jueves, 28 de febrero de 2013

EMPEORAN LAS CONDICIONES DE SALUD EN VENEZUELA

En Venezuela estamos muy lejos de haber alcanzado aquel hermoso objetivo de la Organización Mundial de la Salud (PMS) de “Salud Para Todos en el año 2000”, porque ya han pasado 12 años, en pleno Siglo XXI, y la cuestión va de mal en peor. Aunque se maquille la realidad con la retórica oficial de ocasión, de que los nacionales estamos navegando en el “mar de la felicidad” del denominado “socialismo revolucionario”. Es decir, según esa vocería, disfrutamos de una excelente salud colectiva, de bienestar integral.

Pero la testaruda realidad nos indica otra cosa, al observar que una porción importante de la población continúa viviendo en el cuadro dantesco de la pobreza, con el peso inclemente sobre sus hombros de un conjunto de calamidades sociales y de salud a cuesta. Grupos humanos nativos de todas las edades desnutridos, malnutridos o azotados por enfermedades emergentes y re-emergentes cómo el dengue, malaria, tuberculosis, diarreas, parasitosis, enfermedades respiratorias, hepatitis…o por la incidencia de factores adversos del entorno social, que determinan un aumento sideral en las cifras rojas de las estadísticas, por accidentes de tránsito o por causa de la violencia desbordada en pueblos y ciudades del país.

Las brechas y desigualdades socio-económicas se mantienen intactas en la estructura de clases de la sociedad venezolana. Y las personas que menos tienen recursos económicos continúan muriendo de mengua en las puertas de los hospitales públicos o centros asistenciales del primer y segundo nivel de la atención en salud. La “Misión Barrio Adentro”, otrora bandera del gobierno actual, ha venido sucumbiendo progresivamente en la calidad de la atención a los desprovistos de salud, por déficit de insumos y equipos adecuados; problemas con la estructura física o; porque al personal asistencial, de apoyo o promoción de la salud les son denegados sus derechos laborales de ley.

En contraparte, la “boliburguesía” y la élite burocrática del Estado autocrático venezolano poseen todos los privilegios institucionales y recursos económicos de diferentes calibres, que les garantizan una excelente atención médico-asistencial en la esfera privada interna o fuera de las fronteras del país. El mismísimo Presidente de la República, ante los problemas de salud que lo agobian actualmente, ha contado con toda clase de privilegios y apoyo incondicional de los petrodólares criollos cómo garantía, por ejemplo, para recibir en Cuba y ahora en el país una atención extraordinariamente esmerada.

En este orden, la gota que rebasó el vaso en esto del desmejoramiento de las condiciones de salud de los nacionales, especialmente de los más pobres, lo constituye, sin duda, el anunciado “paquetazo rojo”, porque significa que éstos contarán con el 46.5% menos de lo devengado en remuneraciones salariales, dado al anuncio de la devaluación de la moneda nacional con respecto al dólar. Las medicinas, exámenes, consultas y equipos médicos; serán afectados en la estructura de costos y precios. En un equivalente al porcentaje o más, en correspondencia con el techo oficial planteado para la referida devaluación.

En este contexto de lo escrito, tal cual lo afirma Joan Benach/Carles Muntaner, en el libro, “Aprender a mirar la salud”: “La enfermedad y la muerte están mal repartidas, la salud no se distribuye en forma equitativa…los pobres…sufren en carne propia la peor epidemia de nuestro tiempo: la desigualdad social”. ¡No podemos resignarnos!

martes, 26 de febrero de 2013

REVOLUCIÓN ROJA “GATOPARDIANA”

Nadie podía imaginarse que Giuseppe Tomasi Di Lampedusa (1896-1957), autor de la célebre novela “El Gatopardo”, considerada como una obra maestra de la literatura del SigloXX. Que narra magistralmente la decadencia de la aristocracia siciliana en la Italia de la época y el ascenso de la burguesía. Dejara para siempre en la eternidad de los tiempos históricos esa famosa frase del principal protagonista de la obra: “si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”.

Una concepción muy clara de la vida y la política, que sin duda, encaja a la perfección en las ideas y ejecutorias de los protagonistas de la denominada “Revolución del Socialismo del Siglo XXI” con Chávez a la cabeza y sus más connotados e incondicionales delfines: Maduro, Cabello, Ramírez, Jaua, Merentes y Giordani. Es así cómo ellos cambiaron todo en Venezuela, para que todo siga igual; o peor. La “Revolución Bonita” brilló por su ausencia. El odiado neoliberalismo los sigue cubriendo con su manto protector, a través del Estado venezolano puesto a su incondicional servicio y, el de los petrodólares, que aflojan las compuertas en la suma de incondicionales y hasta de un grueso número de los descamisados de siempre.

