domingo, 12 de octubre de 2014

¿AGONIZA LA TIRANÍA VENECUBANA?

Tanta crítica del “Castro-chavo-madurismo” al “Pacto de Punto Fijo” para terminar con el “Pacto de la Habana” (o “Proyecto Venecuba”) que ha sido peor, a la luz de los resultados desastrosos en todos los órdenes, cuyos indicadores cuantitativos y cualitativos están allí reflejados en los rostros de millones y millones de nacionales y cubanos que padecen de hambre, miseria, escasez, hiperinflación, desempleo, represión o cuyas vidas no valen nada por el derrumbe del derecho a la salud o, porque la violencia uniformada o no, hizo trizas el derecho a existir. O porque todos esos contenidos de la retórica sobre principios, valores y rectitud dizque “revolucionaria” fueron echados al cesta de la basura, ante la ola irrefrenable de corruptelas de toda índole. O porque surgieron castas de poder sólo para amasar privilegios y capitales, en detrimento de las mayorías depauperadas.

Las excusas reiterativas con las proclamas mediáticas y propaganda desbordante “antiimperialistas” y “ultranacionalistas”, ya no les vale de nada, en contraste con la cotidianidad de la vida miserable que padecen los habitantes de aquella isla del Caribe y los ciudadanos de a pie de Venezuela. En Cuba, en las primeras décadas, pudo tener algún efecto en la población lo anterior, por los errores políticos de EEUU con el embargo y otras acciones cuestionables del pasado. Pero, ya eso se fue disipando y la gente se pregunta: ¿debo vivir toda la vida en la más absoluta pobreza y sin libertades de ningún tipo, sin siquiera poder morir con decencia? Y han pasado 56 años de tiranía “castrista” y los procesos de huir de la isla como sea, aún a sabiendas de perder la vida, en los últimos se han incrementado a grado sumo. ¡Es una gran farsa –dirán- que el “socialismo totalitario” es sinónimo de vivir en el “mar de la felicidad”. Por eso los “Castro”, ante la realidad de estar padeciendo hoy, otra de sus peores crisis socio-económica, están dando “carta blanca” al capital extranjero para que inviertan en la isla, prometiéndoles “seguridad jurídica, no expropiaciones y repatriación de sus dividendos”. ¡Válgame Dios, Marx y Lenin, estarían retorciéndose en sus tumbas!

En el caso de la tiranía venezolana, tiene sus particularidades, aunque formen parte del mismo Proyecto de entreguismo al régimen cubano. Colocan el acento en defender, como sea, a las cúpulas de poder. Pero, repiten como loros, los mismos procesos fracasados vividos por la tiranía cubana: destrucción del aparato productivo nacional, expropiaciones a granel de empresas, tierras y comercios. Importaciones restringidas de los productos básicos y no básicos por el Estado. Control totalitario de precios y resquebrajamiento del libre juego de la oferta y la demanda. Manejo discrecional de las divisas. Y las consecuencias: escasez infernal de todo (alimentos, medicinas, repuestos…), hiperinflación, desempleo galopante, devaluaciones sucesivas de la moneda nacional, decrecimiento económico y altos grados de corrupción en todos los niveles.

La otrora “Sodoma y Gomorra” de los contenidos bíblicos, se quedaron corta ante la decadencia integral de la República, especialmente en los ámbitos de la ética y moral pública. Por eso, hacemos nuestra las reflexiones de Berger J: “De nuestros despojos y rotos cuerpos habrá que levantarse un mundo nuevo. ¿Lo veremos? ¿Importa si lo veremos? Creo que no importa tanto como el saber a ciencia cierta que nacerá y que en un largo y doloroso parto de la historia algo y todo pusimos: vida, cuerpo y alma. Amor y dolor que no sólo riman, sino que se hermanan y juntos marchan”. ¡A despertar, a luchar!



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