viernes, 7 de octubre de 2011

PAÍS DESTRUIDO...HASTA EL RESPETO

A propósito de las exequias del Ex –Presidente Carlos Andrés Pérez, que jamás muchas de sus ejecutorias de gobierno han sido santo de mi devoción, pero que desde el seno del hogar uno acumuló las enseñanzas de nuestros padres del respeto por los demás, especialmente en momentos tan dolorosos; donde los sentimientos, emociones y afectos de personas allegadas afloran con la fluidez de agua de manantial; resultó abominable que, desde las alturas del poder, abusando descaradamente de éste, el ciudadano Presidente de la República Hugo Chávez, en Cadena Nacional, utilizará con el desparpajo que lo caracteriza; el lenguaje más soez para referirse al difunto y a quienes lo acompañaron a su última morada.

Quizás por ello, el intelectual alemán, Karl Kraus, quien combatió con denuedo al nazi-fascismo en su país, desenmascaró el fondo de la fraseología que usaban para esconder la descomposición de un sistema, de una nación. Venezuela vive esa destrucción no sólo material, sino de los valores y principios; respeto por los demás, ética y decadencia espiritual.

Se busca, interpretando a Kraus, generar un estado de neurosis colectiva con imposturas, para que todos dejen de creer en la realidad de lo que se observa a diario. Sí es el caso de en Venezuela con la inseguridad, los apagones eléctricos, la inflación y carestías de productos básicos, el desempleo, la vialidad destruida y el sistema de transporte público masivo, el colapso de las empresas públicas y del aparato productivo nacional, la corrupción y el derroche saudita; en fin la destrucción de un país. Pero, volviendo a Kraus, “nadie es tonto”. La fraseología así utilizada no sólo esconde la “corrupción de la lengua”; sino más aún, la “decadencia espiritual”.

Quizás, en esta ocasión, la verborrea del mandamás la utilizó con más pasión enfermiza para despotricar del fallecido Ex –Presidente, porque el común de los ciudadanos, se ha dado cuenta que, en una somera comparación entre las dos gestiones de gobierno, esta última resultaría absolutamente reprobada, por ejemplo, en materia de programas sociales, servicios públicos, infraestructura, respeto a las distintas ramas de los poderes públicos y derechos laborales de los trabajadores. Guardando las distancias, por supuesto, con los serios desaciertos en las ejecutorias de políticas públicas de la primera.

La paciencia humana tiene sus límites y para los ciudadanos nacionales, quitando prestado una de las tantas de las ideas expresadas por Laureano Márquez, cuando habla de que comenzó la “cuenta regresiva”, para este un gobierno inepto y decadente, que se abraza al poder, porque el “poder es sabroso, esa sensación de tenerlo todo bajo control debe ser alucinante, es lógico que quien más que ejercerlo lo goza, no lo quiera soltar y se aferre a esa manguangua. Al contraste, siguiendo el mismo discurso de Laureano: “Hoy comienza la cuenta regresiva de otra ilusión y otra esperanza”

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