lunes, 29 de noviembre de 2010

EL "GORILISMO MILITAR" SE DISFRAZA DE "CAPERUCITA ROJA"

El “gorilismo militar” del ayer, desde las décadas de los 60 y 70, disfrazaba sus intenciones dictatoriales, con la lucha anticomunista; plegados sin duda, a los postulados del poder imperial gringo y sus planes neocoloniales en América Latina. ¿Quién no recuerda las barbaries de corte fascistas de los militares argentinos (Videla), paraguayos (Strossner), bolivianos (Banzer), peruanos (Fujimori) y chilenos (Pinochet)?.

Amparados en las fuerzas de las armas, concedidas para defender la soberanía, la constitución y las leyes de esos países hermanos; llegaron a utilizarlas para despojar a los civiles del poder, con los cuales no tuvieron miramiento alguno a la hora de quitarles la vida, torturarlos con los métodos más crueles, encarcelarlos o pisotearles los derechos humanos más elementales.
Los partidos políticos, los sindicatos, gremios u otras organizaciones de participación ciudadana fueron proscritos y despojados de sus derechos políticos y constitucionales. Todas las ramas de los poderes públicos fueron asaltadas y sus miembros encarcelados o perseguidos. A los trabajadores les arrebataron beneficios laborales, les redujeron los salarios y el desempleo corría por las ciudades y campos como las inundaciones en época de lluvia. Las constituciones nacionales de los países donde se sembró el “gorilismo militar”, fueron reducidas al uso como papel higiénico.

Quizás con el concurso del concepto literario de “Alquimia” de Paulo Coelho, con sus saltos históricos en esta América Latina de hoy, encuentre casos de un “gorilismo militar” con transformaciones importantes, pero sin perder su esencia; disfrazados de “caperucita roja”, como se proyecta en Venezuela ante los ojos de los nacionales y del campo internacional: “anticomunistas” no, “procomunistas; “proimperialistas” no, “anti-imperialistas”; “antidemocráticos” no, “democráticos”. Manipulaciones, engaños y mentiras; se dan pues de la mano en una alquimia perfecta que, en la “Metamorfosis” de Kafka, al “lobo feroz” disfrazada de “caperucita roja”, cuesta descubrirle sus verdaderas intenciones.

Pero, la verdadera naturaleza del “gorilismo militar” en Venezuela está ahí, al desnudo: despojando y marginando a los civiles del verdadero poder político e institucional; cercenando los derechos constitucionales de sindicatos, gremios, partidos políticos y asociaciones civiles; pisoteando los derechos laborales de los trabajadores; reduciendo a la población civil de los derechos sociales más elementales, donde los servicios públicos básicos colapsaron y la seguridad alimentaria y abastecimiento de productos recorre el camino del infierno.

Amén del desempleo que crece como la hierba ante los despidos masivos, producto del despojo de que son objeto las empresas productivas. Paralelo a ello, la delincuencia y la inseguridad desenfrenada, halla su lúgubre tierra abonada en el lumpemproletariado, como en la Francia de ayer, al ser utilizado desde las esferas del poder gubernamental, para la guerra sucia y perpetuación el poder de este “gorilismo” de nuevo cuño.

Por lo analizado, a los venezolanos y a la opinión pública, no debería impactarnos las declaraciones desde lo más alto de la cúspide militar: “Nos casamos con este Proyecto”.

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