viernes, 6 de abril de 2012

GOBBELLS, EL ANTICRISTO

Dios, el ser supremo y Rey absoluto del universo, cada día nos demuestra su capacidad infinitiva para cultivar la fe, bondad, humildad y porque el amor siempre prevalezca entre todos los seres humanos, desterrando el odio y las divisiones inútiles. Siendo estos días de Semana Santa la ocasión propicia para recordarlo y reflexionar en relación a estos temas. Pero asumiendo el compromiso de las rectificaciones a que haya lugar como pecadores que somos e incapaces, a veces, de resistir a las tentaciones de la vida mundana.

Así mismo, tener claro, de que hay seres humanos que no aceptan las enseñanzas bíblicas, ni la palabra de Dios y que, por el contrario, por su pensamiento y acciones se constituyen en la propia reencarnación del mismísimo Lucifer, del anticristo pues. Ello lo refleja la historia de estos personajes y, más aún, sí la influencia de sus procederes son todavía el caldo de cultivo de individuos, grupos y élites de poder para cometer delitos atroces, actos genocidas, guerras entre pueblos y países; odios y divisiones.

Alguien podría dudar de que, por ejemplo, Joseph Gobbells, quien fue Ministro de propaganda del Hitler nazi-fascista no representa el anticristo en toda su dimensión (Hitler también lo fue, por supuesto), por la creación y uso descarado de una filosofía para engañar y manipular a las personas. Filosofía que, hoy por hoy, es el decálogo de élites de poder en el planeta, para atornillarse en éste por años y años, sin consideración siguiera a la rueda inclemente del tiempo e impidiendo se materialice la ansiedad alternativa democrática en el ejercicio de gobierno. Máxime sí esas gestiones gubernamentales han conducido a múltiples países al despeñadero, a la ruina absoluta y al caos social.

Revisemos los principales principios filosóficos de este anticristo genuino:Principio de la simplificación y enemigo puro: Única idea. Único símbolo. Único enemigo. Principio del método de contagio: Reunir adversarios o enemigos en una sola categoría. Principio de la transposición: Cargar a los adversarios los errores y defectos. Responder a los ataques con ataques. Negar malas noticias, inventando otras que los distraigan. Principio de la exageración y desfiguración: Convertir una anécdota, así sea pequeña, en una amenaza grave. Principio de la vulgarización: Propaganda de contenido popular. Dirigida a las grandes masas. Principio de orquestación: Repetir hasta la saciedad ideas centrales. Mentiras repetidas, se convierten en verdades. Principio de la verosimilitud: construir argumentos de fuentes e informaciones diversas. Principio de la silenciación: acallar ante falta de argumentos y disimular noticias que favorecen al adversario. Principio de transfusión: Uso de simbologías, mitos, complejos de odios y prejuicios. Arraigar actitudes primitivas. Principios de la unanimidad: Crear clima de que todo lo planteado es apoyado por todos, por unanimidad.

Sin duda, esta filosofía del anticristo Gobbells ya está en Venezuela y es utilizada con un caradurismo sin límites por la élite que nos gobierna. ¡Dios nos agarre confesados!



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