lunes, 27 de febrero de 2012

VENEZUELA VIVE UN PERMANENTE “CARACAZO”

El oficialismo tan aferrado a su particular forma de analizar la historia y capacidad infinita para cambiar situaciones y actores, donde al igual que en los sueños siempre aparece de protagonista “bueno”; pretende hacernos ver que las causas del fenómeno social del “caracazo” ya pasaron, y de que hoy, con la mal llamada “revolución bonita chavecista” todo es bienestar, paz, democracia e independencia nacional; un “mar de felicidad”, pues.

Sin duda que, la ola neoliberal prevalente en el país en esa coyuntura, que se acompañó de ese plan de ajustes socioeconómicos, hizo trizas la paciencia de amplios sectores de la población venezolana, que en un cuadro de explosiva anomia social, dejaron claro a los gobernantes de turno su inconformidad y rebelión popular en contra de esas medidas antipopulares. La respuesta oficial fue la represión brutal, con una secuela de miles de personas atropelladas, heridas o muertas. Fueron días aciagos para la República.

No obstante, hay que decirlo a los cuatro vientos, de que se mantienen incólumes con el actual desgobierno “chavecista”, las causas de aquella tragedia histórica. Lo cual se expresa en el grave clima de descomposición social, económica, política, moral, ética y espiritual; dominante. Y de que, ante los reclamos de los ciudadanos, se responde con la misma doctrina y aplicación de métodos represivos del “Terrorismo de Estado”.

Pero, por supuesto, con algunas variantes en el maquillaje y en el uso de tácticas de simulación de los actores: no es gas malo, es “gas del bueno; no son los cuerpos represivos, son los “guardianes del pueblo”; no son políticos ni luchadores sociales los privados de libertad, son los “apátridas”; no son las milicias populares y grupos irregulares, son “agentes de la CIA”; no son invasores rojitos, son los “excluidos”; no son miles de muertos y heridos por la inseguridad y violencia, sólo es una “sensación mediática” ; no se cierran canales de tv y emisoras, sólo se les aplica las “leyes del pueblo”.

Aquí, en la Venezuela de hoy, “El caracazo” se desconcentró en las barricadas sociales que forman espontáneamente los ciudadanos en todas las regiones y localidades del país que, como en aquél París de 1884, luchan cuerpo a cuerpo en contra de la representación oficial del gobierno autocrático, ante la denegación de soluciones a sus problemas sociales prioritarios de seguridad, empleo, servicios públicos, vivienda, salud, educación, pagos y beneficios laborales; entre otros.

El compromiso a asumir por los venezolanos conscientes, es la de impulsar cambios cualitativos en el seno de la sociedad y el Estado, para que nunca más veamos los rostros trágicos del “Caracazo” del ayer y los de hoy. Ese es El Zahir de esta lucha inquebrantable.

viernes, 24 de febrero de 2012

EXPROPIAN PROPIEDADES Y DERECHOS CIUDADANOS

La propaganda oficial “chavecista” se encarga insistentemente de meterle miedo a la gente de que un cambio de gobierno pondría en riesgo sus “conquistas sociales”, especialmente de las Misiones. Y eso, sin duda, no ocurriría porque sería el principio del fin de un predestinado gobierno progresista, el cual al contrario, está obligado a ampliar esas conquistas a través de la educación, seguridad laboral y social; trabajo y ética productiva. Pero sin la demagogia populista de crear una sociedad clientelar, paternalista y de menesterosos, como lo está haciendo el actual gobierno, para sostenerse en el poder indefinidamente.

En paradoja, los planes y acciones del gobierno ”chavecista” si generan pánico, temor y miedo a densos sectores de la población venezolana, cuanto éstos son despojados de sus tierras productivas, empresas, comercios, apartamentos y hasta lo más preciado por el hombre como es el derecho a la libertad. Son miles y miles de hectáreas expropiadas a sus legítimos propietarios. Miles de empresas y comercios cerrados, por las acciones de los órganos oficiales y las hordas rojitas del “chavecismo”. Un sinnúmero de apartamentos arrebatados a distintos sectores sociales de la clase alta, media y baja.

Son decenas de líderes sociales, sindicales y políticos que les han privado de su libertad en las cárceles venezolanas o son sometidos a sistemas de presentación obligatoria, bajo el régimen de libertad condicional. Son decenas de medios de comunicación social cerradas u obligadas a someterse a las cuestionadas e inaceptables formas de censuras y autocensuras; y pare usted de contar ante las distintas fórmulas de opresión y represión que desarrolla implacable la canalla oficialista.

Las protesta sociales diarias que ocupan las calles y todos los rincones del país es porque a las comunidades no se les atiende sus reclamos y demandas pro servicios públicos, vivienda, vialidad, transporte, salud, seguridad y empleo. O porque a los trabajadores de las instituciones, organismos y empresas públicas los despojan de sus salarios completos, no les pagan los distintos beneficios contractuales, deudas o prestaciones sociales; los despiden injustificadamente o se niegan a discutir las convenciones colectivas de ley.

En la Venezuela del modelo autocrático “chavecista” la Constitución Nacional y las leyes establecidas son letra muerta. El Presidente se ausenta del país cuando quiere y por el tiempo que le da la gana, por supuestos problemas de salud, que en vez de ser atendidos en suelo patrio, con mejores y más modernos conocimientos, tecnología médica y recursos humanos especializados en esa área; lo vienen haciendo en la Cuba del régimen dictatorial y del atraso de Fidel.

