domingo, 25 de agosto de 2013

¿AHORA SOMOS UNA GRAN MASA DE BUHONEROS?

Por secretismo de Estado o porque las cifras oficiales sobre la población dedicada a la llamada economía informal no gozan de credibilidad, por razones de alteraciones de éstas a los fines de maquillar el rostro de la pobreza y proyectar una imagen interna y externa de una dizque “revolución bonita”; es una quimera saber con mediana exactitud cuántas son las miles y miles de personas (¿millones?) que viven o sobreviven actualmente de esta actividad. Pero las cifras, sin duda de conocerse con la aplicación de técnicas apropiadas y participación de actores idóneos, serían escandalosas. Dejaría, pues, aún más al desnudo la gran farsa de este “gobiernito” procubano.

Lo cierto es que, ya es casi imposible transitar por cualquier avenida, calle o rincón de ciudades o pueblos de Venezuela, adónde no esté congestionado por estos trabajadores informales, cuyas actividades comerciales son muy activas e incluso sobre pasan a ese accionar convencional para romper, en varios casos, con lo lícito por estar conectados a consabidas mafias, que no cesan de aprovecharse del drama humano de las carencias y necesidades socio- económicas de una gran mayoría de excluidos sociales.

Así mismo, la crisis nacional ha hecho crecer a niveles insospechados a esta gran masa buhoneros, de personas que al carecer de un empleo fijo se ven obligados al trabajo informal, que cubre un sinnúmero de actividades que son propias del área de los servicios de la economía nacional. Amén de aquellas personas que con empleo fijo, devengan salarios y beneficios insuficientes o superdevaluados ante la hiperinflación galopante y, se ven obligados a acudir a la “operación rebusque” para subsistir o conservar condiciones de vida básicos.
Verbigracia a que, el Estado como principal empleador, en manos de esta élite de poder inepta y corrupta, acumula deudas incalculables con los trabajadores y ya ni les pago los salarios integrales completos. Es decir, el cacareado paraíso del “Socialismo del Siglo XXI” a favor del “proletariado” se transformó en un verdadero infierno; al contraste de los “pudrimillonarios” y enchufados rojo rojitos, cuya vida ostentosa deja pálidos a los príncipes sauditas del Medio Oriente.

Por supuesto, el panorama descrito de un país de buhoneros, en el cual éstos para desarrollar sus actividades comerciales requieren de la permisología “gobiernera” (sometida está bajo el control partidista rojo rojito), que al sumarlos a los millones que sobreviven pegados a la “teta del Estado”; se convierten, sin duda, en caldo de cultivo para que esta autocracia cuestionada se atornille más de las riendas del poder central, con la venía incondicional de todos los demás “poderes constituidos”.

De allí que, resulta inobjetable, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente como una herramienta oportuna, pacífica y constitucional para dar al traste con este sistema mafioso, ilegítimo, tramposo y corrupto. Y generar condiciones distintas para el impulso de un Proyecto Nacional de País en libertad, democracia, con justicia, igualdad para todos, estado de derecho, economía productiva y ética de trabajo; poderes públicos independientes y claro respeto a la independencia y soberanía nacional.

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