jueves, 10 de diciembre de 2015

¿DIÁLOGO, RENUNCIA O REVOCATORIO?

Venezuela está atravesando por una situación realmente dramática en el campo económico, social, político, institucional y ético; sí colocamos los oídos en la calle, las encuestas de opinión y de los mejores analistas nacionales e internacionales sobre estos temas. Lo cual, sin duda, nos conduce a analizar y hacer reflexiones dirigidas a dar respuestas y posibles orientaciones ante el descalabro del modelo totalitario castro-chavo-madurista en el país y, al papel estelar positivo que podría asumir la triunfante oposición democrática venezolana.

Con respecto a la direccionalidad estratégica del diálogo, ésta se encuentra con el muro infranqueable (hasta ahora) que colocan los protagonistas del fracaso (Maduro, Diosdado y otros). Cuyo fundamentalismo ideopolítico y dogmatismo, está impidiendo la aplicación de cualquier mecanismo de diálogo que permita llegar a acuerdos, pese al disenso doctrinario. O mejor, están tan metidos en el lodo de tantos desafueros, corruptelas y compromisos con los turbios intereses inter-castas de poder que, al parecer, están decididos en atrincherarse en los pocos espacios de maniobras politiqueras que les quedan ¿por ejemplo, con los posibles nombramientos apresurados de magistrados incondicionales en el TSJ?)

Por eso, sin rubor alguno, Maduro, gritó histérico: “No aceptaré ley de amnistía alguna u otra ley proveniente de la derecha apátrida”. Y de seguidas, direcciona sus ataques, en contra de los trabajadores y gente de a pie (¿”malagradecidos”?) que votó en contra de su desastroso proyecto de la escasez, hiperinflación, violencia e inseguridad, quiebra de empresas y comercios, desempleo, represión y cárcel contra disidentes y ciudadanos críticos; corrupción y mafias de toda laya (incluyendo las del narcotráfico) e, ineptitud gerencial en su máxima expresión. Maduro, incluso, ante el mandato de las mayorías nacionales (112 diputados opositores vs 51 del oficialismo) y recomendaciones de varios gobiernos del mundo (hasta Rusia y China) e instancias internacionales para la convocatoria al diálogo con la oposición; sigue dando la espalda y de no escuchar a nadie. ¡Ciego, sordo y soberbio!

Desde sectores de la oposición, ciudadanos activos y del propio seno del Psuv (cómo una opción salomónica), le está pidiendo que renuncie y que deje el campo libre a una salida política e institucional pacífica, constitucional y democrática. Sería, sin duda, una salida honrosa, digna y menos costosa para los supremos intereses del país. Se evitaría un cuadro complejo de enfrentamientos inútiles y hasta de posibles escenarios de violencia sociopolítica desenfrenada. Preservaría el Psuv, en gran medida su fuerza política (42%, según lo que arrojó las elecciones parlamentarias) y daría pie a un proceso de reconstrucción de sus praxis sociopolítica ante el país. A vuelo de pájaro, sería la opción menos dramática. No obstante, para Maduro y Diosdado que se arropan con los mantos de tiranos y cierto poder de las bayonetas, para preservar el poder y privilegios “como sea”, esta salida les parece lejana y no se encuentra entre sus opciones y, mucho menos entre los narco-soles (¿y a los Castros sí?)

El revocatorio (como lo establece la Constitución Nacional) pareciera ser la salida más compleja y producto de un largo proceso sociopolítico y socio-institucional, que las mayorías desesperadas y agobiadas por los padecimientos socio-económicos no estarían dispuestas (por ahora a esperar), so pena se repita otro “Caracazo” o gigantescos tsunamis sociales que lo arrasen todo y, cunda más aún el caos y la anarquía prevalente en esta Venezuela tormentosa del presente. ¿Caldo de cultivo, entonces, para una salida “gorila-militar”, con el cuento de imponer el orden? ¿Usted, amigo, qué opina?

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