Amén de ocultar la información transparente a los ciudadanos. Se hace de lo ocurrido al caudillo de Miraflores una telenovela de nunca acabar, con fines político-electorales y de querer atornillarlo en el poder como sea. ¡Los vientos de cambios lucen irrefrenables antes estas trastadas antidemocráticas!



jueves, 23 de febrero de 2012

¿VIOLENTOS POR NATURALEZA?

No se trata de buscarle “cinco patas al gato” para explicar los comportamientos violentos de un sinnúmero de venezolanos que mantiene en pánico a la nación entera, pero quienes intentamos mirar un poco más lejos de lo que se dice, por formación académica en el campo de las ciencias sociales, por praxis socio-política o por ser un apasionado de la comunicación social; estamos obligados a presentar una serie de elementos analíticos , que sean útiles para desenmarañar un poco más este flagelo estructural que nos asfixia y que está poniendo en riesgo hasta nuestras propias vidas.


Varios autores venezolanos han a asociado el rasgo del autoritarismo con las conductas violentas de los nacionales, entre los que destaca Herrera Duque (1970) , al caracterizarlos como personas susceptibles, pleitistas, quisquillosos y sensibles a la afrenta; por un orgullo y por un desmesurado afán de mando y superioridad…sólo tienen una obsesión el culto por sí mismo…cuando alcanzan posiciones privilegiadas son magnánimos con sus incondicionales y feroces con sus detractores. Su egocentrismo no acepta el derecho a discutir. Briceño Iragorry (1972), en este mismo orden, nos caracteriza como autosuficientes, anárquicos, que dieron oportunidad a la intervención de gendarmes, como garantía del orden.


Para autores como Massiani (1962) plantea que ese historial de guerras con participación de los venezolanos, generó el caldo de cultivo para que apareciera ese rasgo negativo de la “viveza criolla”, que la asocia a la anarquía, el desorden y la falta de organización integral. Y por supuesto, la de promover climas propicios para la aparición de regímenes autocráticos, porque sólo así éstos tendrían éxito ante sus obscuros propósitos de aferrarse al poder para el beneficio de minorías, en desmedro de las mayorías empobrecidas.


La investigadora Maritza Montero (1984), en lo referente a este tema, dibuja cómo lo militar, dado a la historia de las guerras y conflictos internos en Venezuela; ha estado presente como un rasgo importante en la presencia de los comportamientos violentos en lo nacionales, que ha sido antagónico al desarrollo cultural, creativo y de la inteligencia colectiva.


Las dictaduras de Gómez, Pérez Jiménez y ahora con el gobierno autocrático de Chávez, parecieran enlazarse con el contenido de las tesis señaladas. No obstante, sean ciertas o no estas teorías y muchas otras que han surgido; las conductas violentas están presentes en todos los estratos sociales de la sociedad venezolana, en un verdadero cuadro dramático de anomia social, donde no hay respeto a nada, ni a valores, ni a principios, ni a leyes, ni a normas de ninguna naturaleza. La violencia se ha convertido en un verdadero cáncer social.


Peor aún, el modelo autocrático imperante, estimula y propicia este clima de violencia para reinar, por aquello de que “en un país de ciegos el tuerto es rey”. La resignación no puede ser, entonces, la conducta colectiva a seguir; sino la romper con ese paradigma, con el primer paso de darle rienda suelta al volcán de la libertad y la democracia; para que luego o en paralelo, construyamos juntos un país de justicia, bienestar y progreso para todos.

lunes, 20 de febrero de 2012

APÁTRIDA SIN DIFRAZ

No siempre El Zahir de ciertos personajes lleva consigo la autenticidad de sus verdaderos propósitos, porque al aplicarle la lupa a su praxis social puede uno llevarse inusitadas sorpresas, por ejemplo, los ultranacionalistas para el ejercicio de las parodias públicas, pero en el fondo son los más feroces entreguistas del patrimonio patrio a regímenes extranjeros, es decir genuinos apátridas sin el disfraz de ocasión.

¿Qué otra cosa se podría uno pensar en la Venezuela de hoy, si escuchamos una exacerbada retórica antiimperialista de quiénes gobiernan, pero al compas de gallos de medianoche,suscriben convenios y compromisos leoninos en materia petrolera, armamentismo y endeudamientos abismales, que afectan los intereses nacionales? Simple y llanamente concluimos que detrás de ese discurso nacionalista y antiimperialista florece la más cruel realidad de una auténtica traición a la patria, por razones de imponer un modelo socio-político de corte autocrático, militarista y populista; que sólo beneficia a gobiernos extranjeros como el de Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Bolivia… y del mismo EEUU; a la élite del poder, a la casta de la burocracia estatal y a la nueva “Oligarquía del Dinero” y; en contraste, las mayorías nacionales, los descamisados de siempre –apenas- recibiendo las migajas del festín del negocio petrolero.

Aquí en Venezuela, a nombre del pueblo Chávez concentra cada día más poder en todos los ámbitos económico, financiero, institucional y poderes públicos o; a través de leyes y férreo control social ante los diversos estamentos que componen la sociedad en su conjunto, especialmente hacia los factores opositores, disidentes y críticos. De esta manera expropia y confisca industrias, fincas productoras, comercio, medios de comunicación, entidades bancarias, tierras, terrenos, apartamentos y; pare de contar. Siendo una paradoja, que mientras más acumula poder en esas áreas, más son las demandas de la población en relación al empleo, escasez de productos básicos, control de la inflación, salud, educación, servicios públicos, vialidad y viviendas; seguridad social, laboral y personal. Es decir, el supra nombrado “amor a la patria”, al que tanto se invoca como paradigma transcendente, apenas sobrevive, porque ha sido empujado hacia un barranco sin fin.

