¡GOBIERNA EL HAMPA Y LA VIOLENCIA!

No podemos callarnos ni un sólo segundo para denunciar con todas nuestras fuerzas la extrema gravedad de ese cuadro infernal que sufre nuestro país en todos los órdenes, pero en especial, la situación que viven todos los venezolanos ante el fenómeno irrefrenable del hampa desatada, la ola de violencia y criminalidad sin límites en cada recoveco de la geografía nacional. No es un cuento que, como evidencia irrefutable de lo dicho, Venezuela lidera las estadísticas entre los países más violentos del mundo y el peor ubicado en el cuadro de “vida miserable”, por encima de Suráfrica, Serbia, Turquía y Kazajstán, entre otros. Legado pues, del fallecido “Comandante de intergaláctico” y, su cuestionado heredero de Miraflores, sin partida de nacimiento, que corrobore su nacionalidad foránea o doble nacionalidad, por mandato constitucional.

Los testimonios de la prensa nacional e internacional, los extensos y profusos folios elaborados y presentados por organizaciones no gubernamentales, investigaciones de parlamentarios y organizaciones disidentes, las revisiones y análisis sobre el tema y denuncias por parte de organismos internacionales (ONU, OEA, Gobiernos y Parlamentos de otros países, Amnistía Internacional…), evidencia la seriedad de cómo Venezuela se ha convertido en un país sin ley, forajido, donde los malandros –con o sin uniforme- se han constituido en el verdadero poder, los dueños del “escena del crimen”, con lo cual chantajean y cometen los más abominables homicidios y delitos sumamente escandalosos, que palidecen el drama de cualquier “película famosa de acción”, al compararla con la realidad bizarra venezolana.

La retahíla de sucesos y escándalos en los cuales aparece la violencia del hampa (con o sin uniforme) como protagonista de los mismos, sobrepasa con suma facilidad el contenido de los guiones que, con mucho esfuerzo de la imaginación, condujo a famosos escritores a destacarse en la elaboración de tramas de películas. La realidad venezolana está por encima de esos films al presentar, por ejemplo, las masacres perpetradas contra personas de cualquier edad -todos los días- en barrios y urbanizaciones del país. Las masacres ocurridas en las cárceles venezolanas, en las cuales hasta “armas de guerra” exhiben los delincuentes con suma naturalidad. Las masacres ocurridas en las zonas fronterizas de Amazonas y Guayana dónde explotan “garimpeiros” de toda laya oro, diamantes y otros minerales de gran valor estratégico. Las masacres ocurridas por “cuerpos del orden” de la tiranía contra estudiantes y ciudadanos conscientes, por sólo pensar diferente. Una mezcla luciferina entre la violencia social del “lumpen” (presos o no) contra todos. La violencia ejercida por los “garimpeiros” de fronteras. Y la violencia ejercida por el Estado rojo rojito y sus compinches los “colectivos armados” contra la sociedad entera. ¡Caos, anarquía y desastre pues de la “revolución bonita”!

Por todo lo dicho la Ruta del Cambio (que es precedida por una salida pacífica, democrática y constitucional), es una exigencia que grita a todo pulmón del 85,5% de la población venezolana, que está convencida que Maduro es hambre, miseria, corrupción, ineptitud, represión y violencia delictual.