miércoles, 8 de enero de 2014

“LAS MASACRES” SON COTIDIANAS, SEÑOR MADURO

El abominable asesinato de la actriz Mónica Spear y su esposo en presencia de su pequeña hija, al parecer, está despertando de un largo letargo y de la borrasca de las fiestas de diciembre a una porción importante de la población nacional y de la opinión pública interna y externa, al reconectarlos con la dramática realidad social por la cual atraviesa Venezuela, ante un diagnóstico incuestionable y dramáticamente cruel: vivimos en una sociedad gravemente enferma y un “Estado delincuente” e inútil, que no puede ser ocultado por la mentiras y manipulaciones mediáticas e ideopolíticas del desgobierno del señor Maduro.

Son incontables los informes técnicos, los estudios sociológicos, los reportajes periodísticos y los artículos de opinión; amén de los testimonios de los familiares de las victimas por el hampa o por los supuestos “guardianes del orden” del gobierno, que dan cuentan de los horrendos crímenes y masacres que vienen ocurriendo a diario en el país ante la mirada contemplativa o más bien cómplice de las autoridades nacionales y regionales. Por lo tanto, no sólo es el caso del asesinato horrendo de la bella actriz y su pareja, señor Maduro.

Le traemos a colación una muestra testimonial: antier en la ciudad de Cumaná, en el sector Caigüire, detrás de la Circunscripción Militar, cuatro miembros de una misma familia fueron masacrados a tiros por pistoleros en su propia casa. Y ayer un profesor de la Upel y su madre fueron acribillados a balazos por “malandros” para robarlos en un apartamento citadino. Y las cifras de las estadísticas del Observatorio Venezolano de Violencia son inobjetables y aterradoras para el año que concluyó: 24.763 muertes violentas, con una tasa de 79 por cada 100.000 habitantes.

Mientras lo anterior ocurre, señor Maduro, una Ministra de su Gabinete, Iris Varela, en actos por demás irresponsables y carentes de toda lógica científica y técnica, libera a diestra y siniestra a miles de personas de las cárceles venezolanas, incursas en graves delitos, para demostrar su “eficiencia gerencial y revolucionaria” por aquello de “acabar con el “hacinamiento carcelario”. Por cierto, en su desgestión las masacres en las cárceles han estado a la orden del día. Ha migrado la delincuencia profesional desde las cárceles a los diversos sectores de la sociedad venezolana. Cualquier ávido estudioso o profesional del área podría demostrar la “locura” de estas acciones en pro de los delitos de toda laya en contra de indefensos ciudadanos.

Pero la impunidad, señor Maduro, ha sido una de las reinas de esta desgracia social e institucional. El desgobierno del Señor Chávez y el de usted se han encargado de desmontar todo lo que huela idoneidad, transparencia y ética en la administración de la justicia en Venezuela. “Ideopolitizaron” el Estado de derecho para ponerlo al servicio del Psuv y de las directrices de la tiranía de los Castro de Cuba. Una descarada violación a la vigente Constitución Nacional, que usted la sigue convirtiendo en letra muerta. Verbigracia el caldo de cultivo negativo que representa copiar el modelo fracasado cubano del “socialismo real” y el desastre de sus políticas en materia social y económica; generadoras de hambre, miseria, corrupción y delincuencia.

Y concluyo parafraseando dos poemas de Pablo Neruda para la reflexión colectiva: El hastío forcejea con los lentos crepúsculos/ Pero la noche llega y comienza a cantarnos/ La luna hace girar su rodaje de sueño/…AL GOLPE de la ola contra la piedra indócil/la claridad estalla y establece su rosa/ y el círculo del mar se reduce a un racimo, / a una sola gota de sal azul que cae.

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