martes, 22 de febrero de 2011

¡LOS JÓVENES ENTREGAN SUS VIDAS POR LOS CAMBIOS EN LIBERTAD

Al escuchar las informaciones por los distintos medios de comunicación de que multitudes de jóvenes de países pertenecientes al Medio Oriente marchaban desafiantes por calles y plazas de las grandes ciudades del continente africano o que, en Venezuela la juventud estudiosa, hastiados de no ser escuchados por la élite gobernante de turno, anunciaban abstenerse de ingerir alimentos, hasta tanto no hubiese respuestas ante las exigencias de respeto a la libertad y derechos humanos consagrados en la Constitución Nacional de ese país; un abanico de interrogantes debió colmar el cerebro de quienes se ocupan de hurgar el trasfondo de hechos y fenómenos sociales.

Con el transcurrir de los días fue que apareció el faro de luz hacia aquellos buscadores de respuestas a ese “algo” que estaba ocurriendo, que comenzaba a trascender más allá de las fronteras nacionales; en un ayer donde los pobladores de esas naciones se encontraban agobiados por sistemas de dominación coloniales y neocoloniales, que generaron a su vez, las más variadas formas de injusticias, discriminaciones y explotación, sin parangón en la historia de la humanidad.

Pero después, ayudados por los gritos de libertad, surgieron esas Naciones con paradigmas de haber logrado la independencia nacional, que luego, por los juegos de los trapecios de la historia presente, aparentaba la consolidación de autocracias de distintos signos y complejidades; con castas de gobernantes que han hecho del tiempo ilimitado en el poder su mejor aliado. Así, en el denominado “Club de los Dictadores”, Gaddafi, el gobernante cuestionado y genocida de Libia, se lleva el record con más de 41 años en el poder y en el otro extremo, lejano; pero esperanzado en tumbar esa cifra, está Chávez de Venezuela, con 12 años en el ejercicio absoluto con los hilos de la red de los poderes nacionales.

Nadie sabe, a estas alturas de estas Rebeliones de las Masas Populares contra los regímenes autocráticos del Medio Oriente, cuántas personas han sido masacradas por los fusiles, ametralladoras, tanques y hasta aviones de combates, puestos al servicio de estos cobardes y monstruosos actos genocidas. Pero está claro que han sido centenares y centenares las víctimas, especialmente de jóvenes, que esperanzados por las banderas de libertad, democracia, derechos humanos, bienestar y progreso para sus países; entregaron incondicionalmente sus vidas y sus sueños.

En Venezuela, gracias a Dios y al debate interno de Chávez de “ser o no ser” o mejor, agobiado por las miradas cuestionadoras de los nacionales y en la esfera internacional, por sus coqueteos fuertes con el Gaddafi genocida, e incluso, por haberle entregado -para vergüenza nuestra- una réplica de la espada del Libertador; mostró “sabiduría estratégica” y concedió gran parte de las exigencias a los jóvenes que mantenían una Huelga de Hambre en ocho estados del país.

En fin, esta simbiosis de los jóvenes con la libertad y la democracia debe augurar un proceso inédito de transformaciones sociales que no sólo harán temblar a los miembros del “Club de los Dictadores”, sino a todos los demás países. Por eso tomemos prestadas estas palabras del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa: “Masas desinformadas, discriminadas y explotadas pueden también, por caminos tortuosos a menudo, descubrir que la libertad no es un ente teórico desprovisto de sustancia, sino una llave maestra muy concreta para salir del horror”.

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