viernes, 23 de agosto de 2013

¿HABILITANTE PARA “INHABILITAR” A DISIDENTES?

No se requieren dos dedos de frente para entender la trampa que se está montando con la aprobación de la cacareada Ley Habilitante planteada por Maduro, Diosdado y su combo de incondicionales. Con el cuento de combatir la corrupción, en un gobierno corrupto por naturaleza social y hasta en los tuétanos, se pretende que la oposición apruebe con sus votos este mamotreto jurídico con pestilente olor a podrido. Es cómo entregarle al verdugo una soga para que a uno mismo lo ahorquen. Es el colmo de la desfachatez y el cinismo de estos campeones del delito, corruptelas, injusticias, violación de derechos humanos y del caos nacional que padece la República en la actualidad.

Es sabido que no cuentan con los votos suficientes para aprobar dicha Ley, pero han dejado entrever que, a la hora de las “chiquitas”, algunos “voticos” comprados con la ejecución artera de procedimientos de claro perfil corrupto, reunirían la suma necesaria para “legitimar” lo que en cualquier sociedad democrática del planeta sería un despropósito inaceptable y delictual. En la acera de los verdugos rojos, aun cuando la procesión va por dentro, ésta es un fiel reflejo del relato de una de las aventuras de Don Quijote, sobre el “maese Pedro y su mono” que, al mostrar sus habilidades, “por cada respuesta de cada pregunta pedía dos reales, y de algunos hacía barato según tomaba el pulso”.

Algunos analistas políticos y de la MUD coinciden en señalar que esta olla de la Habilitante fue preparada minuciosamente en la Cuba de los Castro para controlar los recursos del país y con fines electorales. Amén de acentuar la “cacería de brujas” en contra de los adversarios del régimen. Otro trasfondo es que- Maduro y Diosdado- tratan de evitar de ser controlados por el parlamento y -diría uno- para negar toda acción de contraloría social proveniente de los ciudadanos. Algo así cómo despacharse y darse el vuelto en una gestión que no aguanta una auditoría básica; sí recordamos los más sonados casos de corrupción (maletín de dólares, pudreval, los reyes de la cabilla, fondo de pensiones trabajadores jubilados de Pdvsa, Bandes, Cadivi, el Seniat, Fondo Chino, gobernación de Miranda en la gestión de Cabello; entre otros). Casos en los que aparecen involucrados determinados y conocidos “tiburones rojos” de la élite de poder del Estado, en maridaje con la boliburguesía “pudrimillonaria”.

Pero no todo lo tiene consigo esta autocracia roja, con sabor a los tabacos antillanos de los Castro, porque cómo esas bolas de nieve una gran masa crítica nacional crece cada día más, incluyendo a militantes del proceso que, abiertamente han criticado estos ilícitos y desmanes por la pudrición corrupta que develan varios enchufados rojo rojitos, que en un santiamén vienen lanzando petrodólares por la ventana y acumulando privilegios por doquier. Y así mismo, han cuestionado la propuesta de esta Ley Habilitante, por considerarla lesiva a los derechos ciudadanos y libertades públicas.

Menos mal que una inmensa mayoría de nacionales nos negamos rotundamente a asumir el papel del “maese Pedro y sus monos”, al símil de aquellas aventuras extraordinarias de “Don Quijote de la Mancha”.




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