La estructura de clases sigue intacta, con una burguesía que cambio de nombre y ahora se llama “boliburguesía”, que actúa sin escrúpulos en aquello de amasar gigantescas fortunas bajo la sombra del estado, las mafias de poder cívico-militares y el ejercicio de las corruptelas más grotescas. Los negocios con el dólar cambiario y ahora con la devaluación de la moneda (“Paquetazo Rojo”), son unas de las minas apetitosas, que nos hace recordar los festines sauditas de “las mil y una noches”.

Y en paralelo, los excluidos sociales, los pertenecientes a la inacabable pobreza estructural, destinados por la retórica oficial a navegar en el “mar de la felicidad”; se encuentran en los pantanos del infierno de la inflación incontenible, la escasez insoportable de los productos básicos, la devaluación de la moneda y en el medio de un clima de violencia e inseguridad, que se asocia al drama humano que causa el pánico al ver determinadas películas de terror.

El “príncipe” de “El Gatopardo venezolano” con la peculiaridad de la formación militar y la personificación del caudillo, al cual le rinden pleitesía los bufones del entorno y hasta promueven un proceso de convertirlo en una especie de Rey de la mitología griega. Ya hoy no es el mismo, porque se encuentra postrado en una cama, supuestamente padeciendo de un mal incurable. Dejando, pues, un vacío de poder difícil de sustituir. Pero, así mismo, con la herencia de haber cambiado todo, para que todo siga igual, encuentra el escollo de que no preparó a los herederos del trono, los dejó huérfanos de ideas y formación de liderazgo. El país quedó a la deriva, con el peso insostenible en el tiempo de los dictámenes políticos de otros caudillos “gatopardianos” de la Cuba esclavizada, por la dinastía de Fidel y Raúl.

Tiempos aciagos vive la República…necesitamos sacudirnos con fuerza de los “gatopardianos rojos-rojitos”. El cambio social se asoma cómo algo inevitable e indetenible. El progreso y el bienestar colectivo son las banderas de ese futuro a conquistar, los cuales se deben fraguar al calor de las luchas sociales de todos los días.



lunes, 25 de febrero de 2013

“EL LUMPEN”: ¿INSTRUMENTO DE CONTROL Y PODER EN VENEZUELA?

El desorden y la anarquía que para muchos está presente actualmente en el Estado e importantes sectores de la sociedad venezolana, especialmente el estrato social más miserable de la población o lo que denominó Marx el “lumpemproletariado” (“escoria social”); está siendo utilizado por la élite de poder del “chavecismo” como instrumento de control social para que no haya expresión alguna de disidencia crítica, democrática y opositora.

Ese es el papel que ésta le asigna, por ejemplo, a los denominados “colectivos armados”, que actúan como “bandas de choques”, generando el caos y la violencia en Universidades, empresas públicas, medios de comunicación, eventos públicos de la disidencia o mediante el ejercicio de “actos de terrorismo” contra dirigentes estudiantiles, sindicales, gremiales, periodistas o luchadores sociales.

Un clásico de la Sociología, Rocher Guy, argumentaba que las sociedades utilizan diversos mecanismos para que sus miembros se sometan a un determinado orden y se comporten con uniformidad. Para ello establecen reglas consensuadas con los ciudadanos con deberes y derechos. La Constitución Nacional, para el caso venezolano, es el marco de ese “orden” para guiar la conducta de todos los venezolanos sin excepción. No pueden entonces, los amos del poder en el país violar la Constitución atizando la presencia de “grupos armados irregulares” para someter a “sangre y fuego” a los que opinemos diferente o exijamos el cumplimiento de lo convenido en la carta magna.

A nombre de una supuesta “revolución” esta élite del poder en Venezuela adopta una conducta bipolar, defendiendo el sistema formal institucional y de control social que creo y ordenó a su imagen y semejanza. Pero por otro lado, por “debajo de cuerda”, irrumpe contra éste mediante la aplicación de procedimientos ilícitos, deleznables y por demás inaceptables para los ciudadanos que nos regimos por códigos establecidos y las disposiciones de ley.

Testimonios sobran de este doble juego del “chavecismo” de poder, a todas luces inmorales y sin respeto a la ética pública. Así, deja en libertad a diestra y siniestra, a miles y miles de miembros de “el lumpen” (miembros de bandas delictivas) que se encontraban bajo rejas en las cárceles venezolanas. Pero al mismo tiempo a determinados “pranes”, culpables de los delitos más atroces contra la vida, bienes y propiedades de los nacionales, los utilizan para la “guerra sucia” o acciones “terroristas” en perjuicio de las personas que osen disentir ante sus políticas desastrosas, abusos y desafueros de toda laya.

Quizás este “castro-chavecismo”, en la aplicación experimental de modelos para mantenerse en el poder como sea, se haya basado en las teorías de Michel Foucault: “El poder se construye y funciona a partir de otros poderes”. “No sólo el poder está en las redes del Estado”, sino también en aquellos “poderes marginados y olvidados”. “El Lumpen”, entonces, en la Venezuela de hoy es un auténtico micro-poder, para mantener el macro-poder hegemónico y absoluto de la autocracia que nos gobierna.

