martes, 20 de mayo de 2014

¿DIÁLOGO CON CAOS INDUCIDO Y REPRESIÓN?

Hay una verdad indiscutible, dada las experiencias socio-políticas en el mundo: las tiranías no dialogan, imponen sus decisiones arbitrarias y aplican sin medias tintas sus métodos criminales y de represión brutal contra la población civil y disidentes de toda laya. Y el régimen “Castro-madurista” no es la excepción. La naturaleza social de éste se lo impide y porque las directrices políticas y militaristas enviadas desde la Habana así lo determinan: destruir el modelo dizque “burgués” y “capitalista” y sustituirlo por la “dictadura de Estado”, en transición hacia el “socialismo” y el “comunismo”. ¿No es eso, acaso, lo que Maduro y su combo de incondicionales están ejecutando al pie de la letra en Venezuela? Lo del diálogo, impuesto por presiones internacionales, es un saludo a la bandera, una engañifa más para ganar “tiempo político” a sus pretensiones inocultables de hegemonía dictatorial de una élite ávida de poder sobre las mayorías nacionales.

No obstante, estamos en presencia de una complejidad luciferina inducida, que urge desentrañar: la contradicción entre la realidad de la crisis nacional en todos los planos (económico, político y social); la “necesidad” del régimen de “aparentar dialogar” con la disidencia para ganar oxígeno político para la gobernabilidad; y el hecho de que, paralelamente, impone el “paquetazo económico” (devaluaciones, alzas de precios productos regulados, alza precios pasajes transporte público…amenaza aumento precio de la gasolina… y mayores regulaciones estatales en varios sectores); y de que jamás éste haya desatendido el uso del “garrote vil” de la represión con saña nazi-fascista, contra estudiantes, sectores de la “sociedad civil” y política que protestan en las calles…

Es decir, al régimen no le importa un bledo que la población venezolana sufra los rigores de la escasez, hiperinflación, hambre, devaluaciones, desempleo, inseguridad…ni de ser etiquetado cómo “dictadura represiva y militarista”…su fin es consolidar un desgobierno totalitario de Estado para beneficio de la boliburguesía, los enchufados “gobierneros”, el régimen cubano, el “imperialismo chino y ruso”, sus aliados de Unasur y, esclavizar a la mayoría de los ciudadanos.

Pese a lo anterior, la disidencia en Venezuela no debe abandonar sus convicciones democráticas, en cuanto a que, el diálogo es consustancial con éstas…menos aún los derechos constitucionales…y mucho menos la protesta pacífica en la calle y otras formas de lucha cívicas que han aprendido los pueblos del mundo para combatir las tiranías, al nazi-fascismo y todos los paradigmas de “democracias aparentes” o de lobos feroces disfrazados de “caperucita roja”…No hay pues una sola direccionalidad en las formas de lucha…sino una multiplicidad combinada en la aplicación de éstas…¡no es fácil!…¡pero el futuro en libertad y democracia nos pertenece!…¡nadie se rinde!

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