¡LA TIRANÍA ROJA CAMINO AL INFIERNO¡

Aunque al decir de muchos los babalaos cubanos, sectas jurunga muertos, shamanes tarifados y demás sujetos integrantes de la odiada “metáfisica burguesa” ante el paradigma doctrinario materialista “marxista-leninista cubanoide”; son entremezclados en rituales misteriosos por la élite “chavo-madurista” en algún rincón de Palacio; lo cierto es que este “coctel diabólico” no le ha servido de mucho a esta cúpula cívico-militar, para impedir que el rumbo de Venezuela sea direccionado inequívocamente hacia los caminos del infierno luciferino. Por eso, hagan lo que hagan la procesión va por dentro en lo referente al anunciado fracaso de la trilogía roja-rojita interna (gobierno, Estado y el Psuv) y factores externos de la alianza convenida (“castrismo-cubano”, imperios chino y ruso y algunos desgobiernos “chulos” de América Latina). El descalabro económico, político, social y ético está a la vista de todos en el país. Y sustentando por los más conspicuos analistas del mundo académico, empresarial, laboral y de diversas áreas del quehacer intelectual y humano.

Lo que está ocurriendo en la “Cumbre de Panamá” es una muestra de la mojigatería oficial y de la capacidad expresada en el manejo mal habido de los petrodólares para montar el circo “anti-imperio” y tratar de tapar la realidad caótica del país ante propios y extraños. Pero la realidad y la verdad van juntas para hacer posible que brille el sol de futuro y no deje huellas de un modelo socio-político absurdo y fracasado en distintos países del mundo. He ahí los testimonios: La gente en la calle deambulando de un lado a otro por mendrugos de alimentos o de la medicina necesaria para sanar el cuerpo ante enfermedades distintas. O el horror de andar en barrios y urbanizaciones a cualquier hora y ser víctimas del hampa. O los apagones eléctricos de la oscurana, porque caducaron los componentes del sistema nacional ante la falta de inversión y mantenimiento por años. Y en contraste el dinero de todos los venezolanos es botado alegremente por olas gigantescas de derroche y corrupción, como lo que está ocurriendo en Panamá para comprar lealtades o planificar shows para dizque oxigenar el liderazgo de Maduro, cuyos resultados son el hazmerreír de todo el planeta.

Esta Venezuela de hoy, la tiranía roja rojita, sólo deja a su paso el estiércol para la humillación e indignidad del colectivo nacional, como el hecho de empujar sin contemplaciones a la menguada clase media, a los empresarios y comerciantes al despeñadero del no retorno, con el drama de otro ajuste cambiario desfavorable para viajar y comprar productos del exterior, con la añadidura del establecimiento de reglas discriminatorias para favorecer a los entidades bancarias del estado y golpear así a los bancos privados. Amén del drama que se agudiza por la falta de divisas para todo el proceso de importaciones de alimentos, medicinas, equipos, servicios y paquetes tecnológicos requeridos para satisfacer la demanda colectiva nacional. La orfandad del país sobre las materias señaladas coloca a la República al borde del abismo y de que, sin duda, marchamos inexorablemente hacia atrás como el cangrejo, hacia un régimen absolutamente totalitario y militarista; de atraso y ruina nacional.

Ojala los nacionales y todos los ojos del mundo sepan entender que la consolidación del régimen es proporcional a la acentuación del hambre, miseria, pobreza, corrupción y represión. ¿Todavía alguien lo duda?