Quizás Esteban ante el sancocho ideológico prevalente en su cerebro, se dejó arrastrar por las directrices de Fidel y el régimen cubano, para experimentar socialmente, una especie de “socialismo real” trasformado con el maquillaje de un país con inmensos recursos petroleros. Pero después de 13 años de ensayo termina en un Frankestein social, que deja muy mal parado al monstruo de “La Metamorfosis” de Kafka.

viernes, 17 de febrero de 2012

CRIMEN ECOLÓGICO EN MONAGAS

Todavía se mantiene el clamor de miles y miles de personas por la carencia del agua de la vida, a raíz de un derrame petrolero sobre las aguas del Río Guarapiche, que mantiene en una situación de extrema gravedad la contaminación de esta fuente inagotable del existir de incalculables seres vivos en ese entorno de la diversidad ecológico del Estado Monagas.

Como siempre hay la pretensión de escurrir el bulto de la enorme responsabilidad de ciertas empresas por estos hechos de contaminación que causan graves daños al medio ambiente. Y en este caso, sin duda, la responsabilidad es de PDVSA, dado el rompimiento de un enorme tubo por donde fluye el “oro negro”, para el desarrollo de sus consabidos procesos de producción, industrialización y comercialización en los mercados nacionales e internacionales.

Se estima que se derramaron 60 mil barriles de petróleo (10 millones de litros) y se extendieron por un área de 40 hectáreas. Los daños son incalculables, porque fueron afectados cultivos, ganadería, manglares y pone en riesgo enormes producciones de camarones, cerca del Golfo de Paria. Amén del 70% de la población que habita en varios de los municipios monaguenses. No sólo –dicen los entendidos en la materia- se afectó al Río Guarapiche, con su impacto en la flora y fauna; sino también se contaminó el aire por los intensos olores de azufre.

Esa responsabilidad no puede ser escamoteada, porque días atrás, ocurrieron otros derrames de menor cuantía y los pobladores que residen a las orillas del Río Guarapiche lo habían advertido y esta empresa no hizo nada al respecto y porque, más grave aún al ocurrir el derrame mayor, ésta se tardó más de 12 horas en reaccionar, denunciaron personas afectadas de esa jurisdicción.

El mutis de PDVSA es sospechoso para dar una explicación convincente sobre este ecocidio, aunque mantiene más de 2000 personas trabajando en esa larga extensión territorial contaminada, lo cual es un claro indicativo de su mea culpa. Otras fuentes oficiales, incluyendo la del propio Presidente de la República, se suman a esa especie de silencio sepulcral sobre este tema, que se calculado entre los peores ocurridos en la historia de Venezuela y del mundo.

Una cuestión es cierta, PDVSA, ha venido descuidando sus roles primarios en lo referente a la participación en los diferentes tareas de exploración, producción, industrialización y comercialización del petróleo; porque la élite del poder, le ha venido asignando tareas de claro signo de la picaresca política, en labores de fortalecer el clientelismo partidista y del nocivo paternalismo de estado. Pdvsa, entonces, es clave que retome sus funciones originales, para que entre otras cosas, esté pendiente a tiempo completo en evitar esos graves daños ecológicos, como el ocurrido en ese Monagas del Oriente del país.

jueves, 16 de febrero de 2012

EL ESTADO SOY YO…Y PUNTO

Luis XIV, el creador del Estado absolutista universalmente conocido, en el ejercicio del poder en la Francia de 1661, ha debido sacudirse en su tumba, no sé cuántas veces, al verse superado en su afán enfermizo de concentrar todo el poder en sus manos, por el caudillo venezolano de Miraflores, quien ha hecho del Estado venezolano un verdadero traje a su medida, con la rendición y sumisión de las distintas ramas de los poderes públicos y andamiaje jurídico a sus designios; es decir al concepto del “Estado soy yo”.

El referido gobernante francés del ayer, al símil del gobernante criollo de hoy, solían invocar en demasía que estaban impregnados de un poder divino, como representantes de Dios en la tierra. En consecuencia podían actuar como les diera la gana, so pena ante cualquier disidencia, de que les cayera todo el peso de la ley y las maldiciones de Dios.

Por esa razón, si hacemos un poco de memoria, el triunfo logrado por los opositores al régimen, ante los intentos de Reforma de la Constitución, el “monarca de Barinas” la calificó públicamente de una “victoria de mierda”. Y los 3 millones de votos logrados por los adversarios en las recientes elecciones Primarias, los sapos y culebras en expresiones insultantes y descalificadoras ante un escenario impositivo de cadenas mediáticas por horas y horas; deja a las claras su apego por un ejercicio del poder absolutista y del abuso desproporcionado en el manejo de la estructura del Estado. Amén de la represión brutal desatada en contra de actores de la disidencia, con su secuela de un joven asesinado y decenas de atropellados.

Pero, como lo dice cualquier manual en relación al tema del liderazgo moderno: el respeto no se funda en la imposición ni en el miedo, sino en la integridad y la sinceridad. O en esa sentencia irrefutable: no hay autoridad sin respeto. Y tampoco se puede confundir la autoridad con el poder y el respeto con el miedo. Porque con el tiempo los resultados son desastrosos. E incluso, si miramos quienes serían los satisfechos con esta forma de gobernar, diríamos sin tapujos, que las élites del poder, la nueva “Oligarquía del dinero”; porque los excluidos sociales, las mayorías nacionales, siguen allí incólumes, rabiando su pobreza y sistema de injusticias imperante.

