PROPAGANDA ROJITA, CONTROL DE MEDIOS Y EXPRESIONES CULTURALES

Vivimos una etapa de mentiras, engaños, manipulaciones y estafa hasta de la fe y credibilidad del pueblo venezolano a nombre de una supuesta “revolución socialista, nacionalista y antiimperialista”, que ha resultado todo lo contrario al contenido de la retórica oficial, a la endemoniada propaganda y al control sobre los medios de comunicación, que nos recuerda con creces al Goebbels del nazi-fascismo alemán.

En efecto la historia registra cómo Joseph gobbels, Ministro de propaganda de Hitler, tomó el control de todas las formas de comunicación en aquella Alemania del terror y del genocidio: periódicos, revistas, libros, radios o a toda manifestación del arte, la música y la cultura. Y de cómo se persiguió a la crítica, disidencia o enfoques distintos al pensamiento único del régimen. Miles y miles de libros fueron llevados a la hoguera, incluyendo a famosos y creativos autores judíos Albert Einstein y Sigmund Freud; pero también a los libros de autores no judíos Hemingway, London y Lewis.

Si realizamos un ejercicio comparativo con las ejecutorias del régimen chavecista, salvando las distancias en el tiempo y matices diferenciadores, aquí ocurre en esencia lo mismo: casi todos los medios de comunicación son controlados por el estado, a otros se les impone la camisa de fuerza de la censura y autocensura o, simplemente, como el caso de Globovisión, se les cerca económicamente, a través de bestiales multas, buscando silenciarlos en forma definitiva.

En las escuelas públicas son obligatorios los textos, lecturas de contenidos ideológicos o el culto a la personalidad del mandamás de Miraflores¬. Y a las universidades autónomas, aparte del hostigamiento permanente con prácticas de “terrorismo de estado”; se les asfixia económicamente negándoles el presupuesto, obligándolas a restringir la adquisición de libros y revistas, expresiones de la cultura universal, paquetes actualizados del ámbito científico o del quehacer del pensamiento plural en el mundo de hoy. Tampoco es una cuestión del azar el cierre de museos y el acoso a recintos del ámbito cultural, porque “casualmente” sean gerenciados por personajes emblemáticos, distintos al modo de pensar del oficialismo.

En la presente coyuntura electoral, el ventajismo oficial por ese control de los medios y de la propaganda a favor del régimen y de Chávez luce grotesco, porque es el descaro convertido en un símbolo de lo que no debe hacerse; en correspondencia con el discurso y las normas establecidas por el CNE, el cual se declaró “incompetente” para velar por el apego de las mismas, con el caso evidente de violación de estos códigos de conducta, con el abuso de poder, a través de las cadenas nacionales a cada momento, del candidato oficialista del modelo autocrático prevalente en Venezuela.

La lucha por la libertad y la democracia en Venezuela, no resulta nada fácil, pero al Hitler Alemán, como todo “cochino” (tomando prestado esa expresión popular) le llegó su sábado. Los vientos de cambio soplan a nuestro favor, porque “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. ¡No a la censura y la autocensura! ¡No al ventajismo electoral! ¡Viva la cultura en todas sus expresiones! ¡Viva el pensamiento plural!