LOMITO PARA ENCHUFADOS Y MIGAJAS AL PUEBLO

Casi todo el mundo coincide en el diagnóstico de que Venezuela se encuentra hoy gravemente enferma. Agoniza el modelo totalitario procubano. Ya no hay tratamiento que lo oxigene y mucho menos con las medicinas obsoletas que producen en la Habana. Su eficacia, por cierto, fue probada con el caudillo de Sabaneta. Y todo el mundo conoce los resultados. Nadie le cree a las recetas de las mentiras y manipulaciones de los “barbudos totalitarios” de la isla del Caribe y, mucho menos a sus “pichones” mandaderos de Miraflores apátridas.

Así los nombrados, con medidas desesperadas, donde se combina represión criminal con compensaciones salariales “chucutas”, traten de aplacar la furia de las protestas de calles diarias de importantes sectores de la sociedad. Mientras en contraste, hay un reparto desigual de la riqueza petrolera: el lomito de los petrodólares para los enchufados y la boliburguesía y, las migajas (el pellejo) para el pueblo, que padece las penurias de las cuestionadas y mediocres políticas estatistas, desfasadas y absolutamente fracasadas, según las experiencias internacionales en esta materia.
El grave cuadro de hiperinflación (57.2) que sufre Venezuela no puede ser compensado con el 30% de “aumento” del salario mínimo para los trabajadores activos y jubilados que anunció el inefable personaje de Miraflores. Menos aún, si la canasta básica está por el orden de Bs 17.000 mensual y el salario oficial mensual ahora pasa a bs 4.251, 78. El déficit salarial para los trabajadores es evidente. Ni siquiera se compensa con la suma del ticket de alimentación, para que éste pase a un total de Bs 5.602 para los trabajadores activos.

No así, para la gran legión de pensionados que no disfrutan del beneficio del ticket de alimentación. Es decir, se encontrarán en peor situación de minusvalía económica para afrontar la luciferina hiperinflación. Además, se conjugarán otros diablos de los males de la economía venezolana: la escasez de productos y las devaluaciones sucesivas de la moneda nacional con respecto al dólar. Corolario: un ciclo infernal azota a la economía criolla que, sin duda, arrojará un cuadro dramático de impredecibles consecuencias catastróficas. No es casual, entonces, que ocupemos los primeros lugares con los peores índices inflacionarios del mundo y el primer lugar en el planeta con el peor índice de país “miserable”, muy por debajo de Irán que lo secunda.

La otra cara de la moneda: los enchufados del alto desgobierno y la boliburguesía que amasan más y más privilegios y capitales a su favor. La corrupción que campea a sus anchas por todos lados, que deja el mal olor de la pudrición, sin que autoridad alguna haga algo por frenarla y evitar la total contaminación del cuerpo social de la República. Así, las promesas oficiales de castigar a los responsables de usufructuar millonarias divisas, a través de una serie de “empresas fantasmas” del otrora Cadivi, se quedaron en la pura retórica y el sempiterno blablablá oficial de Miraflores. ¡Por eso, contra el modelo autocrático procubano, represivo, corrupto y hambreador han luchado y luchan los estudiantes venezolanos aún a costa de sus propias vidas!

Otra etapa se avecina para potenciar la protesta cívica, al unirse el Movimiento Estudiantil con el Movimiento Sindical, mediante una “agenda común” para enfrentar el caos nacional y la criminalización de la protesta (“Terrorismo de Estado”)…¡Dictadura o democracia es el gran dilema! ¡Tú decides!