Con este tipo de gobernantes de ejercicio absolutista del poder sobre el Estado y la sociedad, siempre ha pasado lo mismo, conflictos de toda índole y guerras son las constantes: muertes, ruina y desolación. La Francia del pasado, Luis XIV, la condujo a varias guerras. El caudillo de acá y del hoy, es su prédica: “guerra al imperialismo y la burguesía”; el armamentismo excesivo, las milicias armadas, los grupos “Las Piedritas” y “parapoliciales”. En fin, por el apego al poder, no le importa nada. Derrotar esa concepción, derrotando a esta mala copia de Luis XIV, es una tarea de todos; ¿o no?

miércoles, 15 de febrero de 2012

REPRESIÓN AUTOCRÁTICA CONTRA JORNADA DEMOCRÁTICA

Todo gobierno autocrático jamás ha dejado de utilizar la arbitrariedad y violencia institucionalizada para aferrarse al poder como sea (Hitler, Mussolini, Stalin, Pérez Jiménez, Castro, Pinochet, Videla, Gadafi; entre otros, son ejemplos irrefutables).

El régimen autocrático de Chávez no podría ser la excepción. Movió sus piezas del ajedrez político, con actores incondicionales adscritos a los poderes públicos, para configurar un adefesio jurídico que le permitiera arremeter en tiempo record contra los sustentos de la confidencialidad de los votos sufragados por más de 3 millones de venezolanos, en las recientes elecciones Primarias organizadas por la disidencia democrática.

Y en ese proceder del abuso de poder, en la ciudad de Maracay, se cobra la primera víctima personificada en un joven estudiante cuyo delito fue defender los registros de los votos de esa hermosa jornada democrática, ante la arbitrariedad policial desmedida. Un nuevo crimen del “terrorismo de estado”, que ya sabemos, formará parte de los archivos polvorientos de la impunidad reinante en la Venezuela de hoy. Las protestas pacíficas como respuestas, es de prever, dará paso al escenario de la confrontación política iniciada por los amos del poder.

Por cierto, los ansiados registros tan buscadas por el oficialismo, ya fueron incinerados públicamente, porque ese fue el acuerdo previo en los predios de la Mesa de la Unidad, para evitar las famosas “listas negras”, cuya utilidad para el abuso y despidos arbitrarios se pudo constatar con aquella inefable y conocida “lista Tascón”, donde hasta los “malandros” del “lumpen” les fue muy útil para su accionar cotidiano de delitos, en contra de una ciudadanía inerme para proteger la vida , bienes y pertenencias.

Sin duda, los resultados impresionantes de las Primarias de la disidencia, tienen enloquecidos a los sesudos estrategas del régimen, que no encuentran cómo hacer para revertir esta tendencia irreversible de los venideros cambios democráticos en el país, cuyo preámbulo será la conquista, el próximo mes de octubre de la silla de Miraflores.

Los sueños frustrados de lograr una sociedad inclusiva, plural, democrática, participativa y libertaria, próspera y de bienestar; sigue siendo una quimera, que ojalá se materialice en las propuestas de cambios por parte de los actores agrupados en la Mesa de la Unidad Nacional y la sociedad civil ¡Veremos Juan Bimba!

martes, 14 de febrero de 2012

¡A VOLAR LOS PAPAGAYOS DE LA LIBERTAD…!

En Venezuela vivimos un mundo kafkiano, inverosímil, donde la cotidianidad se parece a aquel despertar de Gregorio Samsa, el personaje principal de esa obra de la literatura “La Metamorfosis” que, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un terrible monstruo, que, para los críticos literarios, proyecta el drama psicosocial que le tocó vivir a Franz Kafka, el autor de este increíble aporte a la cultura universal.

Para los venezolanos que nadan en la pobreza, el drama social ya lleva mucho tiempo, donde las esperanzas de mejoras en sus condiciones y calidad de vida, se esfuman con la frecuencia de los engaños y mentiras de los conductores del poder absoluto en el país. Y “la metamorfosis” aparece en los monstruos de la violencia, con su secuela de miles y miles de personas de todas las edades que pierden la vida.

O en los rostros de millones de nacionales, sin la ilusión de libertad, humillados por la imposibilidad de dormir con la tranquilidad de la paz social ante el drama de perder la vida, la carencia de una vivienda decente, la garantía del trabajo o del disfrute de remuneraciones, en sano equilibrio con las alzas de los precios de la comida, bienes y servicios básicos.

No obstante, colocando al revés el contenido de la obra referida, requerimos de una “metamorfosis” en positivo para que el amor riegue las semillas de un nuevo amanecer, como los poemas de Neruda, si lo identificamos en profundizar ese amor por el país, para cultivar la tierra, “sembrando el petróleo” y obtener de ella los frutos de la vida: “la virtud de los racimos/las manzanas que crecen oyendo el agua pura/el barro y las resinas de tu país fragante”.