¡Sacudirse de este yugo es parte de los retos y desafíos del ciudadano común, pero sobre todo de los ciudadanos conscientes y proactivos ante el “paquetazo rojo” o el cambio social, que requiere con urgencia la Venezuela del presente y del futuro!


miércoles, 20 de febrero de 2013

DEVALUADA LA VIDA DE LOS POBRES

Cada vez que un determinado gobierno anuncia medidas económicas asociadas a la devaluación de la moneda, de inmediato debemos pensar que ello trae consigo, la devaluación también de la calidad de la vida de los ciudadanos. Es decir, como “medida chiquita”, la calidad de vida de los venezolanos se devaluó en un 46.5%. En ese mismo porcentaje somos, a partir de ahora, más pobres. Aún cuando la vocería y la ruidosa campaña mediática “gobiernera chavecista” haga malabarismos “fascistoides” para hacernos creer lo contrario.

Hasta la figura mesiánica del enfermo terminal de Miraflores, la trajeron desde la Cuba de la autocracia Castrista, para tratar de minimizar el impacto de estas medidas. Pero, al símil del meteorito que cayó en Rusia, el efecto de la devaluación sobre la gente ha sido demoledor, brutal y verdaderamente desastroso.

Se ha venido enrareciendo aún más el clima de descontento social existente en todo el país, por la suma de un conjunto de situaciones incómodas de orden colectivo, entre otras cosas, por la escasez de productos básicos, la insoportable inflación y por la violencia e inseguridad desatada, que ponen en serio peligro, a cada instante, la vida de las personas que habitamos esta Patria. Se hundió pues, cómo el “Titanic”, la cacareada y mentirosa promesa del “Mar de la Felicidad”, con el repetitivo “Socialismo del Siglo XXI”.

Le dieron la espalda hasta el Trosky de la “Teoría de la Revolución Permanente”, quién proponía estar pendiente en mejorar las condiciones de vida de los que menos tienen. Y este concepto fue lanzado al “cesto de la basura” por los otrora “revolucionarios criollos”, quienes sólo ponen en práctica una porción de su receta “marxistoide”, cuando se refiere a evitar a toda costa la disputa del poder político con otros actores (entiéndase disidentes) o como ellos los señalan despectivamente “los contrarrevolucionarios”. El poder por el poder mismo, sin ética, valores, ni principios.

Por esa razón, el rechazo de la Dirigencia Rojita ante la propuesta de la Alternativa Democrática de apoyar una Ley de Aumento General de los Sueldos y Salarios para todos los trabajadores, extensivo a Jubilados y Pensionados. Una ley, sin duda, que vendría a compensar el impacto negativo del “Paquetazo Rojo” en contra de la calidad de vida de los sectores de menores recursos.

Esta devaluación de la vida, por supuesto, no afectará para nada a la boliburguesía y a la élite del poder del Estado, quienes serán los grandes beneficiarios en ese proceso perverso de acumulación de capitales y privilegios de toda laya. No obstante, al no contar con la presencia beligerante del caudillo del perfil mesiánico, por razones de su delicado estado de salud; el dúo de delfines presente ha dejado la huella imborrable de graves deficiencias en el ejercicio de un liderazgo nacional realmente eficiente, probo, idóneo, carismático, dialógico y plural.

¡La esperanza de un país distinto en democracia, libertad, bienestar y progreso; se avizora con fuerza en el horizonte! ¡Amanecerá y veremos!


lunes, 18 de febrero de 2013

¡REVOLUCIÓN SIN ÉTICA Y REACCIONARIA!

Aferrado dogmáticamente a la tesis “marxistoide” de que toda “revolución” lleva implícito sacudones y acciones violentas que irrumpan contra el orden establecido, representado en el Estado y la sociedad (Revolución Francesa, Revolución Rusa, Revolución China, Revolución Cubana…), producto de las contradicciones y lucha de clases; la élite de poder “castro-chavecista” sistemáticamente trata de atizar una salida violenta, que le permita mantenerse en el poder por tiempo indefinido, a propósito de contar con el poder del “militarismo” más reaccionario y sin ética; milicias populares y colectivos armados.

Por cierto en todas la “revoluciones” nombradas, incluyendo la “chavista”, siempre han enarbolado banderas hermosas de redención social a favor de los oprimidos y “condenados de la tierra”. Pero, a lo largo en el tiempo, los resultados han sido desastrosos por las pérdidas humanas, atraso, miseria, ruina y pobreza. Ninguna ha logrado éxito cómo experimento socio-político, a despecho de Marx, Lenin, Mao, Fidel…y el propio Chávez.

