sábado, 26 de julio de 2014

¿AJUSTE ESTRUCTURAL ESTADO, INCLUYE LO “DELINCUENTE”?

Tremendo “rollo” lo del huésped de Miraflores, altos enchufados y del “super-ministro” cubano, Borrego, para cumplir con la tarea ordenada por los “imperios” chino, ruso y los Castro de “ajustar” o mejorar la “eficiencia” y racionalizar gastos dispendiosos del Estado; para colocarlo a tono con las exigencias de ¿un moribundo “Socialismo del Siglo XXI”?. Y peor aún la inmensa dificultad (o mejor casi imposible de cumplir la misión) cuando a ese mismo Estado, desde la vocería crítica y disidente, se le ha venido calificando (con mucha razón) de “Estado delincuente”, “fallido” o “forajido”. Así mismo, los cuestionamientos a lo interno del mismo desgobierno y del Padre del paradigma de este “socialismo” (Dieterich), apuntan a señalar: se “extirpen los entuertos de fondo y aberraciones” de lo que, hasta ahora, ha sido “construido” por el “Castro-chavo-madurismo”, durante los últimos 16 años en Venezuela.

Sólo que -ni a tirios ni a troyanos- les han hecho caso. Las “revisiones” o “evaluaciones” del Estado venezolano que instruyó recientemente Maduro, son un simple saludo a la bandera o mejor el disfraz adecuado para obtener préstamos internacionales o tapar una futura poda burocrática, al símil de lo ordenado y hecho por los Castro en la Cuba de la tiranía “comunistoide”. Cuando –hace poco- a miles y miles de trabajadores públicos cubanos los echaron a la calle, dejándolos a la “buena de Dios”, ante la grave crisis socio-económica que padece la isla de la “suprema felicidad”.

Así mismo, es fácil demostrar la naturaleza delictiva que lleva en sus entrañas el Estado omnipotente en Venezuela, centralizador de todo y puesto al servicio de castas de poder cívico-militar, en el cual se privilegian a familiares, amigos y allegados con status y conexiones claves para el enriquecimiento abismal, en perjuicio de las mayorías empobrecidas, que solo reciben las migajas del festín petrolero. Amén de la facilidad para construir verdaderas mafias delictuales, cuyas fechorías van de las de menor cuantía hasta aquellas donde el negocio de las drogas, armamentos, petróleo, oro, contrabando de combustible, dólares o cabillas; les proporcionan recursos financieros inconmensurables a los ojos de cualquier mundano o simple “condenado de la tierra”.

La detención del General Hugo Carvajal, alto funcionario del Gobierno venezolano, por parte de la DEA en Aruba, muestra la podredumbre del Estado en manos del “Castro-chavo-madurismo”, por las denuncias que existen contra él, por supuestos nexos con el narcotráfico internacional. Y dónde además, su nombre desde hace tiempo, aparece involucrado (a través de medios internacionales) en actividades de la guerrilla colombiana (por aquél famoso caso de la computadora hallada, después de la muerte del Comandante de la FARC, Raúl Reyes). En el libro escrito por Héctor Landaeta: “Chavismo, Narcotráfico y Militares” hay interesantes datos que revelan la conexión estrecha, entre este alto militar venezolano, con la Farc, el narcotráfico y el papel cómplice del Estado venezolano.

La Cancillería venezolano y el mismo Maduro lo niegan todo. Pero parafraseando una máxima de la sabiduría popular: no basta aparentar ser honesto, hay que demostrarlo. Y siempre bajo las sombras de las tiranías se ha encontrado informaciones objetivas sobre disímiles delitos y atrocidades que superan la ficción. ¡Por razones obvias, la tiranía venezolana no será la excepción!

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