martes, 21 de enero de 2014

¡LA HISTORIA JAMÁS LOS ABSOLVERÁ!

Sólo un desinformado o iluso podría negar esa marcha direccionada e inexorable de avances del “Proyecto Venecuba”, con ese concurso de hilar con maestría y finura los tejidos estratégicos, allá en la Habana de los barbudos octogenarios que, aspiran con obsesión de beatos marxistas, se materialice ante sus ojos con algunos resultados, antes de sus viajes hacía el propio infierno de lucifer.

Los petrodólares venezolanos, proporcionados desde hace tiempo por el apátrida fallecido caudillo de Sabaneta y ratificado hoy en “bandeja de plata” por el ilegítimo de doble nacionalidad de Miraflores, dieron rueda suelta a sus propósitos insanos de hegemonía estatal absoluta en el poder y del experimento social del ya fracasado modelo del “Socialismo del Siglo XXI. Porque fue construido sobre los hombros de miles y miles de personas, que en su papel de víctimas regaron con su sangre inocente, actos genocidas atroces, que algún día la historia se encargará de enrostrárselo a esos criminales, para que ésta jamás los absuelva.
En la Cuba castrista del ayer los paredones de fusilamiento cegaron las vidas (nunca se sabrá) de incontables personas que, inocentes o no, blindaron por 54 años el muro odioso y separatista entre los incondicionales al lado del régimen y los irreverentes, entre los cuales, las balsas de los naufragios en el mar, se convirtieron para muchos en las tumbas del nunca jamás.

En Venezuela, la suma que aportan los estudiosos del tema, arroja la escandalosa cifra roja de 250.000 victimas de la violencia e inseguridad, desde la llegada al poder del “castro-chavecismo-madurismo” hasta la actualidad. Estos “pichones” aventajados del estalinismo marxista sanguinario del ayer, han cumplido a cabalidad sus despropósitos de tratar de imponer a “sangre y fuego” su rancia doctrina ideopolítica totalitaria, en desmedro de las banderas de libertad, democracia, justicia, fraternidad, progreso y bienestar que aspiran todos los hombres civilizados del planeta.

No obstante, la engañifa del contenido de sus discursos y acciones ideopolíticos todavía hace mella en porciones importantes de la población. Y por ello, no se puede escatimar esfuerzo alguno en escudriñar y desnudar sus mentiras y manipulaciones. Adrede los avances para el control mediático absoluto, mediante estratagemas de censura y autocensura de medios de comunicación independientes y críticos, con los consabidos cuentos infantiles de que los demás son los responsables del desastre socioeconómico, excluyéndose ellos de las culpas evidentes.

Amén de las repetitivas promesas que jamás han cumplido de transformar, a Cuba y Venezuela, en grandes “potencias”, con los “más altos niveles de vida del mundo”. ¡“Mar de la felicidad, pues”! Y la realidad el contraste: pobreza, miseria y ruina. Hombres y mujeres desesperanzados, que recorren cómo zombis distintos lugares de ciudades, pueblos y caseríos para adquirir alimentos, medicinas, jabones o el papel tualé para limpiarse el trasero.

¡Democracia o dictadura roja rojita sigue siendo el dilema del colectivo nacional! ¡Tú decides! ¡A ellos, a los responsables señalados- estamos seguros- jamás la historia los absolverá!

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