viernes, 11 de febrero de 2011

¿LA ÉLITE AUTOCRÁTICA RINDE CUENTAS?

La rendición de cuentas del Presidente de la República o de los Ministros ante el Parlamento Nacional que debe ser considerado como un acto normal en cualquier democracia del mundo, en la Venezuela de hoy, dado al régimen autocrático que impera, es visto a lo interno y más allá de nuestras fronteras como algo excepcional en el contexto político e institucional.

De esta manera, en la ocasión de la presentación formal de los ministros para la referida rendición, aparte de la ejecución, al pie de la letra, de una estrategia gubernamental de corte mediático para hablarle al colectivo nacional e internacional sobre los supuestos avances de la “revolución bonita” en materia económica y social; se pretendió “visibilizar” la imagen de un proceso fortalecido e indetenible del paradigma “socialista” que estaría derrotando a la corriente capitalista y neoliberal, representada por la “oposición derechista” en el seno del Parlamento. Verbigracia el claro intento de proyectar la imagen de la existencia y respeto por las reglas democráticas. Acompañado lo anterior, con la intencionalidad política solapada de reforzar el esquema de la polarización con miras a las elecciones presidenciales del 2012.

En este orden, a los Ministros, no les faltaron las acciones de malabarismo en el manejo de las cifras estadísticas que, como los celos de los beatos para esconder los misterios religiosos, es casi una misión imposible el acceso a las informaciones oficiales, que con toda seguridad reflejarían la preocupación y porque no las acciones sancionatorias contra quienes les corresponde administrar y velar por el manejo ético de los recursos de la nación. Los ejemplos en las desviaciones o mal uso de los recursos estatales sobran, sólo nos bastaría recordar lo ocurrido con los millones de toneladas de alimentos podridos hallados en los contenedores de Pdval o lo más reciente con los “desastres” encontrados en el Estado Apure, denunciado públicamente por el propio Presidente de la República y que culminó con la salida del cargo –“por razones de salud”- del gobernador “rojo-rojito” de ese Estado llanero.

Así mismo, ¿cómo explicar con cifras chimbas los desastres, mucho más grave, del colapso de las industrias básicas de Guayana o varias de las empresas o comercios arrebatados al sector privado que ahora son administrados por el Estado?. ¿O de qué malabarismo se podrían valer para argumentar los desastres en materia del caos en la agroindustria, seguridad ciudadana, desempleo, inflación y desabastecimiento; servicios públicos, viviendas, vialidad e infraestructura o el deterioro creciente de la calidad en materia de salud, educación y cultura?

El problema de los modelos autocráticos es que en verdad no rinden cuentas, sólo presentan informaciones parciales a su conveniencia, para que nunca se sepa de las desviaciones, corruptelas y del despilfarro de los dineros administrados por el sacrosanto centralismo estatal, que en el caso de Venezuela se arropa con el manto “militarista”, “populista” y la verborrea mediática. Por eso la lucha por la vigencia de los principios democráticos y de un verdadero estado de derecho, como lo establece la vigente Constitución Nacional es una tarea impostergable para todos los venezolanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario