domingo, 3 de julio de 2011

ENFERMOS DE PODER

Otro dolor de cabeza debió padecer el comandante en su lecho de enfermo en la Cuba del régimen autocrático de Fidel y Raúl, ante las más recientes actuaciones de sus principales “delfines”, con la sola mención de que se iba a requerir de un sucesor en el trono del “Rey”. Cada uno de manera independiente se movió como “pez en el agua” para tratar de destacarse en los ámbitos mediáticos y de opinión pública en su conjunto.

Los más habilidosos viajaron hasta la Habana para ver si podían obtener la bendición del caudillo en sus pretensiones de sucesión. Lo cual tampoco era suficiente, porque también debían ganarse el asentimiento de la cúpula cubana, la cual en todo caso, tiene una influencia casi decisiva en la escogencia del posible nuevo “monarca” de esta Venezuela “invadida”, que tendrá que luchar arduamente por recobrar su “soberanía e independencia nacional”; ya no del “imperio del norte” sino ante el gobierno cubano.

De esta manera, Adán por su lado, ocupó por varios días los espacios más destacados en la prensa nacional e internacional, cuando declaró que, la lucha por mantener el poder en Venezuela no sólo era por la vía electoral, sino también por la vía armada. Se anotó un buen round, porque además de ser el hermano del mandamás enfermo, cuenta con la simpatía de los estratos del poder en Cuba, que lo conocen porque fue embajador de Venezuela y por su praxis política de identificación ideológica con el modelo político de la Isla.

Jaua, por el formalismo de ser el actual Vicepresidente del gobierno rojito, maneja una buena porción del aparato de estado y sobre todo por haber sido un personaje incondicional y de extrema confianza a las determinaciones del “gran gurú”; no se le podría desdeñar, entonces, a la hora de la escogencia. Además logró, con su “cara de yo no fui”, desplazar del poder institucional de los sitiales de honor a otros fuertes aspirantes.

Maduro, aparte de manejar la política exterior, ha sido muy leal al “Jefe” y en su haber mantiene sólidos vínculos con la élite del PSUV y al régimen cubano, que también lo ve con buenos ojos, por su apego al modelo de “socialismo de estado” a lo Fidel Y Raúl. Ha sido muy beligerante y destacado en estos días.

Diosdado, siempre ha estado ahí en los momentos políticos cruciales, maneja con cierta soltura los contactos con el poder militar y en no menos cuantía con la élite del partido de gobierno. No obstante, en su contra pesan las denuncias por supuestos hechos administrativos poco transparentes, cuando fue Gobernador de Miranda. Verbigracia los vínculos con poderosos grupos de la denominada “boliburguesía”, donde en todo caso ha sido –se comenta- un gran beneficiario.

Ramírez, maneja nada más y nada menos que el poder financiero de PDVSA y sobre sus hombros han estado a disposición sin tapujos, los recursos necesarios para oxigenar al “clientelismo partidista rojito” y el cuestionado “paternalismo de estado”, que representan el cordón umbilical de vida del cada vez más lejano “Socialismo del Siglo XXI”. Este personaje representa, sin duda, la “caja chica” del partido gobierno, con una mezcla brutal entre corrupción y derroche con los petrodólares de los nacionales.

Con lo analizado, muy distantes están los desprendimientos “revolucionarios” de las lecciones éticas de los próceres de los cacareados modelos “socialistas” en todas sus variantes, por cuanto un vulgar pragmatismo invade hasta el alma al Monarca y sus “delfines” venezolanos, con lo cual, al decir de los intelectuales de la talla de Heinz Dieterich y Noam Chomsky, han asaltado a los invalorables “principios revolucionarios y democráticos”.

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