martes, 16 de julio de 2013

El DRAGÓN DE LA CORRUPCIÓN ROJA

El contenido del discurso retórico anti-corrupción del caudillo fallecido sólo ha servido para adornar los actos pomposos de sus más incondicionales delfines, que como loros enfermizos repiten hasta más no poder las consignas de la engañifa, que son dirigidos si miramiento alguno, hacia los millones de sedientos nacionales de justicia y redención social. Esa verdad está allí inobjetable, cuando se hurga en el estiércol de la podredumbre moral y se caen a pedazos por el suelo las máscaras que esconden los rostros del Sodoma y Gomorra de la picaresca criolla de la élite cívico-militar, que ejerce con placer inaudito ese férreo poder absolutista y autocrático en la actual Venezuela contemporánea.

Ni a tirios ni a troyanos parecieran importarles el hundimiento inexorable de la República y quizás por el hastío de tantos casos presentados ante las Luisas de la bizarra moral, ya ni siquiera causan el mínimo escozor en la piel blindada de ese dragón estatal de la corrupción roja-rojita. Tampoco las salvajes olas de los tsunamis de Aponte-Aponte, Pudreval, Fondo de los Jubilados y Pensionados de Pdvsa, Fondo Chino, Bandes o, los juegos perversos con los dólares de Cadivi, Sitme y Sicad para hacer millonarios una minoría de pillos mafiosos, en desmedro de las mayorías empobrecidas; han estremecido los cimientos de esta nación de la gloriosa herencia de “Moral y Luces” de El Libertador, para alumbrarnos el camino en la construcción de una verdadera y libertaria República.

La ira del pueblo, como el Dios Zeus de la mitología griega, todavía guarda en sus adentros el luto por la muerte de la moral y la ética pública en manos del despotismo rojo, pero llegará el momento y la hora de descargar con furia la espada de la justicia, como aquellas rebeliones históricas de los otrora condenados de la tierra para hacer de lo imposible lo posible, dando al traste hasta con el fuego de la muerte de los fusiles, adquiridos con las monedas de la traición al pueblo por los balancines del “oro negro”, hacia aquellos mercados extranjeros de los convenios leoninos firmados con chinos, rusos, bielorrusos o cubanos.

Mientras tantos como los dioses del futuro y la sabiduría o, los Sócrates de la dialéctica del conocimiento, estudiantes y profesores de las universidades autónomas venezolanas; no se rinden ante el clima nacional de inmoralidad reinante y ante las amenazas, represión y cárcel impuesta por los que se rebelan contra la “muerte a la inteligencia” por el “dragón rojo”; cuando se les niegan los recursos presupuestarios necesarios para el funcionamiento idóneo de estas casas de estudios.

Sin duda, se trata de la imposición a “sangre y fuego” de una ideología única más bien “contrarrevolucionaria”, cuya sepultura se realizó hace tiempo con los mismos escombros dejados por el derrumbe estrepitoso del “Muro de Berlín”, del luciferino “socialismo estalinista”; ese que adoptó el difunto, pero que a ciegas lo siguen los lamebotas incondicionales de este “militarismo” ramplón y corrupto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario