domingo, 7 de septiembre de 2014

INSEGURIDAD ALIMENTARIA Y AMENAZA DE HAMBRUNA

Es difícil no recordar al discurrir sobre este tema, algunos aspectos puntuales de las peroratas demagógicas y populistas mediáticas del “Comandante Supremo”, ahora endiosado por la propaganda gobbeliana del “Castro-madurismo”, cuando en términos contradictorios llegó a decir: “dura el amor aún con hambre, claro, para siempre seguramente no dura”. Y que su praxis socio-política “cantinflérica” se encarga hoy de enrostrarle su irresponsabilidad histórica de navegar sólo con la brújula ideopolítica del modelo “castrista”. O mejor dando “bandazos” sobre el tema de la “seguridad alimentaria”: expropiando fincas, tierras y empresas agroalimentarias productoras a diestra y siniestra y, a su vez, derrochó abismales recursos de la nación en los fracasados proyectos de las “fincas zamoranas, gallineros verticales, cooperativas o empresas socialistas”.

Por ahí comenzó el desbarranco y se fortaleció la amenaza de la hambruna colectiva con la actual presencia del inepto heredero de Miraflores, que nos agobia a todos de incertidumbre y desesperanza. O peor aún: deja en manos de otros países la vergonzante panacea de la “ayuda humanitaria”, para que muchos nacionales no mueran por el impacto infernal del flagelo del hambre. Amén de observar hoy la agonía del proceso de descentralización, que abrió las compuertas de aires renovadores con proyectos regionales sobre seguridad alimentaria (agrícolas, pesca, ganadería y empresas agroalimentarias). También el caudillo de Barinas y su heredero a dedo se encargaron de defenestrarlos, con el argumento luciferino de que representaban “proyectos neoliberales capitalistas” y, en consecuencia, se constituían en enemigos de la “revolución socialista”.

La centralización totalitaria, se constituyó así en la herramienta estratégica de la hegemonía de la actual tiranía militarista, con lo cual el concepto de la economía productora daba paso al “asistencialismo populista”, que creo las bases del sostén político-electoral del régimen. En síntesis, así fue como nació el macro-proyecto Venecuba, como “alternativa” al dizque “neoliberalismo”. Pero hoy, sin duda, ha sido todo lo contrario al discurso politiquero de ocasión, porque es en esencia: despótico, antihumanista, anti-desarrollo humano, discriminatorio, represivo y hambreador. Los testimonios y pruebas están “a flor de labio”: Decrecimiento económico y del riesgo país, endeudamiento abismal y dependencia económica de China y Rusia; escasez e inflación de las mayores del mundo, devaluación constante de la moneda y sin divisas; ruina absoluta del aparato productivo nacional y desempleo galopante; deterioro del salario real de los trabajadores y amenaza seria de hambruna colectiva.

Al contrario de lo dicho por Simón Rodríguez: no inventaron y erraron demás. ¡Luchar por cambiar esta locura luce inevitable!… ¡En eso estamos, pero faltan muchos!... ¡Tú decides!

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