En el caso de la “Revolución Bolivariana”, es el paradigma “gatopardiano” el que adquiere vigencia: “Cambiar todo, para no cambiar nada”. Porque el país está “patas para arriba” y no se le ve el “queso a la tostada”: leyes por doquier, expropiaciones de grandes extensiones de tierras productivas, empresas, bancos y comercios.
Eliminación, en la práctica, de la independencia de los poderes públicos y la concentración de éstos en manos del Chávez omnipotente, de Maduro, o un Diosdado. Denegación de justicia y derechos constitucionales; persecución y cárcel a voces críticas y disidentes al régimen; prevalencia de un clima de inseguridad y violencia; devaluación de la moneda, escasez e inflación incontrolada…

La imposición de todo un sistema rojo-rojito, que pone el acento en la demagogia y el populismo , el engaño, la manipulación, el derroche y la corrupción por encima de la verdad, la razón, la justicia, las leyes, la democratización del poder, la ética y los principios de la honradez, la responsabilidad, amor por el trabajo y por el país.

Lo más actual: el llamado “Paquetazo rojo” que ha enardecido a todos los sectores sociales, por el efecto destructivos sobre los bolsillos de los más pobres y la clase media venezolana (exceptuando a la boliburguesía y élite cívico- militar que se han enriquecido hasta más no poder).

Es el testimonio indiscutible de que estamos en presencia de un proceso socio-político engañoso que nos lleva directo al precipicio. Y sobre todo por la conducta entreguista de esta minoría autocrática “criolla”, ante los planes estratégicos de dominación del régimen cubano, liderados por Fidel y Raúl. Unos auténticos “dinosaurios” en esta etapa civilizatoria de la postmodernidad universal, de esperanzado bienestar, progreso y futuro de libertad y democracia para todos.



domingo, 17 de febrero de 2013

“PAQUETAZO ROJO” CONTEMPLA LA REPRESIÓN FASCISTA

El “castro-chavismo” (Proyecto Venecuba) calcula todos sus pasos mediante planes bien elaborados. El “Paquetazo Rojo” no ha sido la excepción. Ellos sabían de antemano que los venezolanos reaccionaríamos ante ese tsunami económico-social con el nuevo régimen cambiario, la escasez insoportable de productos básicos y el disparo endemoniado del costo de la vida. El uso del “garrote vil” es el “Plan B” para tratar de silenciar a la disidencia democrática y al ciudadano común. El empleo, pues, de los procedimientos represivos castro-chavista-fascistas.

Lo que hoy estamos padeciendo los venezolanos son los resultados de pésimas políticas públicas rojas-rojitas. El despilfarro de los recursos petroleros. La “regaladera” a diestra y siniestra a otros países de la riqueza nacional. La corrupción galopante. El clientelismo partidista grosero. El paternalismo de Estado sin evaluaciones ni control. El endeudamiento sideral con los chinos. Y sobre todo, por el peso negativo gigantesco de las políticas de importaciones, por la ruina del sector productivo nacional ante las medidas “gobierneras” de expropiaciones, hostigamiento y persecuciones de toda índole.

El régimen monárquico cubano ha puesto en práctica todo tipo de procedimientos represivos- fascistas por más de 50 años y no han podido silenciar, por ejemplo, a las “Damas de Blanco”, quienes diariamente expresan su descontento en las calles de esta isla, férreamente controlada por esos dinosaurios “militaristas” representados por el castrismo.

Chávez, Maduro, Diosdado, Jaua y Ramírez, asumiendo una conducta increíblemente entreguista de la soberanía nacional y riqueza petrolera, han decidido plegarse a los dictámenes políticos de estos autócratas del atraso más abismal. Por eso, por decisión de éstos, mantienen en prisión al Gral Baduel, a la Exjueza Maria Afiuni o a un Simonovis, pese a su grave estado de salud.

O para imponer al “Paquetazo Rojo” reprimen a los estudiantes y a periodistas (sólo cubrían los hechos) que protestaban a las puertas de la Embajada de Cuba, para exigir respeto a la soberanía nacional y por que se aclare, de una vez por todas, el vacío de poder ante la ausencia prolongada de Chávez. O abren procedimientos cuestionables a Leopoldo López y a su madre, por supuestas irregularidades del ayer. O las amenazas de Maduro públicamente con radicalizar las acciones represivas, contra quienes osemos disentir.

Desde ya le decimos que no podrán apagar el incendio de la rebeldía que se extiende a lo largo y ancho de la geografía nacional contra el “Paquetazo Rojo. Tampoco Los venezolanos aceptaremos más esa conducta entreguista de la “élite chavecista” ante el régimen del castrismo-fascista. Pueden, entonces, a empezar a construir sus “campos de concentración” para que nos encarcelen a millones de nacionales que disentimos abiertamente de sus políticas, abusos y desafueros.