En fin, para que los ciudadanos de todas las edades puedan volar los papagayos de la libertad, sin temor a los mercenarios de la muerte o de los amos del poder. ¡Viva la vida! ¡Viva la libertad! ¡Viva la democracia!

lunes, 13 de febrero de 2012

GANÓ LA REBELDÍA DEMOCRÁTICA POR UN PAÍS DIFERENTE

La gente empezó a romper las cadenas de la opresión autocrática, como modelo de desgobernar al país. Ese paradigma fracasó, porque los venezolanos sentimos que el rumbo de la nación se desvió completamente y lo que nos espera es el precipicio. Y el alerta o sacudón lo dieron 3 millones de nacionales, que participaron en las Primarias de la disidencia, al convertirse en un dique de contención para señalar con firmeza OTRO CAMINO, donde se deje atrás a la politiquería, el odio y las divisiones, el abuso de poder, la corrupción, el clientelismo partidista, el derroche, al blablablá sin respuestas a la pobreza estructural y a las demandas sociales de todos los días.

Ganó la fórmula moderada del equilibrio, del centro, sin inclinaciones hacia la derecha o a la izquierda de la picaresca política venezolana. Pero también aquél de una postura política que dejó atrás las excesivas confrontaciones y el lenguaje descalificador hacia el contrario. Estos 3 millones de venezolanos se identificaron con el futuro de esperanza y “progreso para todos”, sin distingos de colores y partidos. Todo lo anterior, pues, encierra el discurso político de Henrique Capriles que le permitió el triunfo obtenido en los comicios de la “Alternativa Democrática”.

No obstante, ganar la contienda electoral presidencial no se presenta nada fácil ante un caudillo que se aferra al poder con pasión enfermiza y delirio de grandeza, valiéndose del uso desmedido y sin escrúpulo de los recursos de la renta petrolera y del aparato de Estado. Encarna, sin lugar a dudas, ese concepto cuestionado de “El Estado soy yo”, con la incondicionalidad sumisa de todos los poderes públicos, una porción importante del estamento militar, poder económico-financiero, el control que ejerce sobre la red mediática estatal y el tarifado de una publicidad incesante por los medios de comunicación privados.

Las debilidades del autócrata, aparte del desastre del desgobierno, es el desgaste de ofertas electorales incumplidas que raya en lo obsceno, porque el paraíso o “mar de la felicidad” prometidos se ha convertido en un verdadero infierno, ante las calamidades sociales que sufren los descamisados de siempre. El cáncer que padece el personaje de palacio y la pesada carga de la deuda pública externa e interna; amén de la sumisión a los dictámenes de Fidel y del fracasado régimen cubano; son indicadores de que se le hará cuesta arriba el disfraz del mito del ser invencible y de querer colocarse por encima del bien y del mal.

Otra lectura importante de los resultados de las Primarias es que hubo un verdadero ejercicio de ciudadanía, donde las maquinarias de los partidos, se quedaron cortas ante los deseos de cambio de la sociedad, que se observa en los rostros jóvenes de una nueva generación que se presta a conquistar el futuro por asalto ¡Viva la nueva Venezuela!

domingo, 12 de febrero de 2012

¡A VENCER LA TIRANÍA, VOTA POR LA LIBERTAD!

La Batalla de la Victoria en 1814, con el prócer José Félix Ribas y un puñado de jóvenes en la vanguardia y en plan de héroes en esa larga lucha en contra del imperio español, para conquistar la libertad y la independencia nacional de esta hermosa patria; nos dejo a los nacionales la enseñanza histórica de que es posible derrotar a cualquier tiranía, aunque proyecte la imagen de que ésta es invencible.

Guardando las distancias en el tiempo, realidades sociohistóricas y de los protagonistas, pero con similitudes en el contexto del despotismo y en los propósitos de vencer a la obscuridad que representa en la Venezuela de hoy la tiranía de Chávez; todos los ciudadanos, especialmente los jóvenes tenemos una cita con las Primarias de la disidencia, para expresar con nuestro voto que continuamos y, por siempre, defendiendo los principios y banderas de la libertad, democracia, justicia, igualdad y fraternidad.

El régimen de la tiranía de Chávez hay que vencerlo en varias batallas políticas para poder sacarlo del poder, por supuesto a través de la vía pacífica y democrática. Y la batalla que se escenifica hoy, con las Primarias, abre las compuertas para ocasionarle el “jaque mate” en los Comicios Presidenciales que se realizarán en el mes de octubre del presente año.

La tarea no luce fácil, como tampoco lo fue para los venezolanos del ayer, derrotar en aquella memorable batalla al Boves realista en la Victoria. Chávez se ha venido blindando con una suma de poderes a su favor desde el institucional, militar, mediático, clientelar-partidista hasta el poder económico-financiero, producto de la renta petrolera y sistema de tributaciones, el cual maneja a su antojo, sin control alguno. Pero el pueblo en su conjunto, hastiado de engaños y promesas incumplidas, se moviliza, organiza y protesta en cada rincón de Venezuela. Toda tiranía siempre le llega su final. Así lo registra la historia, porque el deseo de libertad mueve montañas y supera obstáculos de toda índole.

Por eso, con el concepto de Alquimia de Paulo Coelho, que encierra un contenido de algo más allá de la razón, porque es alcanzar la “Gran Obra”, que no es tarea –dice este escritor- de unos pocos, sino de todos; lograr la libertad y la democracia para nuestro país es la “Gran Obra”. Pero para ello hay que concretar este sueño. Las Primarias son un eslabón. Faltan otros eslabones es verdad. No obstante, cuando los ciudadanos así lo decidan, las batallas por venir, serán más fáciles de ganar. Porque en esa mezcla de cosas favorables, el universo entero conspira para que se pueda realizar este sueño de libertad ¡Bienvenido!

sábado, 11 de febrero de 2012

CAMBIÓ TODO PARA NO CAMBIAR NADA

El título de este escrito es un parafraseo, en forma y contenido, de la famosa novela “El Gatopardo”, de Giuseppe Tomassi Di Lampedusa, quien narra la decadencia de la sociedad y la aristocracia siciliana, en la Italia del ayer; pero que pasado el tiempo, ha proyectado con singular simbolismo la dinámica histórica de realidades sociopolíticas y culturales de múltiples países en el mundo.

