lunes, 6 de diciembre de 2010

RADICALIZACIÓN POPULISTA Y DEMAGÓGICA

Atrapado y sin una salida clara en el horizonte electoral para el 2012, Esteban opta por radicalizar su discurso y tomar algunas medidas populistas y demagógicas que le permitan mantener la conexión emocional con importantes sectores populares y de los estratos medios del país. Por esa razón, aprovechándose de la tragedia humana por la cual atraviesa los nacionales más afectados por las vaguadas, echa mano a las conductas más insólitas e irresponsables al tomar sin ton ni son -hoteles y apartamentos- que encuentra a su paso, lo cual incita al recuerdo de los colectivos al Robín Hood de las películas del ayer.

Esteban, sin duda con estos actos populistas y demagógicos, pretende tapar los tumores cancerígenos de una gestión gubernamental, que a la luz del General e ideólogo del PSUV hoy fallecido, Alberto Müller Rojas, no dudo en calificarla públicamente de “pésima”. En aquél impactante acto de mea culpa, que parafraseando el dicho popular, era la confesión con su respectivo relevo de pruebas. Y tenía sobrada razón el General, porque a 12 años de gestión dizque “socialista” y “revolucionaria”, lo que cualquier mundano observa es una país destruido en el ámbito económico, social, político, institucional, servicios públicos, infraestructura física moral y ética.

El populismo y la demagogia van juntos, están íntimamente asociados a destruir valores y estructuras democráticos consolidadas en el seno de la sociedad venezolana.. Pero su trasfondo es la perpetuación en el poder de la figura de un caudillo como Esteban, quien amparado en su innegable carisma personal, ha utilizado los fueros del poder centralista con fines inconfesables, pero que se traducido en el desmantelamiento de los poderes nacionales autónomos y la manipulación mediática ideologizada de que se vive en “socialismo” y “revolución”, cuando la realidad es que la pobreza se consolida como una maldición bíblica y el desarrollo integral del país se esfuma como las espumas en el mar.

El huésped de Miraflores combina con una habilidad que genera envidia, incluso entre los miembros de la élite que lo rodea, la consolidación de un liderazgo “militaroide" y populista a lo interno del país y fuera de las fronteras, para lo cual no escatima esfuerzos en el uso desmedido de los petrodólares, con el atrevimiento absolutamente irresponsable de cambiar por algunos dólares los barriles de petróleo a futuro o, la de fortalecer el estrato clientelar cívico-militar a su servicio.

Sí somos rigurosos a la hora de mirar en retrospectiva y ahora en el presente los procesos de liderazgos populistas y demagógicos en Venezuela, tendríamos que concluir con los matices diferenciadores, que los mismos le han hecho un grave daño a la república, porque como las inundaciones profundizan los males sociales reflejados en la pobreza estructural y; en consecuencia están prestos a explosionar como los volcanes naturales que azotan al planeta.
En tal sentido, desenmascarar y luchar contra estas concepciones distorsionadas de la política se convierte en una tarea urgente de la conciencia y decencia ciudadana.

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