Así como escribió Levi P: en los campos de concentración los hombres, por su naturaleza social, son capaces de convertirse en seres invencibles.





sábado, 16 de febrero de 2013

IDEOLOGÍA DEL “PAQUETAZO ”

Las recientes medidas económicas (o “paquetazo”, según la denominación popular) adoptadas por los amos del poder en Venezuela (entiéndase los actores del Proyecto Venecuba), vienen a atizar un interesante debate sobre el sustento ideológico del referido “paquetazo”. Este último encierra elementos sumamente contradictorios o de antagonismos ideo-históricos entre el paradigma del sistema “capitalista” y del “socialista”, en el contexto del llamado “proceso revolucionario” que se adelanta hoy día en Venezuela.

En varios de mis artículos de opinión, me he identificado con la tesis de que Venezuela viene transitando por el paradigma de un incipiente “Capitalismo de Estado”, con una mezcla de “populismo”, “militarismo” y “caudillismo-autocrático”. Cuya base material de sustentación se encuentra en el manejo desproporcionado y sin control alguno del “Oro Negro” o “Excremento del Diablo”.

Se constituyó de una “nueva clase burguesa emergente” (boliburguesía), cuyos capitales y privilegios acumulados, a la sombra del Estado, se pierden en la infinita red de mafias y corruptelas de toda laya, en lo interno del país o más allá de la frontera nacional. Y en el otro extremo de la pirámide social, los descamisados de siempre, los parias de la sociedad, cargando sobre sus hombros el peso enorme de las calamidades socio-económicas cotidianas de la pobreza estructural, incluyendo a los “paquetazos económicos”.

Venezuela actualmente vive una doble condición de país dependiente. Por un lado, cumpliendo el rol de eslabón asignado (proveedor de petróleo) para el funcionamiento adecuado de las grandes potencias imperiales industriales y tecnomilitares (llámese EEUU, Rusia o China). Y ante el régimen cubano, por esas volteretas de la historia, de suministrarle las directrices políticas permanentemente a cambio de cuantiosos subsidios y donaciones, provenientes del negocio petrolero.

Esa relación de doble dependencia es sin duda muy contradictoria, pero a su vez, cumple con los objetivos de satisfacer los intereses de los países involucrados. En consecuencia se reproduce en el colectivo nacional los intereses ideológicos del “capitalismo imperial” y también del “socialismo autocrático cubano-chavecista”.

Por eso el “paquetazo” anunciado (devaluación cambiaria de la moneda nacional ante el dólar, ajuste inflacionario hacia arriba de los precios de los productos, bienes y servicios y; en proyección ajuste precios de la gasolina, aumento de impuestos...) redundará en beneficio de estos dos contradictorios modelos ideopolíticos y económicos en pugna histórica. Siendo el país nacional el abrumadoramente perjudicado en sus intereses integrales.

Una “falsa conciencia” hoy atormenta a amplios sectores de la población venezolana, que pareciera pasar por alto lo que ocurre en su entorno. O peor aún está presente un manto perverso de alienación que nos está limitando ver, como decía Antonio Machado, “las cosas como son”.

¡Romper estas cadenas de la dependencia y alienación ideológica es una tarea de vital importancia, para poder volar por los cielos de la libertad y la auténtica democracia!

jueves, 14 de febrero de 2013

¿AMOR POR VENEZUELA?

Infinidades de estudios, evocaciones de escritores y poetas dan cuenta de la belleza paisajística; riqueza hídrica, fauna y flora diversa; de la codicia que despierta en otras latitudes las fabulosas riquezas petroleras, minerales preciosos y estratégicos de toda índole que se encuentra en las entrañas de esta hermosa Patria. De su territorio envidiable de selva mágica, montañas, sabanas e inmensas fronteras.

De esa enorme riqueza étnica y variedad multicultural de la población nacional. Del legado de una historia de próceres que lo dieron todo por alcanzar la libertad e independencia ante aquella España del ayer. De la existencia de una increíble gama de tradiciones, costumbres, valores, comportamientos y especificidades culturales que sintetizan en su conjunto al ser nacional; deja la huella imborrable ante el mundo y la historia de lo que somos los nacionales.

Uno siente que el amor por el país se pierde en la infinidad de la red de intereses de colectivos e individualidades, que quizás como afirma el escritor José Saramago: “creo que nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos. Ciegos que ven, ciegos que, viendo no ven”. Es decir que, queramos o no entenderlo, vivimos una crisis nacional interminable, estructural e histórica. Y la capacidad de reacción para luchar para enfrentarla no se le ve la costura de la emoción, amor y de la razón comprendida. O quizás el régimen autocrático que domina a placer todos los poderes públicos e instituciones del Estado venezolano, está avanzando mucho en enseñar los dientes de la represión, el hostigamiento y la cárcel contra quiénes osen discrepar de sus entuertos inadmisibles y corruptelas de toda laya.

