martes, 31 de enero de 2012

“APAGONES” CONTRA CALIDAD DE VIDA

El recién estrenado Ministro de Energía y Electricidad, Héctor Navarro, que debe contar ya con un record Guinness en nombramientos por enroques en el gabinete del modelo “dedocrático” de Chávez; pasado unos días en el cargo, fue recibido con un gran “apagón” en varias regiones del país en el contexto del deteriorado sistema eléctrico nacional. Lo cual es un gran mentís al propio caudillo de Miraflores y a los distintos voceros “oficialistas”, que pregonaban a los cuatro vientos que este grave problema había superado la fase crítica.

De esta manera, los estados afectados fueron Portuguesa, Mérida, Táchira, Trujillo y Barinas que, según las explicaciones de Corpoelec, fue por una “quema de caña debajo de líneas de alta tensión que impactó a las subestaciones que alimentan al sistema en estas jurisdicciones”. No obstante en paralelo en el Estado Sucre, en Cumaná, por ejemplo, varios sectores de esta capital, no contaron con el suministro eléctrico. Y por twitter se denunciaba, en esa misma fecha, problemas similares en el estado Aragua.Así mismo en la actualidad, en estas últimas regiones los problemas no han cesado. Amén de las denuncias diarias, por distintos medios de comunicación social, de la existencia de problemas similares en otras ciudades y centros poblados del país. El problema, entonces, está allí “vivito y coleando”. Y no es precisamente la causal, para todos los casos mencionados, una simple “quema de caña”. Por favor, a otros con esos cuentos “chimbos”.

Las causas verdaderas se han repetido una y mil veces por los entendidos en la materia: descuido y negligencia del alto gobierno en la toma de decisiones oportunas por años, falta de inversiones para construcciones de plantas, equipamientos e insumos necesarios, falta de mantenimiento preventivo y reparador permanente en la red, descuido en la formulación y ejecución de planes ante el crecimiento de las demandas por crecimiento de la población, agotamiento de la energía hidráulica por negligencia en los procesos de refacciones y mejoras de plantas, sustitución de cuadros gerenciales y técnicos por actores de la politiquería de ocasión; entre otros.

Los daños que han ocasionado los apagones en Venezuela son de una dimensión incalculable, porque no sólo afectan a los ciudadanos comunes por la quema de sus equipos electrodomésticos y pérdida de alimentos; sino a las industrias, al comercio, las instituciones públicas, la red asistencial en salud, educación y transporte. Además que genera situaciones mucho más grave en la población por los problemas de violencia e inseguridad en el país, porque la obscuridad es propicia para aumenten los delitos contra la vida, salud y pertenencias de los ciudadanos.

Nadie entiende cómo se habla tanto de “revolución” en Venezuela, cuando las condiciones y calidad de vida de los nacionales cada día empeoran. ¡Cambio es el grito de millones y millones de venezolanos! ¡Así será!

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