miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿”SOCIALISMO DEL SIGLO XXI” O “CUARTO MUNDO”?

A los venezolanos, al parecer, nos está costando mucho vencer la maldición de Sísifo de cargar y cargar una enorme piedra sobre nuestros hombres hasta la cima de una montaña por tiempo indeterminado, como castigo ante nuestra indiferencia o cobardía ante un régimen que nos oprime con criminal saña endemoniada. Cómo esas paradojas históricas conocidas “Los Miserables” de ayer somos “Los Miserables” de hoy.

Es la misma verdad de que nos habló Ernesto Sábato en la presentación de los tomos de una nueva edición del libro de Víctor Hugo, “Los Miserables”, la cual se contradice con ese mamotreto propagandístico de la “Revolución” con el “Socialismo del Siglo XXI”, porque sigue en Venezuela: “el abismo de la desigualdad social, el fundamentalismo económico, la corrupción de las clases políticas, el creciente índice de desempleo o las inhumanas condiciones de trabajo…la degradación de la justicia…hombres y mujeres abandonados a su sufrimiento y a su indigencia”. Todos los indicadores económicos y sociales nacionales e internacionales sostienen una verdad indiscutible: Venezuela está involucionando hasta las peores condiciones en calidad de vida. Vamos, sin duda, hacia el abismo de un país del “Cuarto Mundo”, superando al “Tercermundismo”. El modelo totalitario procubano dominante nos llevó hasta este infierno infrahumano: “El Socialismo del Siglo XXI”. ¿Quién lo duda?

No hay un rincón de la Venezuela de hoy, adónde no se observe a la gente desesperada a la “caza” de alimentos o productos básicos que desaparecieron de los anaqueles del comercio, porque se carecen de las divisas para importarlos o mejor porque este país no produce ni una aguja de alfiler. O porque en esa mezcla de realidades infernales que nos azotan: enfermedades emergentes y re-emergentes tocan las puertas de la muerte, a través de epidemias vergonzantes, que pudieron ser prevenidas o controladas, al poner en práctica los protocolos conocidas de la Organización Mundial de la Salud para estos casos. Así el dengue en sus diferentes variantes (incluyendo el dengue hemorrágico), la Chikungunya o enfermedades “raras” no diagnosticadas aún, hacen estragos en la indefensa humanidad del colectivo nacional.

Un país en bancarrota económica, social y moral ante clanes de poder del modelo totalitario procubano que se enriquecen a la luz de todos y desangran con total impunidad el erario público. Un país entregado e hipotecado a futuro ante los imperios de China y Rusia, mediante la firma de convenios “chimbos” de endeudamientos gigantescos, para tener acceso, a corto plazo, a “dinero fresco”. Y continuar así la rumba de un dispendioso derroche de la riqueza petrolera o el manejo ruin de las corruptelas con transacciones soterradas con el Estado. ¡Quieran algunos o no, el cambio luce inevitable para poder vencer así la maldición de Sísifo! ¡Qué nadie lo dude!

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