miércoles, 29 de agosto de 2012

¡MASACRAN A LOS YANOMAMI!... ¿SOBERANÍA?

Los resultados de un modelo autocrático de gobernar desde hace 14 años, explota como los vidrios rotos, en el rostro de sus ejecutores y en los nacionales víctimas de estos desastres, que de una manera sucesiva no parecieran tener fin, por los testimonios incuestionables de la soberbia realidad y hasta por la óptica de cosmovisión de cada venezolano o grupo social. ¡Fin de mundo! es la exclamación repetida, una y mil veces, en los corrillos populares de las calles de Venezuela.

Por eso todavía no hemos podido asimilar la tragedia de Amuay con sus 41 personas fallecidas, 5 desaparecidos, decenas de heridos y numerosas casas destruidas. Amén de las cuantiosas pérdidas materiales, equipos, infraestructura y financieros de una de las refinerías petroleras más grande del mundo, ubicada en nuestro país; y comienza a circular la noticia de la masacre de 80 yanomamis (más del doble de las víctimas de Amuay), perpetrada por garimpeiros armados en un helicóptero, en la frontera del Estado Amazonas con Brasil. Allá en las profundidades de la selva, en la comunidad de Irotatheri, a varios días de recorrido a pie hasta el río Ocamo.

Fue un acto por demás criminal, alevoso y genocida porque dispararon a diestra y siniestra y quemaron el shabono, con los yanomamis de todas las edades que se encontraban adentro. Sólo sobrevivieron tres indígenas de la masacre, quienes presentaron, junto con varias organizaciones indígenas del estado Amazonas, los testimonios y pruebas de este abominable y bochornoso acto fascista.

Esta por supuesto no es una incursión casual de los garimpeiros, porque desde la década de los 90, esto se ha venido denunciando en reiteradas oportunidades ante los entes competentes del Estado venezolano y la opinión pública nacional e internacional, como lo afirmo en un ensayo publicado por mí, “Amazonas: Tierra de Selva” a mediados de 1992, cuando ejercí por 20 años labores profesionales en el área docente, investigación y proyectos sociales en comunidades indígenas de la Amazonía venezolana: “los garimpeiros fueron sorprendidos en las cabeceras del Orinoco por una comisión del ejército venezolano y algunos fueron capturados- los daños ocasionados en el lugar son incalculables: devastaciones de miles de hectáreas de bosque tropical, contaminación de las nacientes del Orinoco y la siembra de semillas de múltiples enfermedades…perjudiciales a la salud de pueblo yanomami… quedó al descubierto (luego) que la presencia de garimpeiros en territorio venezolano…el Estado venezolano “No lo Sabía”. Por lo cual se evidencia la vulnerabilidad de nuestras fronteras y de la vulnerabilidad de este mismo Estado para hacer frente a dichas incursiones” (páginas 14 y 15).

Hoy, más grave aún, el gobierno de Chávez en 14 años no ha sido claro en el reconocimiento de este grave problema y ha seguido permitiendo –en sus propias narices- actos genocidas en contra del pueblo yanomami, la violación sistemática de nuestras fronteras y de la soberanía nacional. ¿De qué “independencia nacional” y “amor por la patria” estamos hablando? ¡Es pura y simplemente retórica patriotera, para engatusar incautos y desinformados!

¡Hay que desarrollar una política agresiva contra los garimpeiros para atajar sus crímenes, evitar la depredación ecológica y etnocultural y preservar la soberanía nacional. ¡El cambio luce imparable; todos a votar el próximo 7-O!




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