Pero la literatura universal nos narra de cómo el ser humano en los momentos más difíciles de su vida, además de ser capaz de expresar los sentimientos más nobles de solidaridad y de amor hacia los demás, puede impregnarse de un espíritu invencible para derrotar a la adversidad, a los regímenes fascistas por ejemplo, cuyos métodos atroces y de crueldad endemoniada sembraron el terror, la ruina y la muerte de millones y millones de seres humanos, en especial en aquellos países de la Europa del ayer. Y la misma historia de Venezuela narra aquellos episodios épicos del pueblo y su vanguardia esclarecida, para darnos luces de sabiduría de cómo lograron que “mordieran el polvo de la derrota” las huestes sanguinarias de las dictaduras “militaristas” de un Juan Vicente Gómez o un Marcos Pérez Jiménez.

Ya sabemos que la “élite de poder” en Venezuela no siente amor alguno por el país y su gente, que sus amoríos se inclinan hacia la monarquía cubana y hacia todos aquellos paradigmas del despotismo más rancio en el planeta. Una mezcla de “menestrón ideológico” con intereses egoístas, divisionistas, bastardos y subalternos mantienen a la nación entera en el más completo atraso, subdesarrollo y pobreza.

¡Sólo embriagándonos con un gran sentimiento de amor por Venezuela y una irreductible voluntad de cambio podrá hacer posible lo que hoy parece imposible! ¡Hay que mirarnos en el espejo!

miércoles, 13 de febrero de 2013

EL “PAQUETAZO” ROJO NEOLIBERAL

En Venezuela ya ni el contenido de las novelas de García Márquez de puro realismo-mágico supera lo que ocurre en el acontecer sociopolítico diario. Y cómo corolario, los días de carnaval han sido seleccionados por los amos del poder castro-chavista del país para superar con creces los aludidos escritos del Nobel de la Literatura Universal. Así nada más y nada menos que un “Paquetazo Rojo” de neto corte del odiado capitalismo neoliberal, con medidas económicas, que afectarán duramente a todo el colectivo nacional, pero en especial a la clase media y pobres de la nación; ha hecho que rueden por los suelos las máscaras de los dinosaurios políticos de la paradójica “revolución socialista”.

La devaluación de la moneda, con el anuncio oficial del dólar cambiario de 4:30 a 6:30 es la “crónica de una muerte anunciada”, porque forma parte de los severos coletazos de una economía con alta concentración del poder en manos del Estado y de una voraz élite de la denominada boliburguesía, que amasa una gigantesca masa de capitales y privilegios de toda índole en sus manos, dejando a los sempiternos condenados de la tierra, al sufrimiento de las calamidades socio-económicas que encierra las condiciones de pertenecer a la luciferina pobreza estructural.

Los cálculos de los analistas y dirigencia social es de que, a partir de ahora con dichas medidas, los asalariados estarían perdiendo un 47% del valor de su salario integral y de sus prestaciones sociales, porque se dispararán, aún más, por los cielos la escasez y los precios de los productos, bienes y servicios, que como es sabido por todos, éstos son importados en un 80% de otros países. 14 años han pasado de las promesas de la “revolución bonita” por una Venezuela independiente, próspera y productiva. Y los resultados han sido todo lo contrario: un Estado-nación cada día más dependiente, improductivo, clientelar, derrochador, corrupto y la prosperidad ha sido para las minorías que han ostentado el poder.

Cualquier estudioso y observador podrá darse cuenta de que el impacto de estos “Paquetazos Rojos” son similares entre la Cuba del régimen autocrático de allá y el de acá: en la isla millones de cubanos fueron echados a la calle de las nóminas del Estado y hoy sufren los severos impactos de la escasez y la inflación. Subsisten por las subsidios y regalías del papá-Estado–petrolero-chavista. Ya en Venezuela, antes del “Paquetazo”, miles de trabajadores públicos fueron despedidos sin ton ni son. La escasez y la alta inflación ya venían demoliendo la paciencia y bolsillos de las personas de menores recursos. Hoy con los anuncios económicos del referido “Paquetazo Rojito” la situación para las mayorías nacionales lucen desbastadoras.

La calle, al parecer, es el escenario ideal para hacer retroceder estas políticas hambreadoras y de profundización del sufrimiento social de los que menos tienen. Es deber ineludible de la disidencia democrática acompañar al pueblo en esta terrible encrucijada. ¡El Cese a los despidos y exigir un aumento de sueldos y salarios debería ser desde ya una consigna!


jueves, 7 de febrero de 2013

EL JUEGO MAQUIAVÉLICO ROJO-ROJITO

Sí para algo le servido al dúo de usurpadores del poder autocrático en Venezuela, los frecuentes viajes a la Cuba de la dictadura de los Castro; ha sido para que se caletreen como loros las recetas políticas, que les ha permitido a éstos su permanencia en el poder por más de 50 años en esa isla del atraso y la pobreza.
Venezuela tiene una realidad distinta a la cubana, pero por ensayo-error, los amos del poder están dando rienda suelta también a experimentos socio-políticos en un país que, por su riqueza petrolera, es codiciado por los líderes del fracasado paradigma del “socialismo real”. Por eso el mismísimo Chávez cuando recibía su adoctrinamiento con los Castro sobre el particular, no cesaba de hablar en los repetitivos “Alo” y cadenas nacionales mediáticas, de la fulana “estrategia perfecta”.