El protagonista de la novela, Salina, cuestionaba con dureza magistral al poder, la conducta conformista de la gente y al sistema de cosas que prevalecía; que nos recuerda, sin lugar a dudas, a la actitud de una porción de la población venezolana y al desgobierno autocrático de Chávez del presente. Decía Salina: “De esto proviene el poder que tienen entre nosotros ciertas personas, los que están semidespiertos; de ahí el famoso retraso de un siglo de las manifestaciones artísticas e intelectuales sicilianas; las novedades nos atraen sólo cuando están muertas; incapaces de dar lugar a corrientes vitales; de ello el increíble fenómeno de la formación actual de mitos que serán venerables si fueran antiguos de verdad, pero que no son otra cosa que siniestras tentativas de encerrarse en un pasado que nos atrae solamente porque está muerto”.

Chávez se aferró, (direccionado por Fidel y el régimen cubano) al dogma teórico de la receta marxista de ir avanzando sostenidamente en cambiar la estructura (economía, factores y fuerzas productivas; sus relaciones) y superestructura (Aparato de Estado, leyes, ideología). Pero obviando, yo diría consciente y deliberadamente, las experiencias conocidas en la aplicación de esta receta en países que ya han arrojado resultados nefastos en todos los ámbitos del quehacer del “socialismo real” en el Estado y la sociedad de Rusia, China, Vietnam y Cuba; para nombrar algunos. Con el ingrediente de sumar al combo de su paquete de “cambios” trastocados, aspectos sumamente cuestionados por tirios y troyanos del culto a la personalidad, populismo, militarismo y “sancocho ideológico”.

De esta manera, al igual que “El Gatopardo”, “cambio todo y no cambio nada”. La “estructura” y sus relaciones sociales se mantienen intactas, no son “socialistas”, siguen siendo capitalistas, sólo que él concentró todo poder en manos del Estado, lo cual engendró un “Capitalismo de Estado Salvaje”. Ahora la sobreexplotación y apropiación de la plusvalía de los trabajadores, la ejerce el Estado. La nueva “Oligarquía del Dinero”, asociada al Estado, es la que acumula capitales y privilegios, en detrimento de los millones de excluidos sociales. La pobreza se mantiene incólume.

La “superestructura” es sinónimo de “El Estado soy yo”. Él Concentra todos los poderes públicos en sus manos. Las leyes las elabora el Poder Ejecutivo que él dirige a su antojo. La “ideología”, es decir las ideas, opiniones y creencias que a él se le ocurre, en las peroratas mediáticas frecuentes, constituyen la doctrina del partido de gobierno y de la élite burocrática del Estado.

Concluyo este escrito, con el sentido crítico de los analistas del contenido de “El Gatopardo”: todo tarda en desvanecerse, toma su tiempo, hasta lo que es cosa pasada, remolonea y se resiste a marcharse. Lenta desaparición, pero desaparición al fin. Es el destino –dice uno- de este modelo autocrático “gatopardiano” en Venezuela. Amén.

miércoles, 8 de febrero de 2012

NI SIQUIERA EL DERECHO A LA VIDA…

Acudo a la poesía de Neruda para tratar de sosegar el espíritu, en a estos momentos aciagos para la República, porque a pesar de las máscaras colocadas con una frialdad calculada, aparecen al desnudo los rostros de los actores que han hecho posible esta comedia infernal “gatopardiana”, de “cambiar todo para no cambiar nada”: “desdichas de este tiempo parecidas a uvas/ pequeñas que agruparon verde amargo/confusas, escondidas lágrimas de los días/ Hasta que la intemperie publicó sus racimos/.

Qué decir de las peroratas oficiales interminables, fastidiosas a grado sumo, que nos trata de vender la idea de que tenemos garantizados todos nuestros derechos de ley y los establecidos en los contenidos de los convenios internacionales, cuando la verdad del tamaño del sol, es que ni siquiera tenemos garantizado, un derecho consustancial con el ser humano, como es el derecho a vivir, a respirar, a tener una vida plena.

Muy por el contrario, nos acecha es la muerte en cada rincón de Venezuela, como ésta se refleja en las estadísticas oficiales, al registrar 1.347 asesinatos sólo en el mes de enero del presente año. O cuando, más dantesco aún, en dos grandes hospitales del país, “gerenciados” por el Gobierno Central, mueren en pocos días, 11 niños recién nacidos en Maracay y 14 en San Cristóbal, según diversas fuentes.

Si bien es cierto que lo anterior tiene su causal, en la pobreza crítica en que viven millones de venezolanos y por el impacto negativo de ésta en los procesos de descomposición familiar, pérdida de valores, desempleo, bajas remuneraciones, falta de viviendas, drogadicción y un largo etcétera; no es menos cierto que las políticas, planes y medidas gubernamentales han resultado un catastrófico fiasco, porque la inseguridad y la violencia continúa sin piedad enlutando a miles de familias venezolanas. Y los hospitales, debido al excesivo centralismo, falta de gerencia, insumos, recursos financieros, tecnología y equipos adecuados, infraestructura no idónea y los consabidos problemas laborales y condiciones de trabajo; no reúnen los requisitos básicos para una adecuada atención en salud a las mujeres embarazadas, neonatos y ciudadanos en general.

