sábado, 12 de enero de 2013

SUCESIÓN NEOCOLONIAL EN TIEMPOS DE “REVOLUCIÓN”

Jamás pensamos los venezolanos que el pasado 10E en ese transcurrir de la vida, empantanada por la pobreza de siempre y su secuela de sufrimientos humanos en el seno de una mayoría de los nacionales; nos pasaría lo mismo que a Gregorio Samsa, el personaje central de ese cuento magistral: “La Metamorfosis” de Franz Kafka, que asociando las metáforas para el caso que nos ocupa, el insecto monstruoso sería el neocolonialismo del castrismo cubano rojito en tierra venezolano, como el encargado de despojarnos de la independentista política, legada por los próceres libertarios del ayer.

Así mismo, como Gregorio Samsa, estamos atrapados en esa habitación de las pesadillas oscuras, entre los lazos del neocolonialismo mencionado y la autocracia del régimen “chavecista” que controla todos los resortes del poder del Estado. Y porque una porción importante de la sociedad no termina de despertar ante los llamados de defensa de la dignidad nacional por miedo, por el peso específico de la sobrevivencia social o porque debe haber sucumbido ante la avasallante campaña mediática distorsionadora del oficialismo.

Los graves trastornos de salud del Comandante en jefe de este proceso, éste por demás contradictorio e inaceptable por la involución que sufre el país en todos los órdenes y por los últimos acontecimientos de emplazamientos de sucesión al poder violatorios de ley. Guardando las distancias en tiempo y espacio, nos emplaza a sumarnos al coro del Peregrino de la Libertad, Francisco de Miranda, cuando gritó ¡bochinche, bochinche, ésta gente no sabe hacer sino bochinche!, en el marco de sus desavenencias con varios protagonistas del proceso independista ante la Corona Española.

En este contexto de este proceso de neocolonización de Venezuela por el régimen cubano, el factor militar cobra una importancia relevante, por su ubicación estratégica en puestos claves de poder y porque –incluso- la mayoría de la gobernaciones del país, se encuentran en sus manos. En consecuencia, no es casual que estudios acuciosos (Maritza Montero; 1984)) sobre el comportamiento de la gente y sujetos de poder en los procesos sociopolíticos en diferentes etapas de su historia, conlleva –afirma esta investigadora social- a una “connotación brutal y violenta…y la negación de lo que representan las letras y las artes: el pensamiento abstracto, la creación intelectual, la inteligencia y el ingenio”.

Así, por ejemplo, dice esta académica: “los períodos de dictadura…dan lugar a una nítida autoimagen negativa, la más desvalorizante, que sirve de apoyo a los gobiernos autoritarios y despóticos de los tiranos de turno” Y las concepciones democráticas siempre –argumenta- han introducido la autoimagen positiva.

Sí la razón está de nuestra parte, aunque las condiciones políticas actuales nos resultan adversas, podemos confiar con seguridad que vendrán otros tiempos y otras circunstancias que nos ayudaran a reencontrarnos en el camino de lograr la auténtica independencia política, la democracia, la libertad, el bienestar y progreso para todos. ¡No a la sucesión neocolonial autocrática cubana! ¡A luchar y a vencer!




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