran cambios. Chávez lo que ha hecho es entregar, sin apego a ningún “corazón de patria” millones y millones de barriles de petróleo, a través de la firma de convenios chimbos”, a las transnacionales y a países como China, Rusia, Cuba y otros. Verbigracia la triste realidad de que el 80% de los alimentos que importamos provienen del extranjero. Ni se diga la dependencia en ciencia y tecnología.

La otra propuesta en dicho Programa es la de “revertir las devastadoras causas y efectos de la crisis ambiental planetaria”. Y ello lo que da es risa, porque ni siquiera su Gobierno ha sido capaz de ejecutar planes exitosos preventivos, de inversión, descontaminación, mantenimiento y de buena gerencia para evitar, por ejemplo, los graves derrames petroleros ocurridos en distintas zonas del país (Monagas, Anzoátegui, Zulia…), que han causado daños irreversibles en ríos, flora, fauna y servicios de agua para el consumo humano. Amén de la presencia de elementos tóxicos y contaminantes en las aguas para el consumo de los ciudadanos en represas, embalses y lagos del país (Carabobo, Zulia, Caracas; entre otros). Así mismo los garimpeiros brasileños siguen haciendo de la suya al causar graves daños a la Cuenca Amazónica, sin que el “corazón de la patria” se haya inmutado en la defensa de la soberanía nacional.

A los más graves problemas del país: “inseguridad y apagones eléctricos”, apenas le dedicaron ciertas líneas, donde se repiten las mismas propuestas fracasadas, que han mantenido a los venezolanos en ascuas durante todos estos años y, que les han ocasionado daños irreversibles a sus condiciones y calidad de vida.

Un Programa pues, de un primitivo Capitalismo de Estado, con una mezcla de aspectos del “socialismo real cubano”. Pero en esencia es un Programa repetitivo, personalista, autocrático, excluyente, antidemocrático, antinacional, demagógico y panfletario. ¡Un mamotreto! La antítesis de este Programa de Chávez es el Programa de Gobierno democrático, de bienestar y progreso presentado por Capriles, que a todas luces será el próximo Presidente de la República. ¡Hay un camino diferente y de futuro promisorio! ¡No faltes a la cita del 7-0 para salir de este infierno!

miércoles, 5 de septiembre de 2012

YANOMAMI: GENOCIDIO Y CULTURA ESPECÍFICA ¡ESTUPIDOS!

A propósito de las denuncias de los sobrevivientes de la masacre de integrantes de la etnia yanomami y organizaciones indígenas que actúan en la Amazonia Venezolana y, la reacción de entes del Estado de realizar las investigaciones pertinentes; resulta una buena ocasión para resaltar algunas características claves de esta población indígena, ubicada al Sur del país, en las profundidades de la selva en la frontera con la hermana República de Brasil, de dónde provienen las incursiones de garimpeiros en pos del oro y minerales preciosos en territorio venezolano.

En ese propósito y afán de riqueza fácil no les importa nada asesinar indígenas, para evitar la presencia de testigos odiosos a sus acciones de pillaje –minería, narcotráfico- y atrocidades en contra del medio ambiente selvático y de la naciente del río padre, el Orinoco. Así ha sido la historia de incursiones anteriores y dónde los actos criminales han sido una constante en contra de los yanomamis. Y los delitos han quedado impunes. Los gobiernos de Venezuela y Brasil les dieron largas a estos asuntos y al final nada pasó.

Sin temor a equívocos los yanomami integran una de las etnias menos aculturada del planeta; es decir con menos roces socio-culturales con la denominada “sociedad occidental” o “sociedad criolla”. En consecuencia, la cultura prevalente es la oral, no la escrita. Por lo tanto, a los fines de la supuesta investigación que se estaría llevando a cabo por los entes administradores de justicia, los testimonios relevantes no se identifican con la cultura oral prevalente en la etnia yanomami, porque a priori los testimonios orales de tres de los sobrevivientes del genocidio perpetrado en un shabono, situado a varios días a pie del río Ocamo, en el alto Orinoco, han sido subestimados. A tal punto que los argumentos de los voceros oficiales ante la exigencia del reconocimiento de estas acciones atroces y criminales, por parte de los garimpeiros, es la reiteración “de que no nos constan estos hechos”; por lo tanto -para ellos- nunca sucedieron.

Todos los estudios socio-antropológicos en el seno de los yanomami coinciden en señalar la auténtica relación de éstos con el medio ambiente en esa zona amazónica, cuyos hitos fronterizos –Venezuela o Brasil- no existen para ellos; pero sí sus inmensas ganas de sobrevivencia y preservación de los espacios territoriales para proveerse de los alimentos para la vida o para el ejercicio de su cosmovisión.

No se trata de una supuesta intencionalidad de incomunicarlos adrede con otras civilizaciones específicas o del mundo occidental, porque hay proyectos que desde hace muchos años se han puesto en práctica, en el Alto Orinoco-estado Amazonas, por ejemplo, de Educación Intercultural Bilingüe, con la participación de grupos religiosos Salesianos. Se trata más bien de valorizar la comprensión de este mundo yanomami, con sus particularidades culturales y civilizatorios tan específicas. Pero cuya fragilidad humana en su entorno, los deja a merced de un proceso acelerado de extinción como grupo humano; máxime con la bestialidad genocida de las incursiones frecuentes por parte de los garimpeiros brasileños.

El concepto de “frontera viva” sólo es mantenido por la etnia yanomami, porque el Estado como tal -desde hace muchísimo tiempo- desapareció de esta escena vital en la preservación de la soberanía nacional y aspectos relacionados con los intereses geopolíticas y de desarrollo sustentable de esta riquísima Amazonia venezolana de la diversidad humana y ambiental del país. ¡El cambio luce imparable, pues!