lunes, 29 de noviembre de 2010

EL DENGUE EPIDEMIA Y EL CÓLERA AMENAZA

No sólo los cambios climáticos vienen afectando la salud de los venezolanos, con la presencia de las denominadas enfermedades emergentes y re-emergentes (dengue, malaria, mal de chagas, tuberculosis y otras); sino –en gran medida- la falta de políticas sanitarias específicas y la debilidad de las medidas de vigilancia y control epidemiológico en cada rincón del país. Verbigracia la disminución evidente de la participación comunitaria en los programas preventivos, promoción y de educación para la salud.

Quizás lo anterior se deba a que, por cierto tiempo, el amo del poder de Miraflores designó Ministros de Salud militares, que no tenían la más mínima noción de la complejidad de la problemática de salud en el territorio nacional y mucho menos los conocimientos académicos que les hubiese permitido una idea más o menos clara de cómo abordarlos, una vez conocida su causalidad. Con la improvisación, pues, se ha venido “atendiendo” la salud de los venezolanos. La actual Ministra Sader, quien si tiene experiencia y conoce la materia, tiene entre sus manos un “tizón caliente”, por lo antesdicho.

Una de las críticas más severas a las gestiones en salud, es el ocultamiento de las cifras en materia de morbi-mortalidad y su causalidad patológica, que permite orientar las prioridades y esfuerzos de la gestión en salud en todas las esferas del sistema sanitario, para poder garantizar el derecho constitucional a la vida y salud de los nacionales. No obstante, es evidente a los ojos de todos, la grave epidemia de dengue que padece la población venezolana, donde los esfuerzos realizados palidecen ante la multiplicación de los casos, que no encontraron muro de contención, con suficiente antelación, en sistemas efectivos de vigilancia y control sanitario institucional y comunitario.

Paralelo a lo anterior, es harto conocido la situación por la cual atraviesan los trabajadores de la salud en sus distintos estratos de la estructura de personal (médicos, enfermeras, bioanalistas, odontólogos; empleados administrativos y obreros), que prácticamente tienen tomadas las calles del país reclamando deudas y pagos laborales. E incluso los trabajadores de la simbólica “Misión Adentro” también se sumaron a estas protestas laborales, por las mismas razones señaladas.

En ese contexto, desde Haití, con centenares de casos de una grave epidemia de cólera, el país siente, como la espada de Damocles, la amenaza seria de ser invadida por esta enfermedad, que como sabemos llegó el primer caso, nada más y nada menos que en EEUU, en el estado de Florida.

De manera que, en cualquiera de la peroratas mediáticas que nos tiene acostumbrados el “Gran Timonel de Miraflores” –dirá- en un mea culpa de ocasión, que fue por “descuido” la situación crítica que presenta el añorado Sistema Público Nacional de Salud o, se irá al otro extremo de la retórica repetitiva y de justificación: “la culpa la tiene el imperialismo y los apátridas”. ¡Que Dios nos agarre confesados!

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