miércoles, 1 de abril de 2015

¡PANES NO SE MULTIPLICAN, LA CORRUPCIÓN SÍ!

En la Venezuela de hoy, al parecer, millones y millones de personas acosadas por la falta de alimentos y el alza irrefrenable de los precios de los pocos productos que se consiguen; ruegan al Dios supremo, que su hijo Jesucristo, repita aquella hazaña milagrosa de multiplicar los panes, los peces y curar los enfermos…para paliar el sufrimiento y por qué no de la muerte a mengua (hambre y enfermedades) de incontables nacionales en cada rincón del país. Las cifras rojas sobre lo dicho nunca se sabrán, porque éstas forman parte del “secretismo” del Estado totalitario en el país. Pero, es evidente que esto viene ocurriendo por las inmensas colas de la gente desesperada por adquirir alimentos y medicinas en los centros comerciales públicos y privados en esta Venezuela petrolera de la vergüenza ante el mundo, porque de alimentos y medicinas se carece y, en contraste, aparecen multiplicadas frondosas cuentas dudosas multimillonarias de altos enchufados del régimen en entidades bancarias del exterior (Suiza, Andorra, España, Panamá y EEUU). Es decir, hambre y muerte para los pendejos…pero privilegios y prebendas para los miembros de las castas de poder rojo rojitos, cuyo enriquecimiento súbito por acciones de corruptelas asombran al mundo entero.

No obstante, a los “descamisados” de siempre, hay que aclararles que Dios le concedió los recursos de la naturaleza e inteligencia para que creara los instrumentos necesarios y, con el sudor de su frente, proveerse de los alimentos y medicinas necesarias para la vida. Los milagros de Dios son excepcionales y no se vislumbra, por ahora, que Jesucristo de otra muestra de sus dones divinos para multiplicar panes y medicinas para los 30 millones de habitantes de la Venezuela presente. En aquella época antigua de mucha fe cristiana, el Hijo de Dios realizó dos acciones milagrosas al multiplicar panes y peces y curar enfermos para sus miles de seguidores que, ni siquiera contaban con los denarios suficientes para satisfacer estas necesidades básicas en la ciudad Betsaida , cerca del desierto, adónde ocurrió la primera acción milagrosa. Así mismo, Dios dotó a Venezuela de inconmensurables riquezas (petróleo, oro, diamantes, hierro, bauxita, bosques tropicales, riqueza hídrica…) para a través de éstas generar riqueza agropecuaria, minera, industrial, turística, pesquera y pare usted de contar. No es Dios culpable de que sus des-gobernantes la derrocharan a más no poder en disparates increíbles, sin que jamás pusieran en práctica lo obvio o, aquella famosa prédica (siglos después) de Uslar Pietri y Pérez Alfonzo de “sembrar el petróleo”.

Por cierto, la multiplicación de panes, peces y curar enfermos fue una contundente respuesta de Jesucristo ante los atropellos y crímenes de Herodes contra los cristianos de la época. Siendo su principal víctima el apóstol Juan Bautista, cuya cabeza decapitada, le fue entregada a la Hija de Herodes, Salomet, en medio de un ostentoso banquete en honor por el cumpleaños de este déspota del horror en la violación de derechos humanos. Pese a la enorme distancia en el tiempo de esos sucesos, se observan similitudes con lo que ocurre en la Venezuela de hoy: sin panes, sin peces y sin los alimentos y medicinas básicas para satisfacer las demandas de los que menos recursos tienen…la respuesta de la tiranía roja: represión salvaje y violación descarada de los derechos humanos, con lo cual ocultan las corruptelas y los resultados fracasados de su modelo socio-político y de gestión “comunistoide”.

¡Ayer como hoy Dios y su hijo, Jesucristo…nos tenderán las manos!… pero no olvidemos nunca la vieja sabia frase popular, atribuida a Dios: “ayúdate, que yo te ayudaré”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario