martes, 23 de septiembre de 2014

¿FRACASÓ LA MISIÓN “BARRIO ADENTRO” CUBANA?

Resulta realmente inaceptable ver morir de mengua a nacionales por la dramática situación de salud que se presenta en la actualidad en el país. Enfermedades que en el ayer no aparecían porque se lograron controlar con el esfuerzo del Estado y la sociedad, hoy (bajo las políticas y ejecutorias de este desgobierno) recobraron energía inusitada para romper records con las sumatorias en las cifras de las estadísticas rojas, en los cuadros demostrativos de morbi-mortalidad de la salud pública nacional e internacional (dengue, chikungunya, malaria, enfermedades respiratorias, diarreas y desnutrición). En la relación costo-beneficio en materia de salud, tendríamos entonces que llegar a la conclusión de que millones y millones de dólares (provenientes de la riqueza petrolera), fueron dilapidados o entregados a los cubanos sin ton ni son (Misión “Barrio Adentro”); con estos resultados tan miserables en medicina preventiva, epidemiología participativa comunitaria, educación para la Salud e indicadores de salud aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Da vergüenza ajena que las patologías señaladas, estén asociadas íntimamente al ascenso de los cuadros de pobreza a lo largo del territorio nacional y que, paradójicamente, la élite de poder oficialista mantenga el discurso mentiroso y manipulado de que vivimos en el “mar de la felicidad”, con el cacareado modelo cubano del “Socialismo del Siglo XXI”. Amparados en ese lenguaje “cantinflérico” y esa praxis ideo-política del odio de clases y de destruir todo lo que huela a “capitalismo”, terminaron por acrecentar –más bien- las desigualdades sociales y la exclusión social. La gente con mayores niveles de pobreza son los más afectados con esas enfermedades y son los que se están muriendo en las puertas de los centros asistenciales de “Barrio Adentro”, hospitales o mucho antes de llegar a tocar sus puertas. Las cifras exactas de enfermos y muertos por estas causa jamás las conoceremos, porque el totalitarismo de Estado “venecubano” ha impuesto (a través de amenazas, acoso y la cárcel) el “secretismo” de la información y la mordaza, contra quienes osen apartarse de la línea gubernamental.

Los subterfugios del desgobierno de Maduro (“Guerra económica”, “psicológica” o “bacteriológica” del “imperio” y “disidencia”), para confundir a los ciudadanos o trasladar las culpas a otros, ante su ineficiencia y corruptelas, no podrán sustituir la verdad con la realidad aterradora de montañas de basura, cloacas colapsadas, falta de agua o luz en cada rincón del país que, son fuentes inagotables para potenciar criaderos de zancudos, agentes transmisores de las epidemias que nos azotan, enferman o matan. Verbigracia el déficit de controles sanitarios con la entrada y salida de personas que provienen de zonas endémicas de otros países.

El “Barrio Adentro” cubano y toda la red sanitaria paralela, también cubana, que se impuso en el país como panacea a los males de salud del colectivo nacional, fue sólo una ilusión ideo-política, cultivada desde la dizque “felicidad socialista” para los más pobres. La ruina de la República es la misma ruina del Sistema Nacional de Salud. ¡Un cambio estructural ante esta grave situación resulta inevitable!


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