jueves, 19 de diciembre de 2013

¿“PAQUETAZO ROJO” OBLIGA AL DIÁLOGO?

No sólo entre analistas hay coincidencia de que la situación socio-económica es muy grave. También el venezolano común que va al mercado, paga un servicio, cancela una medicina o un repuesto para vehículo, que expresa a viva voz que la “masa no está para bollo” ante la irrefrenable alza del costo de la vida o de que muchas cosas no se consiguen ni para dar respuesta a una emergencia. Amén del drama infernal de la violencia e inseguridad en las calles de Venezuela. O ante el deterioro creciente del sistema eléctrico nacional, los servicios públicos, deplorable estado de la vialidad e infraestructura física del país.

Ni decir de la queja colectiva por los servicios de salud o mala calidad de la educación formal. O ante los escándalos de corrupción y derroche saudita de los recursos públicos, que incluye la regaladera a otros países, a cambio de un alza de mano por “solidaridades automáticas” en el escenario internacional. Verbigracia el inaguantable endeudamiento con otros países y el hueco fiscal que no encuentra tapón para que no se desborde. O lo peor de todo lo dicho: la actitud entreguista del actual desgobierno al postrarse a los dictámenes políticos del régimen cubano.

Lo anterior lo heredó Maduro de la gestión del “Comandante Supremo”, quién lo maquillaba con sus actuaciones magistrales de circo. Y para no dar su brazo a torcer de mantener el “proceso” y “lealtad” al caudillo fallecido, el actual huésped de Miraflores, se aferra a concentrar más poder estatal y colocar muros de contención para que las aguas de la represa del caos rojo no se desbordaran más aún. Por eso acude al odiado “paquetazo” de la retórica anti-neoliberal de ayer.

Devalúa la moneda por “n veces”, porque hasta la cuenta se ha perdido. Y desató las furias de un mercado desesperado por la asfixia de los controles oficiales, cuyas consecuencias están a la vista de todos: escasez extraordinaria de productos y alza de precios en proporciones gigantescas, que acabó con la capacidad de ahorro y salarios de los nacionales. A lo cual añadimos la quiebra de empresas y comercios por la acción del “Estado omnipotente” o porque el cuadro de pérdidas económicas para éstos resultaba insostenible. Las cifras de reales del desempleo son ocultadas. Pero el inaudito crecimiento de los trabajadores informales da cuenta del drama de la pobreza, que se visualiza distinta al maquillaje por parte de los “técnicos” del “oficialismo rojo”.

La merma de las reservas económicas, el desangre mediante los subsidios a otros países (con Cuba especialmente), la firma de convenios económicos “chimbos” con gobiernos de distintas latitudes; las corruptelas escandalosas en las campañas electorales y con los dólares de Cadivi. El “cierre técnico” a la espiral de endeudamiento por la propia China y la anunciada alza de los precios de la gasolina…obliga al desgobierno de Maduro a negociar, mediante escenarios de diálogo, con los más disímiles actores, para tratar de paliar la crisis absoluta como sea. Por eso la iniciativa de los encuentros con la oposición, aun cuando acuda al manoseado estribillo del chantaje y la descalificación en los escenarios mediáticos.

¡De Mandela, sin duda, todos debemos aprender mucho para bien del país y de su futuro! ¿La convocatoria a una Constituyente cobra vigencia? ¡Amanecerá y veremos!

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