¿LIBRES O ESCLAVOS DE LA TIRANÍA?

Hay la pretensión inocultable de la élite de poder en Venezuela de someternos a todos los nacionales -a como dé lugar- a su Proyecto hegemónico de claro perfil dictatorial Castro-chavo-madurista. Y a quién no esté de acuerdo aplicarle el “garrote vil” de la represión criminal sin contemplaciones de ninguna naturaleza. La sentencia de los “amos del poder” es clara: olvídate de ser libre, te necesitamos esclavo de nuestras decisiones, en todos los ámbitos del quehacer socio-cultural. No hay pensamiento plural y crítico, sino el pensamiento único y acrítico. Hablar en términos absolutos, parafraseando a Fernando Savater, siempre nos ha conducido históricamente a “terribles manipulaciones totalitarias”. Algo realmente aborrecible e inaceptable: ¡que nos conviertan en esclavos de esta tiranía roja!

Ser “libres”, en cambio, interpretando a este autor, nos diferencia de los animales, por nuestra inteligencia y “capacidad para decidir e inventar acciones que transformen la realidad…y a nosotros mismos”. Lo asocia a lo que él llama la “dignidad racional”. En consecuencia luchar por ser libres es lo que nos permite la búsqueda de lo “razonable”, “de lo mejor”, de conquistar derechos y bienestar, aun a riesgo de incurrir en “errores y retrocesos”.

En ese proceso de distorsión histórica del “chavecismo” y ahora con el “madurismo”, los enchufados del poder de arriba se convirtieron en una casta de privilegiados, que les niegan el “valor de la libertad” a las mayorías nacionales y los mantienen en un cuadro de sumisión, paternalismo de Estado o de pobreza infernal. Verbigracia que, a una gran porción de éstos se les persigue, encarcela, torturan o asesinan; por no comulgar ideo-políticamente con el statu quo, al genuino estilo del otrora nazi-fascismo alemán contra los judíos.
Estos grupos poderosos crearon su propia subcultura dominante en el ejercicio del poder, pero con los códigos, pautas de conductas, normas y procedimientos del paradigma totalitario del régimen cubano. El rechazo de las mayorías nativas ha sido impactante, porque 8 de cada 10 venezolanos, no se calan este régimen de neo-esclavitud “moderna” foráneo y porque el “valor de la libertad” ya se encuentra arraigado en el alma nacional.

Nos acompañan en esta cruzada contra el totalitarismo de Estado en Venezuela, no sólo la verdad y la razón; sino también ese hermoso sentimiento de “amor a la libertad”, para que la transparencia en esa búsqueda de futuro luminoso, nos brinde el sol de progreso y bienestar para todos. Por eso, debemos mantener viva la esperanza y abrazarnos de la poesía de Neruda ante las vicisitudes temporales: “cayo el dolor sobre otro dulce rostro/y así en la luz de la estación abierta/se consagró la primavera herida”. ¡Viva la libertad! ¡Abajo la esclavitud Castro-chavo-madurista!