lunes, 20 de octubre de 2014

¡SÍ CALLAN LAS VOCES CRÍTICAS, CALLAN LA LIBERTAD!

Cuando uno se da cuenta del uso de procedimientos perversos y fascistas del régimen, contra los escasos medios de comunicación social independientes que quedan, o la aplicación descarada de medidas sancionatorias contra otros, por sus posiciones críticas a la actual gestión gubernamental; o la persecución policial y privación de libertad a estudiantes, sindicalistas, políticos, caricaturistas, luchadores sociales y tuiteros por sólo ejercitar el pluralismo del pensamiento y opiniones sobre la infernal realidad sociopolítica del país; muestra una clara determinación de los actores ideopolíticos del “Proyecto Venecuba” de avanzar hacia la consolidación –a sangre y fuego- de una férrea dictadura “militarista” y negadora de todo vestigio de libertades ciudadanas y espacios democráticos. Y hasta la ONU y otros organismos internacionales parecieran dar la espalda impunemente ante esta tragedia humana nacional. O como lo dijo John Berger: “Quien mira por encima, quien mira hacia otro lado o quien cierra los ojos es, como mínimo, cómplice de lo que sucede”.

De esta manera, a los ciudadanos de a pie se nos obliga a andar como el legendario Sísifo de la mitología griega, con ese eterno calvario de la maldición eterna del sufrimiento humano. Y en contraste, habría que calarse este desvarío del poder omnipotente del “Estado forajido”, que se adueñó de todo y sólo medianamente nos deja sobrevivir, por ejemplo, de las importaciones de alimentos, a través del guión cubano racionado de los mendrugos de pan destinados al colectivo nacional. Una neo-moderna forma de esclavitud, pero con las caretas mentirosas del dizque “mar de la felicidad” o del cacareado “Socialismo del Siglo XXI, ¡qué nunca ha llegado, ni llegará! Por eso, hay que gritar como las otrora voces de la resistencia mexicana Zapatista: “Por trabajar nos matan, por vivir nos matan. No hay lugar para nosotros en el mundo del poder. Por luchar nos matarán, pero así nos haremos un mundo donde nos quepamos todos… y todos vivamos sin muerte en la palabra”.

El monopolio mediático del Estado resulta abrumador y el cerco económico, policial y judicial contra los pocos medios que sobreviven a la censura y autocensura tiene un carácter épico. Por eso resulta un acto indigno no levantar la voz de rechazo y protesta contra los desmanes totalitarios del régimen hacia los Diarios “El Nacional” y “Tal Cual”, negándoles los insumos necesarios (papel, tinta…) para que no continúen circulando. Silenciarlos -como sea- parece ser la orden de los barbudos de la Habana, amos y señores del poder político y económico del país. Quieren auto engañarse señalándoles como culpables del actual desastre nacional o, como opositores a ultranza que merecen la hoguera, ante las supuestas herejías de los contenidos cuestionadores y críticos a la luciferina gestión oficial y al modelo procubano históricamente fracasado. Pero, parafraseando al poeta Neruda: de todas las verdades…no podrán escoger el día…no podrán atarnos a sus cadenas…no podrán despedazarnos las palabras, ni destruirnos la utopía real de la paz en libertad… ¡nadie detiene el río de los sueños!

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