domingo, 15 de enero de 2012

CUENTOS DE MEMORIA

No se requiere mucho esfuerzo investigativo en el campo de la Sociología para detectar el serio descontento social que reina en el país, por la gravedad de los problemas que agobian a los nacionales. Independientemente de las sostenidas estrategias oficiales para minimizarlos. Entre ellas, el uso desmedido de “cadenas nacionales” y propaganda abusiva para tratar de tapar el “sol con un dedo”, contando cuentos interminables por horas y horas, con el propósito de ser fiel a un principio básico del nazi- fascismo hitleriano: repetir miles de veces mentiras, para hacerlas aparecer como verdades.

En efecto Hitler y su Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, en aquella época trágica para la humanidad; sostenían que las masas tenían muy poca capacidad receptiva y nivel de comprensión escasa, con gran facilidad para olvidar. Por lo tanto la propaganda debía tener un contenido sencillo, adaptándola a los individuos menos inteligentes o, ignorantes…además todo lo anterior suponía un control total sobre todos los medios de comunicación social. Formato que, sin duda, utiliza el actual caudillo de Venezuela y su élite incondicional para mantenerse en el poder como sea.

Por eso, sin equívocos de ninguna especie, hay que darle la razón también al ilustre intelectual de la izquierda radical venezolana, Domingo Alberto Rangel, cuando añade enfáticamente refiriéndose al proceso dizque “revolucionario bolivariano”: “decirse nacionalista en el mundo de hoy es correr derecho al fascismo. El movimiento del coronel Chávez es medio fascista por su intenso nacionalismo”. O cuando este mismo intelectual afirma, en tono categórico, para desnudar realidades: “El comunismo envejeció antes que el Capitalismo y el futuro, hay que decirlo no le pertenece: Lo digo con dolor…”

Realidades son realidades, porque además, en 13 años en el poder la “revolución chavecista” ha hundido al país a niveles impredecibles. Y los resultados de esa gestión gubernamental están a la vista de todos: violencia e inseguridad desbordada, escasez e inflación sin control, desempleo, déficit de viviendas; servicios públicos en el suelo (electricidad, agua, cloacas, aseo urbano), vialidad destrozada; educación y salud con grave deterioro en calidad; violación a los derechos ciudadanos y laborales; derroche, corrupción, paternalismo de estado y clientelismo partidista como nunca vista en la historia de le República. Amén del colapso de la industria nacional, endeudamiento sin precedentes y conducta entreguista de la soberanía nacional a los chinos, rusos, iraníes y cubanos.

Quizás el mismo caudillo de Miraflores jamás logre entender sus propias paradojas, entre el supuesto “amor por la patria y el pueblo” y una praxis socio-política de hacer todo lo contrario. Quedará para seguir contando sus cuentos…pero sólo en los cenáculos de sus incondicionales de ocasión…

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