domingo, 24 de junio de 2012

¿“SALVAN EL PLANETA” LOS ECOCIDAS?

“Salvar al planeta” propone en su Plan Nacional 2013-2019 el candidato oficialista reeleccionista, para repetir como loro una propuesta de Fidel desde hace varios años o para identificar su personalidad ególatra con esa especie de dioses inmortales que luchan por la longevidad de sus proyectos personales, que en su caso se asocia con su paraíso mental y de ficción del “Socialismo del Siglo XXI”. La lucha por “salvar el planeta” a todas luces luciría inobjetable, sí la propuesta no viniese del principal protagonista de una gestión de gobierno, cuya praxis social ha sido todo lo contrario, la de atentar permanentemente contra todo lo que huela a preservar el medio ambiente en esta Venezuela hermosa, cuya diversidad y potencialidad de su extraordinaria riqueza natural es objeto de la envidia del planeta.

Así las cuencas de Guayana y del Amazonas venezolano cuyas extensiones geográficas cubren medio país y sus riquezas naturales inmensas y todavía desconocidas en gran parte por el mundo entero. Amén del patrimonio de las múltiples etnias que allí se encuentran, que luchan con denuedo por su sobrevivencia física, culturas y civilizaciones específicas; son hoy presa de acciones criminales y amenazas de grupos irregulares extranjeros y nacionales, ante la mirada complaciente e integrantes de mafias de funcionarios de este gobierno, que se dice defensor del medio ambiente y etnias del planeta.

En Monagas, el Río Guarapiche, cuyas aguas mitigan la sed y dan vida a miles y miles de monaguenses; fue objeto de un brutal derrame petrolero del que se tenga noticias en toda la historia del país. Un acto por demás criminal y ecocida, donde la máxima empresa estatal Pdvsa, tiene toda responsabilidad al descuidar las labores propias preventivas y de mantenimiento, especialmente de la red de tuberías, por donde hace su recorrido el “oro negro” para ser comercializado en otros países o para el consumo interno. Todo el teatro gubernamental para tratar de tapar los daños ecológicos causados, recibió el mentís de los hechos y de los ciudadanos movilizados que exigieron medidas de excepción para aliviar este desastre contra la vida de personas, animales y múltiples especies vegetales.

En Cumaná, otra región oriental, capital del estado Sucre, el Río Manzanares atraviesa a la ciudad, con el contenido de aguas fuertemente contaminadas, arrastrando en su caudal a desechos sólidos, aguas de cloacas y agentes tóxicos diversos; y todavía se encuentra a la espera del cumplimiento de las promesas oficiales de la “élite chavecista”, para el saneamiento de las aguas y lugar para recorridos ecológicos y turísticos.

En la Región central del país, estudiosos en relación al tema, afirman sobre la alta dosis de contaminación de las aguas de la represa Pao Cachinche, que abastece de agua para el consumo de las regiones del estado Aragua, Carabobo y Cojedes. Igual suerte corre el embalse la Mariposa, cuyas aguas surten de ese vital líquido a la super-población de la Gran Caracas.

El río Guaire, que atraviesa con sus aguas la ciudad capital de Venezuela, se ha convertido en del símbolo del hazmerreír de los ciudadanos nacionales y más allá de nuestras fronteras, porque hasta en un acto de demagogia sin precedentes, el Esteban de Miraflores, prometió que serían saneadas sus aguas e invitó a varios Presidentes de una de las tantas Cumbres realizadas en el país, a bañarse en sus aguas.

No obstante, el rio Guaire continúa agonizando ante la grave contaminación, reclamando ser salvado del fantasma de la muerte. ¿Pueden, entonces, consumados ecocidas del Gobierno actual, salvar el planeta?... ¡Por favor, más respeto a la inteligencia de los venezolanos!

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