13 años han pasado de cambios, o “revolución”, como les encanta divulgar a los cuatro vientos, los protagonistas de estos entuertos; pero todo ha resultado al revés, más bien involucionamos y disputamos la categorización de cuarto mundo, de acuerdo a los perfiles manejados por los entendidos en la materia.

Y concluyó este escrito, como lo comencé, con el párrafo de uno de los más hermosos poemas del gran poeta chileno: “Sed del fuego, abrasadora multitud del estío/que construye un Edén con unas cuantas hojas, porque la tierra de rostro oscuro no quiere sufrimientos/”

martes, 7 de febrero de 2012

EL “MILITARISMO” DIRECCIONA AL ESTADO Y LA SOCIEDAD VENEZOLANA

El “militarismo” en la Venezuela de hoy, ya debería tener la benevolencia del consenso de los medios académicos como una verdadera ideología, porque ha penetrado en todos los ámbitos del estado y la sociedad, mediante el ejercicio del paradigma autocrático y populista del poder por parte del actual Presidente de la República, Hugo Chávez, quien concentra en sus manos el dominio de todos los poderes públicos, las finanzas, la economía, el poder mediático, la política exterior y la entramada red social, militar e institucional de la República como un todo.

Ese proceso de ideologización “militarista”, combinado con contenidos de doctrinas ideopolíticas marxistas y socialistas, están extendidos por imposición oficial en cada uno de los espacios sociales e institucionales del país, donde se amalgama así la prevalencia del pensamiento único, en contraposición a la existencia de otras formas conocidas del pensamiento plural e ideas democráticas, como claramente lo establece la carta magna que rige teóricamente el Estado de Derecho en Venezuela.

La concepción militarista se atornilla en ese pragmatismo simple de “mando y obediencia” a tal punto, que el caudillo militar de Miraflores constantemente dictamina directrices, de obligatorio cumplimiento a sus subordinados e incondicionales, desde las profusas cadenas nacionales por radio, prensa y televisión. O sustentado en decretos o leyes, que previamente son elaboradas en los confines del Palacio Presidencial, constituyéndose la Asamblea Nacional en una figura secundaria y subordinada a lo que determina el Comandante en Jefe.

Así mismo, en contraposición a lo establecido en la Constitución de la República, por disposición de Chávez, se crearon las Milicias, cuya misión de “reserva nacional” ante situaciones de emergencia donde se ponga en peligro la seguridad y soberanía nacional, se prefigura ahora como un brazo armado, a discrecionalidad del Presidente y del partido de gobierno. Es sin duda, a la vieja usanza de los regímenes militaristas y autocráticos históricamente conocidos de la Alemania fascista de Hitler, la España de Mussolini, El Jorge Videla de Argentina o el Pinochet de Chile.

La penetración del “militarismo” en Venezuela ya no se circunscribe a lo que se podría conceptualizar como producto de las simples conductas de menudencias opositoras al régimen; sino que ya es ideología, doctrina y praxis política de los principales actores civiles y militares incondicionales a esta concepción y forma de regir los destinos de la patria. Por esa razón, en los discursos de ocasión, independientemente de los loas al caudillo militar, se elogia intencionalmente a los llamados a la violencia y a la guerra en los procesos de formación dirigidas en los ámbitos educativos y conformación de milicias “si se acecharan los vientos de guerra/y peligra nuestra libertad/todo el pueblo de Venezuela/los fusiles tendrá que empuñar/en la paz verdadera del hombre/el que ve a su nación progresar/apoyando misiones sociales/ en la unión cívico-militar”.

La ideología y praxis “militarista” no tienen vigencia en las civilizaciones actuales, porque ésta ha sufrido inmensas derrotas históricas por antidemocráticas, violadoras de los derechos humanos, centralización y abuso de poder, por retrógrada y generadora de mayor pobreza y miseria entre los pueblos. ¡Derrotar este modelo “militarista” es un desafío para los demócratas y ciudadanos de esta Venezuela del presente!

viernes, 3 de febrero de 2012

HIPOCRESÍA DEL “SOCIALISMO CHAVECISTA”

Al decir de ese intelectual brillante de la “izquierda radical”, Domingo Alberto Rangel, con palabras más o palabras menos, la rueda de la globalización capitalista luce indetenible y el denominado “imperio norteamericano” ya cuenta con nuevos socios ¡quién iba a pensarlo! se trata, para asombro de los marxistas más ortodoxos, del ingreso de Rusia y China como países imperialistas, cuya génesis socialista terminó desmoronándose, participando ahora en sana competencia en todos los ámbitos, junto a los odiados “imperialistas gringos”.

Un dato ilustrativo de ese nuevo perfil capitalista-imperial, arguye Rangel, es el dramatismo de la sobreexplotación de la masa trabajadora en las fábricas chinas, que debe trabajar entre 10 y 14 horas para garantizar la producción de mercancías aceptables, en el contexto del torbellino de la lógica de este sistema; para luego exportarla en inmensas cantidades hacia los EEUU.