Esa estrategia oficialista lo que trata es la de de potenciar sus fuerzas (con el uso descarado de los petrodólares y recursos del Estado) para colocarse constantemente en la ofensiva política y lograr efectos negativos importantes en el seno de las fuerzas opositoras en aras de debilitarlas, desunirlas, inmovilizarlas y desmoralizarlas. Aferrados, pues, a las enseñanzas de Maquiavelo, Mussolini, Hitler o un Pinochet; la élite “castro-chavecista” de poder no ha escatimado esfuerzos y escrúpulos para utilizar medios absolutamente deleznables, ilícitos e inaceptables éticamente. En el contexto paradójico de una República que se autodefine teóricamente con valores y principios, defensora de los derechos de ley, la justicia y la participación democrática de los ciudadanos.

La concepción fascista-militarista del uso del Estado y el apego interesado de esa cuasi-religión por Chávez; despojan a los poderes públicos de su necesaria independencia y ha generado un clima de anomia, en el cual hasta los grupos violentos del lado del gobierno, ejecutan (con total impunidad) acciones de “terrorismo” en universidades, hacia medios de comunicación social, sindicatos y en los espacios socio-políticos, adónde la oposición realiza sus actividades normales de proselitismo o acciones cívicas inherentes a la beligerancia política contemplados en los códigos de ley.

De esta manera la Asamblea Nacional, que debería ser un foro político por excelencia, direccionado a crear leyes de consenso para beneficiar a los ciudadanos y al país; o para ejercer acciones contraloras para un excelente manejo de los recursos del Estado; hoy por hoy, es un instrumento para la venganza, el ejercicio del sectarismo más rancio y para tratar de “liquidar políticamente” a adversarios. Por eso el “castro-chavecismo” promueve juicios amañados o la compra descarada de votos de diputados disidentes, mediante el concurso de los petrodólares mal habidos. Planean cambiar – por esa vía espuria- la correlación de fuerzas en el parlamento y lograr una mayoría calificada de las 2/3 partes. Y así designar, sin negociaciones con la oposición, a las representaciones de los poderes públicos ante el CNE, TSJ y Contraloría General de la República. La aplicación, pues, del paradigma del totalitarismo “castro-chavista” en su más pura expresión.

El país nacional vive momentos aciagos, un eclipse total desdibuja por ahora la presencia soñada de una Venezuela moderna, justa, democrática y de bienestar para todos. La resistencia pacífica, pero firme de los ciudadanos y las fuerzas disidentes, es el único camino de ver, al final de un largo recorrido, la luz brillante del sol de futuro. ¡A continuar la lucha y a vencer!




domingo, 3 de febrero de 2013

TODO PARA EL ESTADO, NADA FUERA DEL ESTADO

La frase del título de este escrito debe sonarle muy familiar a cubanos y venezolanos en estos tiempos, luego de observar la praxis política y haber escuchado los repetitivos discursos de un Fidel, Raúl o un Chávez o, por las acciones cotidianas de esas malas copias de los delfines más connotados de este último, un Maduro o un Diosdado. Pero dicha frase histórica pertenece, en su exacto contenido original, nada menos que a una de las grandes figuras de la concepción de la ideología del totalitarismo, Mussolini.

Y posteriormente fue desarrollada por otros clásicos del pensamiento único, partido único, un líder mesiánico único y sobre todo en el ejercicio de un control absoluto sobre el Estado y la sociedad (mediante la represión, engañifa “populista” y propagandística) cómo lo fueron Hitler, Stalin…o el mismo Pinochet (sólo para nombrar a algunos). ¿Quién, entonces, a estas alturas de este juego maquiavélico puede dudar de la direccionalidad y perfil totalitario del llamado “proceso castro-chavista” en Venezuela? Yo diría: los incondicionales, los incautos, los ignorantes y los desinformados.

Tampoco deja de ser interesante otras características de este modelo ideopolítico del totalitarismo: la concepción “militarista”, donde la autoridad es ejercida de manera jerárquica, de disciplina obediencial y lealtad absoluta al líder supremo. El desconcierto y confusión que reina hoy en Venezuela, especialmente en las filas del PSUV y del Estado, que funciona como un todo único, es porque le está faltando uno de sus componentes esenciales, el Gran Líder, el cual se encuentra con graves problemas de salud en la Cuba de los Castro.

