sábado, 13 de septiembre de 2014

TIRANÍA PERVERSA PROCUBANA

Algunos idealistas y soñadores del ayer llegaron a pensar utópicamente en una íntima relación entre socialismo, libertad, democracia, bienestar colectivo y ética política. El tiempo y la realidad socio-política por la caída del muro de Berlín, la URSS y satélites; amén de las experiencias con China, Chile, Nicaragua; los 56 años de la tiranía cubana y ahora 16 años de la tiranía venezolana; se encargaron de enrostrar que “del dicho al hecho hay mucho trecho” y que, son indiscutibles, -al contrario- los lazos indisolubles entre totalitarismo de Estado antidemocrático, militarismo represivo, destrucción económica, ruina, pobreza extrema y los antivalores del odio de clases y las perversiones de la ética política; para usufructúo del poder para el beneficio de clanes cívico-militares mafiosos y multimillonarios, en detrimento de las mayorías nacionales oprimidas.

La cacareada destrucción del “aparato de Estado burgués” en Venezuela para construir el “poder popular”, en lo que bautizaron como una “nueva etapa de transición política”; degeneró hoy en la actual contradicción con una boliburguesía y altos enchufados corruptos del desgobierno de Maduro y, los ciudadanos de a pie, despojados del poder de decisión y control sobre las decisiones unilaterales gubernamentales. La otrora descentralización de espíritu democrático conquistada con años de luchas ciudadanas, le impusieron el viejo caudillismo militar totalitario que resurgió con Chávez y continuó con la actual imitación grotesca del actual inquilino de Miraflores, que depende absolutamente de una élite del “gorilato militarista” y de los Castros octogenarios de la Cuba dictatorial.

La “transición económica” hacia el “paraíso socialista” ha sido otra burla más o, más bien un completo desastre: quebraron el aparato productivo nacional y las políticas de importaciones, que sustituyeron la base productiva y exportaciones en varios rubros; está convertida hoy en una fuente inagotable de corruptelas, derroche de recursos nacionales a granel e improductividad ociosa. No han sido capaces siquiera de garantizar la cesta básica a los nacionales, precios justos, moneda equilibrada y mucho menos empleo y un salario digno; el derecho a la salud y a un sistema educativo de calidad. La burocracia parasitaria y corrupta se encargó de darle un puntapié en el trasero a la supuesta propiedad social, colectiva y gestión directa de los trabajadores. Miles y miles de talentos nacionales han emigrado o hacen largas colas en embajadas de diferentes países ante el pánico que les produce los desaciertos del desgobierno procubano entreguista de Maduro y el caos nacional.

No obstante, el país está encendido por todos lados, como esos volcanes en plena erupción. La gente se siente engañada y en su rostro aparece la furia contenida. Las protestas sociales estremecen los cimientos de la sociedad y al Estado totalitario “militarista” opresor. Maduro acude a la represión para calmar a las masas enardecidas. No podrá contenerlas porque el desencanto y el infierno de la realidad queman las entrañas e intereses colectivos. Ni los captahuellas de la humillación y control “cubanizado” para aliviar el hambre atajarán a las multitudes indignadas, que claman por un cambio y enarbolan las banderas de la libertad, la democracia y el progreso para todos. ¡El “Don Quijote” del pueblo libertario venezolano, al parecer, se decidió enterrar al agónico modelo del dizque “Socialismo del Siglo XXI”.

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