domingo, 12 de enero de 2014

¿LA “PATRIA” YA NO ES EL HOMBRE, NI LA VIDA…?

En ese bufo teatro de los supuestos “patriotas” ya las máscaras comienzan a rodar, mostrando el cuerpo desnudo de la cruel realidad del “hombre nuevo” del régimen rojo venezolano, en la cual muchos adolescentes, parodiando al prócer José Antonio Páez, vuelven “cubiertos de gloria” enseñando las armas de la violencia teñidas de la sangre de miles y miles de nacionales inocentes, para despojarlos de sus pertenencias y de la vida misma…en se parodia los ángeles del futuro fueron transformados en los propios demonios, en ese pacto espantoso con los frutos de los ahora “buenandros”, para mantener incólume el férreo poder luciferino de Miraflores y de la Habana de los Castro. El canto de Alí Primera por la “Patria”, fue claramente desdibujado. Ya no es por la “Patria”, ni por la vida de los venezolanos… ¡El Pacto con los Mandinga cubanos arrasó con todo! Y este ciclo de obscuridad de la República en la actualidad no muestra todavía luz en el túnel. Lo que se proyecta es esta especie de “La Guerra del fin de Mundo”, al mejor estilo de esa obra de la literatura contemporánea del insigne escritor Mario Vargas Llosa.

Pero, los hechos sociales son dinámicos y generan cambios inéditos en cualquier sociedad. Por eso, el horrendo asesinato de la actriz Mónica Spear y su esposo, por aquellos que el mismo Marx denominó cómo “escoria social” o “lumpen”; se logra esa extraordinaria metamorfosis de que se dejará de invisibilizar a los crímenes de todos lo días, a las masacres cotidianas de venezolanos. Cuyas estadísticas rojas indican cifras de casi 25000 personas cómo victimas de la violencia en el 2013. O cifras estadísticas de muertes muy por arriba de las que arrojan el conflicto bélico en Irak y por la violencia del narcotráfico en México, durante ese mismo lapso. Y lo más trágico o lo peor la podredumbre de esta tiranía dependiente del régimen cubano, es de que están al tanto de lo que ocurre en cada rincón del país y lo ocultan; a través del poder mediático a su favor y por el contenido de la propaganda gobbeliana, que repite una y otra vez que vivimos en esta especie de “mar de felicidad”, direccionada por los protagonistas del cacareado “Socialismo del Siglo XXI”.

Vivimos un clima tenebroso, similar al denunciado por el generalísimo Francisco de Miranda, en plena época colonial: “al ver hombres de los más ilustres y distinguidos, clase y condiciones…tratados como facinerosos…a la ancianidad, al rico, al pobre…al sacerdocio, reducidos a grillos y cadenas y condenados a respirar aire mefítico que, extinguiendo la luz artificial, inficionaba la sangre y preparaba a una muerte inevitable…”. No es acaso el drama de las calles del país o en las cárceles con presos políticos, cómo ocurre con un Simonovis, un Baduel u otros cuyos únicos delitos son la de mantener posiciones distintas a los amos del poder en la Venezuela del presente. ¡Bochinche!, ¡bochinche!…gritaría Miranda el “peregrino de la libertad”.

Las condiciones que enarbolan los voceros de este drama del poder omnímodo están precedidas de la sumisión y la capitulación de las ideas libertarias y democráticas. No hay verdadera intención de dialogar con sinceridad y enfrentar problemas graves como el de la violencia e inseguridad. Mucho menos hacerlo como en el contenido de uno de los famosos libros de Paulo Coelho (“A orillas del río Piedra me senté y lloré”) en el reencuentro de una mujer con su amado que llevaban caminos muy distintos, pero que al final se unen para cumplir sus sueños de amor y por la esencia de la vida. Pero, por ahora eso no se avizora.

Por lo tanto, sin duda alguna, la postura de la resistencia pacífica y democrática es la única opción para evitar que la rueda de la anti-historia nos aplaste o, nos quiten la vida sostenida y progresivamente. ¡A luchar pues, venezolanos de todas las tendencias!


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