BRUTAL ARREMETIDA HAMPA CONTRA CENTROS EDUCATIVOS, SALUD E INVESTIGACIÓN

Al parecer la maldición de Sísifo cayó sobre Venezuela, de girar y girar sobre lo mismo, como castigo (¿hasta la eternidad?). Porque los temas problemáticos que nos agobian a todos son recurrentes. Y los que están sentados, como dioses intocables en el poder de Miraflores, siguen mirando hacia otro lado y priorizando esfuerzos de toda índole hacia “guerras de ficción”, dejando en tercer o cuarto plano el futuro, vida y desarrollo integral del país: la educación y la salud de los ciudadanos en todos sus niveles. Y no sólo por la disminución sustancial de los presupuestos en estas áreas, en correspondencia con sus necesidades y requerimientos; sino también por el abandono infernal, incluso, hacia las manos del hampa de escuelas, liceos, universidades y centros de investigación.

El desmadre y las pérdidas humanas y materiales son escalofriantes ante la inexistencia de planes serios para garantizar la seguridad del personal, de equipos valiosos, de los insumos y de la infraestructura física. O la hipótesis más grave: que, para intentar atajar las voces de la diversidad del pensamiento universal, que fluyen como manantiales de los centros mencionados, se le está permitiendo al hampa común y de las gorras rojas, que hagan y deshagan con la educación, la salud y la investigación en todo el país.

Conmueve un extenso documento-denuncia, firmado por prestigiosos académicos e investigadores reconocidos nacional e internacionalmente, Luis Fuenmayor Toro y Oscar Noya, ante la destrucción sistemática (por incursiones del hampa) en contra del Instituto de Medicina Tropical, con la consiguiente pérdida de costosos equipos de computación, aire acondicionado, sistemas de electricidad…reactivos, “muestras hemáticas de miles de pacientes pobres”, para el diagnóstico de enfermedades que los afectan…Sostienen que sólo en el 2016 fueron afectados por la barbarie del hampa 27 veces… y que, pese a la denuncia ante el CICPC, donde están involucrados 6 individuos armados, pertenecientes al colectivo la “Piedrita” poco se ha hecho.

¡Tiempos de barbarie, diría uno, con está élite cívico-militar de poder fundamentalista de indudable perfil fascista! ¡Todos estamos llamados a ponerle el cascabel al gato! ¿O dejaremos que continúen destruyendo al país?