miércoles, 11 de enero de 2012

“NACIONALISTAS” POR OPORTUNISMO Y PODER ABSOLUTO

Cada día la capacidad de asombro de los ciudadanos no tiene límites. Así el nacionalismo de ayer sí tenía, en cierta forma, la coraza de las convicciones ideo-política indoblegable. El dogmatismo marxista-leninista, cobijaba con religiosidad a muchos revolucionarios en el mundo del pasado.

Pero con la caída del muro paradigmático del “socialismo real” la cuestión tomó otros rumbos, generándose un conjunto de desviaciones que hoy se dificulta entender la direccionalidad de esos procesos, que en apariencia dicen abrazar al socialismo como antítesis al sistema capitalista, pero que su naturaleza social arroja todo lo contrario; o peor aún son extraordinariamente ultraderechistas y fascistas.

Por ejemplo, quien dudaría de la esencia ultrareaccionaria del modelo de estado y sociedad que construyeron y luego se derrumbaron: Hitler, Pinochet, Saddam Hussein, Gadafi; entre otros. Independientemente de ser calificados de izquierda o de derecha. Total: los extremos se juntan en violación a los derechos humanos, genocidios, culto a la personalidad, concentración de poder, “militaristas”, “nacionalistas”, manipuladores, mentirosos, instigadores al odio, divisiones, discriminaciones, estímulo al clientelismo partidista y la corrupción.

Por cierto, ¿no son algunos de estas características intrínsecas al modelo socio-político impuesto por Chávez en Venezuela? Quizás por ello, un intelectual del campo de la izquierda radical, de brillantez indiscutible, como Domingo Alberto Rangel lo califica de transitar por los caminos del fascismo, al abrazarse con pasión de beato a un nacionalismo desfasado y absolutamente extemporáneo. Amén de las graves distorsiones de un proceso que es dibujado como “socialista” y sólo es una variante autocrática fracasada del capitalismo convencional.

De esta manera, los encuentros de Chávez y Admadineyad son los ejemplos más simbólicos de ese nacionalismo y antiimperialismo de circo, que al decir de Domingo Alberto, ambos son fascistoides, que odian al yanqui por éste ha tenido más éxito en el aprovechamiento del sistema capitalista. La pretensión -dice uno- es retroalimentarse agónicamente ante el aislamiento en que se encuentran sometidas las escuálidas autocracias que todavía sobreviven en el presente.

Pero, la sentencia categórica del intelectual aludido no deja lugar a dudas sobre la vigencia de estos modelos socio-políticos: “el comunismo envejeció antes que el capitalismo y el futuro, hay que decirlo no le pertenece. Lo digo con dolor…”

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