domingo, 3 de junio de 2012

PARTICIPACIÓN CIUDADANA SIN PROTAGONISMO REAL

Si bien es cierto que la Participación Ciudadana en Venezuela tiene rango constitucional y goza de gran notoriedad mediática a lo interno del país y fuera de la frontera patria; ésta en el contexto de la praxis socio-política continúa siendo una quimera y se reduce, en gran medida, a un mero sentido “utilitario” para fines político-partidista y a la asistencia “obligada” de los colectivos a sin número de eventos de perfil institucional, bajo las sombras de un régimen calificado de autocrático, de rendirle culto al caudillo-Presidente, de corte “militarista”, mezclado con “populismo”.

De esta manera, el aparato de estado “chavecista” deja en el paraíso de los sueños la concepción de la Participación Ciudadana como derecho político y ejercicio de ciudadanía, porque cualquier manifestación o expresión de grupos de ciudadanos al margen de las ataduras del Estado y del partido de gobierno, casi es considerado de subversivo, desestabilizador y propio de “proimperialistas” y “apátridas”, cuyo peso de la ley siempre está presto para el acoso, hostigamiento, represión desmedida, cárcel y el “exilio compulsivo”. Para muestra un botón: cárcel, “exilio” y juicios amañados contra decenas de líderes sindicales, gremiales, políticos y luchadores sociales disidentes o críticos.

A la Participación Ciudadana se le limita a grado sumo la autonomía y protagonismo efectivo y auténtico, porque a los actores institucionales se les direcciona desde la casta cívico-militar para tutelarla a través de interesados mecanismos de arropar toda lo que huela a disidencia o crítica al régimen. Y contra su voluntad y conciencia ciudadana se le instruye, compulsivamente, su lealtad con el líder de Miraflores y con la dizque “revolución bonita”.

Así mismo, al cacareado pluralismo político y ejercicio democrático, blindado por la Constitución Nacional, es asfixiado por los controles del partido de gobierno, que enlazado con el aparato de Estado, obliga a los ciudadanos a inscribirse en el partido rojito, so pena de excluir a los ciudadanos del derecho al trabajo en la administración pública, los beneficios de los programas y misiones sociales y se les señala como una especie de parias, a quienes se les niega todos los derechos ciudadanos.

Los ciudadanos nacionales no participan en los grandes asuntos en la toma de decisiones del Estado y la sociedad, porque la élite que gobierna sólo se limita a informar cuestiones banales, pero bajo la figura del secreto de estado, no se sabe de las cifras de endeudamiento con China o Rusia, por ejemplo, o los gastos desmesurados en armamentos para una “guerra ficticia” o los costos siderales en donaciones y regalos a otros países, para apuntalar en el ámbito internacional la figura mesiánica del caudillo de Miraflores, en desmedro de las mayorías nacionales.

Es urgente rescatar, en la práctica, los derechos ciudadanos en relación a la verdadera participación protagónica y democrática en todos los ámbitos del acontecer nacional y; para ello es necesario derrotar política y electoralmente al modelo autocrático y personalista que rige actualmente al país. ¡Nos vemos el 7 de octubre!

No hay comentarios:

Publicar un comentario