jueves, 5 de julio de 2012

El EXCREMENTO DEL DIABLO EN CAMPAÑA ELECTORAL

La capacidad de asombro de los nacionales, sin lugar a dudas, debe haberse reducido a su mínima expresión, porque no sólo a las sombras de la noche se hilan con maestría los tejidos de la destrucción nacional; sino que, a plena luz del sol, la ignominia de los amos del poder en Venezuela deja boquiabierto al mismísimo Lucifer de los infiernos; cuando al símil de Sodoma y Gomorra la riqueza petrolera se dilapida a chorros en la campaña electoral de Chávez; en ese afán enfermizo de la perpetuación en el poder por el poder mismo; aunque se derriben en ese desenfrenado recorrido las barreras de la ética pública o, que los descamisados de siempre se queden con los crespos hechos, a la espera del cumplimiento de las promesas del caudillo a la solución de sus gravísimos problemas socio-económicos.

De esta manera, el candidato del oficialismo y su partido, vienen utilizando con descaro inaceptable las enormes ventajas que proporciona el manejo de los recursos de la renta petrolera o del “excremento del diablo” cómo lo denominó en su época, el padre de la OPEP, el ilustre venezolano, Juan Pablo Pérez Alfonso. Amén de todo el aparataje institucional del estado a través del manejo de las nóminas de personal y el clientelismo obligatorio, comisiones por construcciones de obras y negocios abiertos y encubiertos de distintos perfiles del sector estatal, las tributaciones; entre otros.

Esa es la razón que, ante un CNE que hace mutis al descaro propagandístico gubernamental, todas las instituciones públicas, incluyendo a PDVSA, son forradas hasta con saña, las paredes y espacios físicos de toda índole. Las reglas de la normativa electoral para el “equilibrio” de los Comicios Presidenciales del 7 octubre son echadas, sin miramiento alguno, al cesto de la basura o, ya lo veremos en aplicarse con todo rigor al sector disidente u opositor. A lo anterior se suma que, el oficialismo, cuenta en su haber con el monopolio mediático del estado y una increíble publicidad tarifada que no tiene límites.

Mientras tanto, en el marco de una nueva situación de Dependencia Nacional, cómo contrafigura a las celebraciones del 5 del Julio en Venezuela, en las bóvedas de los secretos de Estado, reposan los convenios leoninos en materia petrolera firmados con Rusia, China, Cuba, EEUU, Nicaragua e Irán; entre otros países. Pero su perjuicio huele a azufre, por las lecturas de lo poco que trasciende a la luz pública, por ejemplo, en las condiciones de pagos a la República. O por la concesiones precios a preferenciales por barril de petróleo y; peor aún por la entrega convenida de millones y millones de barriles de petróleo a futuro.

En ese mismo orden, las ganancias que se llevan las petroleras gringas son abultadas, con respecto al 40% que le queda al país. A Cuba, aparte de su descarada intromisión en todos los asuntos del país, se le regala el petróleo, porque casi nunca pagan o se les condona la deuda con frecuencia. En el caso de Irán los convenios son prácticamente un “secreto de Estado”, especialmente por el envió de gasolina, a grandes costos, con pérdidas irreparables para el país. Con el manejo discrecional que hace el gobierno con la información en esta materia, quizás nunca se puedan cuantificar los daños que vienen lesionando al patrimonio nacional.

De esta manera, cuando el oficialismo pretende engatusar a la gente con el eslogan de mover emociones y sentimientos…en la otra acera, la lucha es por el cambio con Capriles ante esta forma inaceptable de hacer “política”; porque de verdad lo que están dejando Chávez en el pueblo es el “corazón partió”, como reza el texto de una sonada canción popular.

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