En consecuencia, si seguimos el hilo del discurso de Rangel, el gobierno “chavecista” se inscribe en este contexto del sistema capitalista mundial, pero como un socio menor, cuyo legado es la de ser consecuente con los despachos de 2 millones y medio de barriles de petróleo hacia EEUU y países satélites del Caribe y Suramérica. Y -diría uno- de miles y miles de barriles del “oro negro” de exportación hacia Rusia y China, a cambio de armamentos y endeudamiento para obtener “dinero fresco”. Por cierto, todavía se recuerda el escándalo con los chinos porque éstos, aprovechándose de la “ingenuidad” de PDVSA, al venderles a precios preferenciales, se encargaban de revenderlos a otros países para obtener 5 dólares de beneficios por cada barril de petróleo. Amén de la firma de convenios mixtos leoninos y contrarios a los intereses de la República para explotar petróleo en la Faja del Orinoco con EEUU, Rusia y China; entre otros países.

Así mismo, en el caso de los trabajadores venezolanos, dependientes del Estado-Patrono, la sobreexplotación, al igual que con los trabajadores chinos, reviste un cuadro dramático y quizás peor aún, porque se les vienen violando sistemáticamente sus derechos laborales contractuales y de ley: sueldos y salarios miserables que son devorados por los altos índices inflacionarios de los productos básicos, pagos de salarios integrales incompletos y cuando a éste le da la gana; despidos permanentes, hostigamiento y acoso al personal, especialmente contra quiénes no se identifican con el partido de gobierno; negativa a discutir los proyectos de convenios colectivos; política represiva hacia los dirigentes naturales de los trabajadores y desconocimiento del liderazgo sindical; incumplimiento en pagos de deudas y pasivos laborales; inestabilidad laboral por imposiciones del régimen de contratos, para evitar que los trabajadores opten a cargos fijos o por cambios de un ministerio a otro, sin consultas e informaciones adecuadas; desconocimiento de la mayoría de los beneficios de ley a pensionados y jubilados; y pare de contar.

No obstante esa hipocresía social del “socialismo chavecista” (entiéndase un vulgar y “salvaje” Capitalismo de Estado); ha tenido que enfrentarse a los muros de contención de las protestas diarias de los trabajadores en la calle, que jamás se doblegarán ante un régimen represor y opresor contra los intereses genuinos de la masa trabajadora. ¡Tiempos de cambios ante esa hipocresía “socialista” nefasta! Hay que luchar duro para brille el sol en el horizonte. El paraíso no está a la vuelta de la esquina.

miércoles, 1 de febrero de 2012

LAS AUTOCRACIAS CASTIGAN A LOS PUEBLOS

La pretensión del caudillo de Miraflores de convertirnos en un país de menesterosos, inserto en una clara estrategia para ejercer mejor el control social y la dominación sobre todos los estratos sociales, no es un planteamiento descabellado, porque la historia está abultada de enseñanzas en esta dirección, cuando se trata del ejercicio del poder de las autocracias y dictaduras de toda índole en el mundo (Hitler, Mussolini, Franquismo español, Pinochet de Chile, El Videla de Argentina, los Castros de Cuba, el Gadafi de Libia y el Chávez de Venezuela; entre otras).

En todas ellas podríamos sintetizar elementos comunes básicos: 1-Un líder carismático y culto a la personalidad 2.-Concentración de poder absoluto en el líder 3.-Liquidación de las libertades y derechos ciudadanos 4.-Militarismo 5.-Violación sistemática de los derechos humanos con medidas represivas brutales 5.-Supremacía rol del Estado 6.- Excesivo “nacionalismo” y en varios casos “antiimperialismo” para engañar y manipular a las mayorías 7.- Aparato propagandístico excepcional 8.-Cambios estructurales del Estado y la sociedad para legitimar la dominación de la élite usurpadora del poder central. 8.-Impacto sobre la población con medidas para generar miedo, terror y condicional imagen de invencibles. 10.- Pensamiento y partido de gobierno único. Salvo los Castros y Chávez (quienes andan en esa procesión) todas las demás han sido barridas por los pueblos por sus ansias de libertad, democracia, estado de derecho, justicia, igualdad y fraternidad.

¿Cómo son castigadas las mayorías nacionales con estas autocracias?...por lo dicho y porque en el caso de Venezuela los indicadores así lo confirman: la inflación más alta del planeta. Las cifras rojas por la violencia e inseguridad también entre las más altas del mundo. La escasez de productos básicos de la canasta alimentaria. Devaluación de la moneda y los sueldos y salarios de los trabajadores convertidos en sal y agua. Déficit de viviendas. Colapso del sistema eléctrico nacional, que se expresa en los apagones diarios en casi todo el país. Caos en los servicios públicos como sistema de cloacas, agua potable, aseo urbano, transporte público y vialidad. Colapso del aparato productivo nacional por política de expropiaciones de empresas, comercio y tierras, permitiendo que casi el 100% de los productos, bienes y servicios sean importados. Todos los poderes públicos dependen del Ejecutivo Nacional, es decir del autócrata de Barinas. Violación sistemática de los derechos de los trabajadores, empezando por el derecho a la vida y a la libertad. Amén del derecho a la organización sin imposiciones de modelos patronales-Estado, a la firma de convenciones colectivas, a los pagos contractuales y de ley. Aplicación de concepciones militaristas en el Estado y la sociedad. Concentración abismal del poder mediático en manos del Estado y difusión incesante de la propaganda oficialista. Aplicación del ¨Terrorismo de Estado” hacia las universidades, instituciones públicas y hacia los limitados espacios democráticos existentes.

No hay otra manera, así lo registra la historia y es la exigencia del presente en esta Venezuela castigada por la autocracia “chavecista”. Participar activamente, donde quiera que nos encontremos, en el desarrollo de las propuestas de cambio cualitativo para salir de este infierno; es una tarea impostergable. ¡Aceptemos el reto: autocracia o democracia!