Pero esa organización totalitaria, con Chávez en el ejercicio del poder del Estado, venía cumpliendo con rigurosidad prusiana sus objetivos estratégicos en los ámbitos de alta concentración de poder económico, de poder institucional, sin divisiones; expansión geopolítica externa e interna (recordar de esta última la Geometría del Poder); misiones sociales populistas (poder de masas y comunal); segregación y desconocimiento derechos hacia opositores, críticos y disidentes (incluyendo gremios y sindicatos. Estigmatizados todos como una especie de “judíos criollos”) y; la atosigante propaganda “gobiernera” para intentar cambiar verdades por mentiras; y pare usted de contar.

Aunque luzca paradójico lo que en esos regímenes se presentan como fortalezas, es también en esencia su debilidad, porque rebasan las fronteras con un estado supuestamente super-poderoso y un líder invencible. Todos los autócratas señalados cayeron por decisión protagónica de los pueblos. Y los casos de los regímenes totalitarios -cubano y venezolano- ya, hoy por hoy, presentan graves fisuras, sobre todo este último, por los graves desequilibrios políticos, institucionales y de la economía, que tendrá un gran impacto en lo social, con incremento exponencial del descontento popular.

Por ello, cómo lo afirma el sociólogo Tulio Ramírez: “La voluntad y la imaginación política serán único brazo posible y realista para salir de esta tenaza malandra ahora que la ausencia del Gran Presdigitador anuncia una nueva era…”


sábado, 2 de febrero de 2013

TRABAJADORES EN RODADA AL INFIERNO ROJITO

La masa trabajadora venezolana sufre hoy el peor desengaño en toda la historia de su lucha por reivindicaciones laborales, sociales y políticas. El “lobo feroz” del “chavecismo-militarista-autocrático” no ha podido, ni con el disfraz de “caperucita roja”, disimular con el maquillaje del engaño y manipulación su verdadera naturaleza social: anti-proletaria y negadora de derechos conquistados con sangre, sudor y lágrimas. A años luz quedó el prometido paraíso terrenal para los parias explotados por el dizque “monstruo del capitalismo”. El denominado “Socialismo del Siglo XXI” ha resultado peor. Los resultados tangibles de la teoría utópica de Marx, deprimieron hasta su espíritu que vaga por la eternidad.

Tirios y troyanos (llámense federaciones, sindicatos o dirigentes obreros de base de la disidencia o del oficialismo) se han encargado de denunciar hasta el cansancio los avatares que padecen ante las políticas y acciones anti-trabajadores de la élite que gobierna y del funcionariado que administra a las empresas del Estado e instituciones públicas.

Los testimonios están a la vista, Marcela Máspero, coordinadora nacional de Unete, quién comulga con el “proceso” ha dejado al desnudo la calificación de despidos y atropellos en contra de líderes emblemáticos de la lucha sindical, que suman –dijo-más de quinientos en todo el país (Orlando Chirino, Lara; Luis Chaparro Anzoátegui; Luis Rodríguez, Distrito Capital y Miranda; Alexander Luzardo, entre otros); y en contra de humildes trabajadores del sector eléctrico, Cantv y Movilnet.

Así mismo, Rubén González (Secretario General del Sindicato de Ferrominera, disidente de la gestión castro-chavista) ha insistido en sus denuncias ante la aplicación de acciones de “terrorismo de estado” en contra de los miembros de esa directiva sindical. En general, dirigentes sindicales y líderes obreros de todo el país y, en específico de las principales Empresas Básicas de Guayana, viven pues, el infierno de las represalias, encarcelamientos, hostigamiento y de procedimientos judiciales malévolos por parte de los entes que administran la “justicia chavecista”. Tratan de silenciarlos y desmovilizarlos como sea. Métodos de las más pura cepas fascistas son aplicados con saña a estos dirigentes y masa trabajadora por parte de conspicuos personajes de la mal llamada “revolución bonita”.

La estructura de poder para beneficio de las élites que usufructúa la riqueza nacional continúa intacta, en desmedro de las mayorías nacionales. La hoy -boliburguesía “pudrimillonaria” y sus bufones del poder del estado-, con máscaras de “revolucionarios, antiimperialistas y socialistas”, han dejado caer casi todo el peso de la crisis de la República en manos de los trabajadores. Pero que, para cualquier avisado observador o ante los ojos del mundo, está a la vista de todos las políticas entreguistas oficialistas al troglodita régimen castro-cubano, el endeudamiento grosero y abismal con China, la corrupción, ineficiencia, derroche y la firma de convenios chimbos con gobiernos de países que se aprovechan del “estiércol del diablo”.

La lucha organizada y permanente de los trabajadores en diferentes formas, junto a las comunidades oprimidas, será el antídoto o muro de contención para que los verdaderos traidores no se salgan con la suya. ¡Luchar y vencer es la consigna!