miércoles, 1 de febrero de 2012

LAS AUTOCRACIAS CASTIGAN A LOS PUEBLOS

La pretensión del caudillo de Miraflores de convertirnos en un país de menesterosos, inserto en una clara estrategia para ejercer mejor el control social y la dominación sobre todos los estratos sociales, no es un planteamiento descabellado, porque la historia está abultada de enseñanzas en esta dirección, cuando se trata del ejercicio del poder de las autocracias y dictaduras de toda índole en el mundo (Hitler, Mussolini, Franquismo español, Pinochet de Chile, El Videla de Argentina, los Castros de Cuba, el Gadafi de Libia y el Chávez de Venezuela; entre otras).

En todas ellas podríamos sintetizar elementos comunes básicos: 1-Un líder carismático y culto a la personalidad 2.-Concentración de poder absoluto en el líder 3.-Liquidación de las libertades y derechos ciudadanos 4.-Militarismo 5.-Violación sistemática de los derechos humanos con medidas represivas brutales 5.-Supremacía rol del Estado 6.- Excesivo “nacionalismo” y en varios casos “antiimperialismo” para engañar y manipular a las mayorías 7.- Aparato propagandístico excepcional 8.-Cambios estructurales del Estado y la sociedad para legitimar la dominación de la élite usurpadora del poder central. 8.-Impacto sobre la población con medidas para generar miedo, terror y condicional imagen de invencibles. 10.- Pensamiento y partido de gobierno único. Salvo los Castros y Chávez (quienes andan en esa procesión) todas las demás han sido barridas por los pueblos por sus ansias de libertad, democracia, estado de derecho, justicia, igualdad y fraternidad.

¿Cómo son castigadas las mayorías nacionales con estas autocracias?...por lo dicho y porque en el caso de Venezuela los indicadores así lo confirman: la inflación más alta del planeta. Las cifras rojas por la violencia e inseguridad también entre las más altas del mundo. La escasez de productos básicos de la canasta alimentaria. Devaluación de la moneda y los sueldos y salarios de los trabajadores convertidos en sal y agua. Déficit de viviendas. Colapso del sistema eléctrico nacional, que se expresa en los apagones diarios en casi todo el país. Caos en los servicios públicos como sistema de cloacas, agua potable, aseo urbano, transporte público y vialidad. Colapso del aparato productivo nacional por política de expropiaciones de empresas, comercio y tierras, permitiendo que casi el 100% de los productos, bienes y servicios sean importados. Todos los poderes públicos dependen del Ejecutivo Nacional, es decir del autócrata de Barinas. Violación sistemática de los derechos de los trabajadores, empezando por el derecho a la vida y a la libertad. Amén del derecho a la organización sin imposiciones de modelos patronales-Estado, a la firma de convenciones colectivas, a los pagos contractuales y de ley. Aplicación de concepciones militaristas en el Estado y la sociedad. Concentración abismal del poder mediático en manos del Estado y difusión incesante de la propaganda oficialista. Aplicación del ¨Terrorismo de Estado” hacia las universidades, instituciones públicas y hacia los limitados espacios democráticos existentes.

No hay otra manera, así lo registra la historia y es la exigencia del presente en esta Venezuela castigada por la autocracia “chavecista”. Participar activamente, donde quiera que nos encontremos, en el desarrollo de las propuestas de cambio cualitativo para salir de este infierno; es una tarea impostergable. ¡Aceptemos el reto: autocracia o democracia!

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