viernes, 17 de febrero de 2012

CRIMEN ECOLÓGICO EN MONAGAS

Todavía se mantiene el clamor de miles y miles de personas por la carencia del agua de la vida, a raíz de un derrame petrolero sobre las aguas del Río Guarapiche, que mantiene en una situación de extrema gravedad la contaminación de esta fuente inagotable del existir de incalculables seres vivos en ese entorno de la diversidad ecológico del Estado Monagas.

Como siempre hay la pretensión de escurrir el bulto de la enorme responsabilidad de ciertas empresas por estos hechos de contaminación que causan graves daños al medio ambiente. Y en este caso, sin duda, la responsabilidad es de PDVSA, dado el rompimiento de un enorme tubo por donde fluye el “oro negro”, para el desarrollo de sus consabidos procesos de producción, industrialización y comercialización en los mercados nacionales e internacionales.

Se estima que se derramaron 60 mil barriles de petróleo (10 millones de litros) y se extendieron por un área de 40 hectáreas. Los daños son incalculables, porque fueron afectados cultivos, ganadería, manglares y pone en riesgo enormes producciones de camarones, cerca del Golfo de Paria. Amén del 70% de la población que habita en varios de los municipios monaguenses. No sólo –dicen los entendidos en la materia- se afectó al Río Guarapiche, con su impacto en la flora y fauna; sino también se contaminó el aire por los intensos olores de azufre.

Esa responsabilidad no puede ser escamoteada, porque días atrás, ocurrieron otros derrames de menor cuantía y los pobladores que residen a las orillas del Río Guarapiche lo habían advertido y esta empresa no hizo nada al respecto y porque, más grave aún al ocurrir el derrame mayor, ésta se tardó más de 12 horas en reaccionar, denunciaron personas afectadas de esa jurisdicción.

El mutis de PDVSA es sospechoso para dar una explicación convincente sobre este ecocidio, aunque mantiene más de 2000 personas trabajando en esa larga extensión territorial contaminada, lo cual es un claro indicativo de su mea culpa. Otras fuentes oficiales, incluyendo la del propio Presidente de la República, se suman a esa especie de silencio sepulcral sobre este tema, que se calculado entre los peores ocurridos en la historia de Venezuela y del mundo.

Una cuestión es cierta, PDVSA, ha venido descuidando sus roles primarios en lo referente a la participación en los diferentes tareas de exploración, producción, industrialización y comercialización del petróleo; porque la élite del poder, le ha venido asignando tareas de claro signo de la picaresca política, en labores de fortalecer el clientelismo partidista y del nocivo paternalismo de estado. Pdvsa, entonces, es clave que retome sus funciones originales, para que entre otras cosas, esté pendiente a tiempo completo en evitar esos graves daños ecológicos, como el ocurrido en ese Monagas del Oriente del país.

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