viernes, 1 de julio de 2011

EL CÁNCER COMO TRAGEDIA HUMANA Y POLÍTICA

El cáncer ocupa uno de los sitiales de honor entre las diez primeras causas de morbi-mortalidad en Venezuela. De cada 4 nacionales 1 padece de esta grave enfermedad. La mayoría tiene ubicada las lesiones cancerígenas en el cuello uterino si es mujer y en la próstata si es hombre. Amén en pulmones y vías digestivas en ambos sexos. Es muy difícil encontrar un miembro de nuestra familia que no haya fallecido o padezca de esta patología letal, si no es tratada a tiempo.

En particular he visto morir a varios miembros de mi familia por causa de este flagelo y, en la actualidad, hay algunos que la padecen e incluso, con relativa frecuencia, los más cercanos los he estado acompañando para su proceso de seguimiento médico, radioterapia y tratamiento en las Unidades Oncológicas ubicadas en Cumaná y Barcelona, respectivamente. Puedo así mismo dar fe de lo avanzado que estamos en el país en infraestructura, equipamiento tecnológico y formación de especialistas para combatir esta enfermedad. Hay fallas importantes en dotaciones de insumos, pagos de los beneficios contractuales y desmejoras en las condiciones salariales del personal de salud que labora en esta área. No obstante, me atrevo a asegurar que nos encontramos en una etapa superior, en comparación con Cuba, para el abordaje exitoso de este mal de salud del presente siglo.

Por lo descrito, causó estupor de que el ciudadano Presidente de la República, corriera para Cuba a realizarse los exámenes de rigor, posteriores cirugías, tratamientos y demás elementos del protocolo médico para estos casos. Y la forma tan sorpresiva y disparatada en el manejo del asunto, a tal punto que, los principales líderes institucionales de los poderes públicos y del partido de gobierno o estaban desinformados o, contribuyeron con un halo de misterio para que la verdad no fluyera ante la opinión pública, la cual merece todo el respeto y consideración; si nos atenemos a lo establecido en el texto constitucional y a los principios universales que rigen a una sociedad supuestamente libre y democrática.

De igual manera resulta inédito y criticable que sea desde otro país, en este caso desde Cuba, se estén tomando grandes decisiones políticas que atañen al Estado y la sociedad venezolana; lo cual sin duda, desdibuja el principio de la soberanía nacional y del cacareado “nacionalismo” que tanto se pregona. Es decir, aparte de lo anterior, se desdeñó la sapiencia y avances médicos venezolanos en el caso del manejo de la patología del cáncer y también se ocultó a todos los nacionales la verdad en relación a la salud del Presidente. Se adoptó en la práctica, en el fondo y estilo, los paradigmas cotidianos de la Cuba autocrática de Fidel, Raúl y la élite que tiene el poder absoluto en esa isla, en desmedro, por cierto, de los derechos políticos de los ciudadanos cubanos.

Finalmente, aunque Chávez demostró, con el anuncio público de su padecimiento sus habilidades para conectarse mediáticamente con las mayorías nacionales; los sacrificios de una campaña política-electoral exigente, lo colocan en una situación realmente compleja y porque los pésimos resultados de su gestión gubernamental, sin soluciones al drama social de la pobreza y dejar al país en el umbral de un verdadero precipicio en todos los ámbitos; se presta para que opositores, disidentes, movimientos y organizaciones sociales logren el ansiado triunfo en las elecciones presidenciales del 2012; para configurar un país diferente, que enarbole con autenticidad las banderas del progreso, bienestar, libertad, democracia, Estado de derecho y justicia plena.

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