“GUERRA SUCIA” CASTRO-CHAVO-MADURISTA

El modelo de Estado y sociedad totalitario que pretende imponer el “castro-chavo-madurismo” en Venezuela hasta a punto de convertirse en “polvo cósmico”, por lo insostenible en todos los órdenes. No cuajó la experiencia social que montaron los castro en esta tierra libertaria, aprovechándose de la actitud sumisa y entreguista del Chávez de ayer y de su heredero de hoy, Nicolás Maduro. Utilizando como herramienta estratégica la riqueza petrolera y todo el abanico de potencialidades de minería que subyacen en territorio venezolano. Pero, en contraste con esas pretensiones neocoloniales, hoy Venezuela proyecta la imagen de un barco sin rumbo, un “Titanic” que se hunde rodeado de caos, ruina, miseria, anarquía y anomia. Ni siquiera los imperios chino y ruso han podido con tamaño desastre. Realidad indiscutible ante los ojos de una mayoría de nacionales y del mundo entero, aunque la propaganda mediática y la “guerra sucia” del régimen expresen todo lo contrario.

La tan cacareada “lucha de clases” (atizando conflictos violentos), como argucia para abrasarse al poder y conservar riquezas y privilegios para beneficiar a unos pocos, en detrimento de las mayorías excluidas socialmente, no les ha servido de nada; por lo ostentoso de los capitales que exhiben, bienes y privilegios acumulados a lo interno del país y en el exterior (Europa, EEUU y países de América Latina), que no dejan lugar a las dudas. Hasta el mismísimo Obama, a sabiendas del trasfondo de corrupción y la factibilidad de perjudicar al sistema financiero “gringo” con dinero del narcolavado, acaba de prorrogar un Decreto contra determinados personajes de la tiranía chavo-madurista, estrechamente ligados a estos actos delictivos.

Así mismo, no es casual la presencia beligerante de “colectivos armados” generando actos de violencia contra los sectores disidentes y luchadores por libertad y la democracia. Ni tampoco los decretos totalitarios del tsj y de Miraflores para oscurecer las competencias constitucionales de la AN. Ni mucho menos son “hechos aislados” la censura y autocensura contra los medios de comunicación de pensamiento libre e independiente. O el acoso permanente contra empresas y comercios privados. Ídem contra las universidades autónomas y democráticas. Amén el encarcelamiento y torturas (por pensar distinto) contra opositores, estudiantes y luchadores sociales.

La “guerra sucia” de esta tiranía (para conservar el poder por todos los medios) también ha tocado a toda la población general al verse obligada ésta, a permanecer largas horas en la calle, buscando el sustento de los alimentos para la familia o, las medicinas para atender requerimientos urgentes de atención en salud y luchar por el derecho a la vida. U ocuparse por tiempo indeterminado en protegerse ante la infernal inseguridad y de las mafias criminales (estrechamente ligadas al desgobierno). De igual modo, es parte sustancial de la “guerra sucia”, cuando se niega las ayudas humanitarias de otros países, sólo para cuidar la imagen internacional del régimen. O se impide las importaciones de emergencia de alimentos y medicinas.

La sociedad, entonces, está llegando a los extremos de la conflictividad social, porque se le está negando derechos constitucionales y humanos. Y no existe justificación valedera para negar los requerimientos de justicia, bienestar, convivencia, progreso, libertad y democracia. ¡El cambio es inexorable!