domingo, 3 de agosto de 2014

¿DERECHO A LA SALUD EN COMA?

Es grave que los venezolanos nos habituemos a no reclamar nuestros derechos y más aún sí se trata del derecho a la salud claramente definido en la vigente Constitución Nacional, en la cual establece que el Estado está obligado a ser garante del cumplimiento de éste, porque está asociado íntimamente a promover y proteger el derecho a la vida de los nacionales. El deterioro y violación de este derecho social es evidente y es el espejo de la grave crisis nacional por la cual atraviesa el país y, sin duda, del mismísimo modelo socio-político totalitario rojo que se ha querido imponer desde 1999 hasta nuestros días.

La defenestración del proceso de descentralización en materia de salud, la dualidad gerencial, presupuestaria y toma de decisiones entre el sistema de atención institucional manejado por los cubanos (Barrio Adentro I y II) por un lado y por otro los venezolanos (hospitales), ha sido una contradicción estructural insalvable. Y dónde ha quedado en entredicho -por cierto- la soberanía nacional. Amén de que la concepción médico-asistencial sigue privando, por encima de la Promoción, Educación Para la Salud y lo Preventivo. El rol de participación y de control ciudadano se quedó en meras consignas para los actos “oficialistas” de ocasión o de formas solapadas para abultar el clientelismo del Psuv y de procesos de adoctrinamiento ideo-político sobre el pensamiento único.

La retórica repetitiva “anti-neoliberal” de los “gobierneros” rojo rojitos se convirtió en una tontería politiquera ante la realidad cruel, perversa, miserable y criminal del “Paquetazo” impulsado por el castro-chavo-madurismo, el cual pulverizó a grado sumo la calidad de vida de los nacionales, especialmente en materia de salud. Las devaluaciones sucesivas de la moneda nacional con respecto al dólar, la casi bancarrota financiera, el derroche, la ineficiencia, el deterioro de los salarios y la corrupción…han sido caldo de cultivo para el ahondamiento de la crisis en el sector, porque se minimizó la capacidad resolutiva del sistema de salud ante la centralización totalitaria, dualidad institucional (cubana- venezolana) y la creciente demanda de atención en los diferentes niveles por falta de fármacos, equipos, insumos, deterioro de la infraestructura, déficit de recursos humanos, deudas y bajos salario y, la infernal e insoportable inseguridad hasta en las salas de cirugías y hospitalización.

El modelo sociopolítico procubano fracasó en Venezuela y el sistema de salud actual ha sido una de sus víctimas. Paradójicamente las brechas sociales en el seno de la población no disminuyeron, muy por el contrario, se ensancharon. Los pobres ahora, son más pobres. El acceso a la red de atención en salud lo logran después de largas colas y citas que se prolongan en el tiempo. Y aun así cuando lo logran (después de ruleteos) no pueden adquirir las medicinas, porque no hay (escasez) o porque los costos son realmente abismales (hiperinflación). ¡Hasta la vida de todos está en juego! ¡O luchamos o pereceremos! ¡Dictadura o democracia!







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